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PROCESIÓN EL DÍA 24 DE MARZO A LAS 12:00 HORAS, OS ESPERAMOS
DOMINGO DE RAMOS
EL SEÑOR VIENE VESTIDO DE MAJESTAD
Celebramos
la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén. El Señor viene a nuestro
encuentro, se hace presente en nuestras vidas, pasa por nuestro lado, lo
hace de la misma manera que hace dos mil años, no lo hace con
discreción, no lo hace a escondidas, lo hace públicamente. Muchos
salen con ramos y palmas, festejan que el Señor ha estado grande con
nosotros y que por eso estamos alegres, ¡Hosana al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Muchos mirarán con
asombro por las calles, otros con cierto aire burlón, otros con
indiferencia, pero muchos le miramos con alegría y gozo porque el Señor
viene a nosotros, porque el Señor no se cansa de nosotros, porque cada
año viene de nuevo para anunciarnos el camino de la salvación, y de
nuevo también morirá por cada uno. La bendición del Señor se
hace presente, el designio salvífico de Dios se renueva, y también la
oportunidad de caminar de nuevo hacia la Pascua, de quedar purificados
de nuestros pecados, de poder volver a empezar de nuevo porque es Él el
que carga con nuestras culpas. El Señor nos ha dado todo lo que
necesitamos para que podamos reconocerle y ser buenos enviados de
Cristo al mundo para que seamos testigos de la verdad, para abatir a la
mentira y al mal. Nos ha dado la palabra para dar aliento y ánimo al
abatido, para ser transmisores de la palabra, es el Señor el que lo
hace, es un milagro patente que el Señor nos da la fuerza, la fuerza de
una Palabra que es viva y eficaz. Una Palabra que es capaz de
transformar nuestras vidas y darnos “un corazón de carne” abierto al
amor y a la entrega al modelo de Jesús, quien nos dio todo a cambio de
nada. Como dice Isaías el Señor nos ha abierto el oído para
que reconozcamos su voz, para que no nos resistamos y nos echemos atrás,
nos ha dado la fuerza y la valentía. El Señor ha seguido
adelante en la misión que el Padre le ha encomendado, y a Él al igual
que a nosotros nos insultan, nos persiguen y nos calumnian. Podemos
seguir adelante en el camino de la evangelización, no importan los
ultrajes, ni la persecución, porque no podrán contra nosotros, estamos
junto al Señor, y el es nuestro alcázar y nuestro refugio. En
el aparente fracaso está la victoria, después del dolor, del
sufrimiento, de la injusticia, de lo absurdo, aparece la victoria,
porque sabemos que el Señor nunca nos dejará, el no nos abandonará, el
coraje se nos dará como añadidura junto con la dificultad de la misión
encomendada por el Señor. Cristo a pesar de ser Dios, se quiso
hacer uno de nosotros, se rebajó de su condición divina, y lo hizo
pasando por uno de nosotros, y no quiso privilegios, ni pertenecer a una
casta especial, quiso ser uno más, y además quiso estar con los más
pobres, con los más desfavorecidos, con aquellos que nadie quiere, nos
dio una gran lección de amor y de solidaridad con todo el genero humano.
También nos pide a todos nosotros que acojamos a los más desprotegidos,
a los que nadie quiere; a los no nacidos por comodidad y capricho de
unos padres que no quieren problemas, a los ancianos que están solos, a
los huérfanos, a las personas con problemas y dificultades, a los
enfermos. Ese es el amor de Cristo, ese es el amor verdadero,
pero ahora bien, no penséis que os responderán con amor todo lo que
hagáis por los demás, porque del amor y la entrega, muchas veces os
devolverán mal, un mal en forma de envidia, de calumnia, de injusticia,
de insulto, de incomprensión, de persecución, e incluso de muerte como
le ocurrió a nuestro Señor, y nosotros que somos sus discípulos no
podemos ser menos que el Maestro, seguir a Cristo, significa estar
dispuesto a abrazarse a la cruz. Cristo se rebajó de su rango, y
lo hizo por amor, lo hizo con el corazón y obedeciendo al Padre, no lo
hizo con la cabeza, porque si lo hubiera hecho con el sentido común no
habría ido a Jerusalén, ¿qué no sabía lo que le esperaba tras su entrada
triunfal? Por supuesto que sabía lo que le ocurriría, pero quiso que se
cumpliera la voluntad del Padre. También nosotros tenemos que
aceptar los retos que el Señor nos pone en nuestra vida, tener paciencia
para que se cumplan los tiempos de Dios, para abrazarnos a la cruz,
para tener la firme esperanza de que después de la cruz y el dolor viene
la resurrección y la vida. Escuchar y contemplar la pasión de
Jesús es vivir, recordar y actualizar el gran amor que el Señor nos
tiene a todos nosotros, porque somos hijos queridos y amados de Dios,
que cuando el Señor pase por nuestras vidas podamos afirmar con alegría y
con cantos ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!
Llegan las palabras de esperanza a un pueblo que está “sordo”
y “ciego”, que está hundido ante el fracaso de la negación de Dios, de estar
preso del pecado, de la infidelidad, es el destierro que no nos deja estar con
Dios, tenemos que morir al hombre viejo
para que así brote algo nuevo en nosotros, en nuestras vidas, es la
transformación del pecado a la gracia, de la muerte a la vida.
El pueblo tiene que ser de nuevo salvado, al igual que
nosotros necesitamos y precisamos del amor de Dios, cada año vivimos la
cuaresma, la sensación necesaria de volver nuestro rostro a Dios, porque
estamos como cegados por nuestro egoísmo y necesitamos ese reencuentro, que el
Señor nos vuelva a salvar del pecado.
De esa experiencia viene a cada uno de nosotros el verdadera
conocimiento y práctica de nuestra fe, es decir, que para nosotros lo más
importante es Cristo, para nosotros es vital y fundamental el Señor, es más,
san Pablo llega a comparar la ausencia de Dios, la preferencia con las cosas
del mundo con el estiércol. Que no dejemos a Dios lo secundario, que sepamos
donde debe estar nuestra confianza, esa es la verdadera verdad, esa es nuestra
vida y por lo tanto nuestra meta y nuestro fin.
De tal manera que anhelemos la misma muerte que el Señor,
porque busco de todo corazón la resurrección, debo morir a las cosas del mundo
para así tener la vida que permanece, y es la salvación. Corremos hacia la
meta, pero ahora ya sabemos lo que queremos y lo que buscamos.
De nuevo los judíos ponen a prueba a Jesús, quieren pillarlo
con sus propias palabras, quieren que su lengua, sus palabras, sean su verdugo,
quieren que se rebele contra la ley de Moisés y de esta manera tener motivo
para condenarlo como blasfemo, como enemigo de Dios.
Le ponen una mujer delante de ellos, una mujer que había
cometido adulterio, y la ley dice que tenía que morir apedreada, le preguntaron
a Jesús que hacían. De nuevo las palabras de Jesús les desconcertado, “El que esté libre de pecado que tire la
primera piedra” y poco a poco se fueron todos retirando, Jesús le dijo, ya
no están tus acusadores, por lo tanto ya puedes irte;” veté y no peques más”.
Así nosotros experimentamos que el Señor nos perdona de la infidelidad y de la
acusación a nuestros hermanos, es que en definitiva brote algo nuevo en
nosotros.
Javier Abad Chismol
HABEMUS PAPAM: FRANCISCO
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, elegido Sucesor de Pedro
Biografía del nuevo Pontífice
El Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de
1936 en Buenos Aires, Argentina. Realizó los estudios de química y
después entró en el Seminario Villa de Voto el 11 de marzo de 1958 e
ingresó en el noviciado de la compañía de Jesús. Completó los estudios
en humanidades en Chile en 1963. De vuelta a Buenos Aires obtuvo la
Licenciatura en el Colegio Mayor San José.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y filosofía en el Colegio
de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el
Colegio del Salvador de Buenos Aires.
De 1967 a 1970 estudió teología en el mismo Colegio Mayor donde también
se licenció. El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote.
Entre 1970 y 1971 realizó la Tercera Probación en Alcalá de Henares y el 22 de abril de 1973 hizo su profesión perpetua.
Fue maestro de novicios en Villa Barilari, San Miguel, entre 1972 y
1973. También fue profesor en la Facultad de Teología, Consultor de la
Provincia y rector del colegio mayor.
El 31 de julio de 1973 fue nombrado Provincial de Argentina, encargo que ejerció durante 6 años.
Entre 1980 y 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de
Filosofía y Teología de la misma Casa de San Miguel, y párroco de la
Parroquia del patriarca san José en la diócesis del mismo nombre.
En marzo de 1986 estuvo en Alemania donde concluyó su Tesis Doctoral;
entonces sus superiores lo destinaron al Colegio del Salvador, desde
donde pasó a la Iglesia de la Compañía en la Ciudad de Córdoba como
director espiritual y confesor.
El 20 de mayo de 1992, el beato Juan Pablo II le nombró Obispo Titular
de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año,
recibió en la Catedral de Buenos Aires la ordenación espiscopal. Su lema
episcopal es MISERANDO ATQUE ELIGENDO.
El 3 de junio de 1997, fue nombrado Arzobispo coadjutor de Buenos Aires y
el 28 de febrero de 1998 Arzobispo titular de la diócesis.
Es autor de varios libros entre ellos Meditaciones para religiosos,
1982, Refflexiones sobre la Vida Apostólica, 1986 y Reflexiones de
Esperanza, 1992.
Es el Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Argentina.
Gran Canciller de la Universidad Católica de Argentina.
De noviembre de 2005 a noviembre de 2011 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina.
El beato Juan Pablo II le creó Cardenal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001.
Ha sido Miembro de las Congregaciones para el Culto Divino y la Displina
de sacramentos, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y
la Sociedad de Vida Apostólica. Es también miembro del Pontificio
Consejo para la familia.
Es miembro de la Pontificia Comisión para América latina.
Por otro lado, en enero de 2006 impartió en Madrid los ejercicios
espirituales a los obispos miembros de la Conferencia Episcopal
Española.
MISA EN HONOR A SAN JOSE EN NUESTRA PARROQUIA CON LAS FALLAS DEL BARRIO; FERMIN Y GALAN Y MARIA ROS. 12:00 HORAS
José de Nazaret (heb.יוסף הקדוש) fue, en el cristianismo y según diversos textos neotestamentarios, el esposo de María, la madre de Jesús de Nazaret y, por tanto, padre terrenal de Jesús. Según los Evangelios, era de oficio artesano (en el original griego, «τεχτων»; Mateo 13:55a), lo que ya en los primeros siglos del cristianismo se concretó en carpintero, profesión que habría enseñado a su hijo, de quien igualmente se indica que era "artesano" (Marcos 6:3a). De condición humilde, aunque las genealogías de Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38, lo presentan como perteneciente a la estirpe del rey David. Se ignora la fecha de su muerte,
aunque se acepta que José de Nazaret murió cuando Jesucristo tenía ya
más de 12 años pero antes del inicio de su predicación. En efecto, el evangelio de Lucas menciona a «los padres» de Jesús cuando éste ya cuenta con 12 años (Lucas 2:41-50),
pero no se menciona a José de Nazaret en los Evangelios canónicos
durante el ministerio público de Jesús, por lo que se presume que murió
antes de que éste tuviera lugar. Las Escrituras señalan a José como
«justo» (Mateo 1:18), que implica su fidelidad a la Ley y su santidad.
La figura de José fue contemplada y admirada por diversos Padres y Doctores de la Iglesia y es hoy objeto de estudio de una rama particular de la Teología, la Josefología. La exhortación apostólica Redemptoris custos, escrita por Juan Pablo II y publicada el 15 de agosto de 1989, es considerada la carta magna de la teología de San José.1
El evangelio de Mateo 1:18-24 muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al saber que María
estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era justo,
porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Ley (Deuteronomio 22:20-21). La Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén
interpreta que la justicia de José consistió en no querer encubrir con
su nombre a un niño cuyo padre ignoraba, pero también en que, convencido
de la virtud de María, se negaba a entregarla al riguroso procedimiento
de la Ley.2 Según el evangelio de Mateo, el ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo «salvaría a su pueblo de sus pecados», por lo que José aceptó a María (Mateo 1:20-24).
Detalle de José de Nazaret en el Descanso en la huida a Egipto (1517), óleo sobre lienzo de Antonio Allegri da Correggio.
Luego, antes que Herodes el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años de Belén y de toda la comarca, José tomó al niño Jesús y a su madre y huyó a Egipto (Mateo 2:13-18). Al morir Herodes, José entró nuevamente con el niño y su madre en tierra de Israel pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande, reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a Nazaret (Mateo 2:19-23).Nota 1 Según el evangelio de Lucas, Nazaret había sido el lugar de residencia de María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación (Lucas 1:26-38).
Significado del nombre, y oficio de José
José (o Joseph en su transcripción arcaica al español, usada hasta inicios del s. XIX) es un nombre masculino de origen hebreo que deriva de yôsef (יוסף) «añada», del verbo lehosif (להוסיף) «añadir». La explicación del significado de este nombre se encuentra en el libro del Génesis.
Entonces se acordó Dios de Raquel.
Dios la oyó y abrió su seno, y ella concibió y dio a luz a un hijo. Y
dijo: «Ha quitado Dios mi afrenta.» y le llamó José, como diciendo:
«Añádeme YHWH otro hijo.»
Génesis 30,22-24
.
El hecho de que José de Nazaret sea mencionado como padre putativo de Jesús,Nota 2 habría dado lugar en castellano al acrónimoPepe, resultante del conjunto de ambas iniciales.34 Sin embargo otros piensan que se trata de una versión reducida de Jusepe (antigua versión del nombre en español).5
El evangelio de Mateo en griego señala que Jesús de Nazaret era «hijo
del artesano» (Mateo 13:55a) y el evangelio de Marcos expresa que a
Jesús mismo le hacían de ese oficio: «¿No es éste el artesano?» (Marcos
6:3).
El término griego usado en ambos casos, «τεχτων», no corresponde específicamente a «carpintero», sino a «artesano», a «obrero»,6
aunque más frecuentemente se diga de José que era carpintero. De hecho,
así se lo suele traducir en la mayoría de las Biblias, incluyendo la Biblia de Jerusalén: «¿No es éste (Jesús) el hijo del carpintero?» (Mateo 13:55a).7
José de Nazaret en la Patrística
Los Padres de la Iglesia fueron los primeros en retomar el tema de José de Nazaret. Ireneo de Lyon señaló que José, al igual que cuidó amorosamente a María
y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también
custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la María es
figura y modelo.8 A Ireneo se sumó Efrén de Siria con un sermón laudatorio,9Juan Crisóstomo,10Jerónimo de Estridón,11 y Agustín de Hipona, quien apuntó de forma taxativa refiriéndose a José y a María:
Lo que el Espíritu Santo
ha obrado, lo ha obrado para los dos. Justo es el hombre, justa es la
mujer. El Espíritu Santo, apoyándose en la justicia de los dos, dio un
hijo a ambos.
San Agustín, Serm. 51, c. 20.
Según la tradición apostólica, José nació en Belén.
Los padres de José eran Santiago y Santa Juana. Santiago (cuyo nombre
original es Jacob) era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Estha.
Su genealogía es la del Evangelio de San Mateo. Santa Juana (cuyo
nombre original es Abdit), llamada por algunos Abigail, era de Belén.
Sus padres eran Eleazar y Abdit.
Además, José podría haber tenido un primo hermano de nombre Cleofás, quizá padre de Santiago el Menor, José Barsabás, Simón El Celote, Judas Tadeo,
Lidia y Lisia. Todos ellos fueron conocidos como hermanos de Jesús,
aunque la interpretación tradicional católica considera que serían sus
primos segundos.
Y tomé por abogado y señor al glorioso san José, y encomendéme mucho a
él. [...] No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya
dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha
hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que
me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les
dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso
santo tengo experiencia que socorre en todas, y que quiere el Señor
darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (que como
tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar), así en el cielo hace
cuanto le pide. [...] Paréceme, ha algunos años, que cada año en su día
le pido una cosa y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la
petición, él la endereza para más bien mío. [...] Sólo pido, por amor de
Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran
bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción.
En especial personas de oración siempre le habían de ser aficionadas,
que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el tiempo
que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a san José por lo
bien que les ayudó en ello. Quien no hallare maestro que le enseñe
oración, tome este glorioso santo por maestro, y no errará en el camino.14
Por la fidelidad a su esposa con la que, según la Iglesia católica,
consumó el matrimonio manteniéndose casto, debido a que María estaba
profundamente entregada al amor de su padre divino, San José recibió el
don divino de la paternidad aún siendo verdadero esposo virginal, de ahí
su dignidad y santidad. San José fue declarado patrono de la familia y es por antonomasia el patrono de la buena muerte, atribuyéndosele el haber muerto en brazos de Jesús y de María.
El papa Pío IX lo proclamó patrono de la Iglesia universal en 1870. Debido a su trabajo de carpintero es considerado patrono del trabajo, especialmente de los obreros, por dictamen de Pío XII en 1955, que quiso darle connotacion cristiana a la efeméride del Día internacional de los trabajadores.
La Iglesia católica lo ha declarado también protector contra la duda y el papa Benedicto XV lo declaró además patrono contra el comunismo y la relajación moral. El 15 de agosto de 1989, el papa Juan Pablo II le dedicó la exhortación apostólica Redemptoris Custos, en ocasión del centenario de la encíclica Quamquam pluries del papa León XIII.15 Ha sido proclamado patrono de América, China, Canadá, Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú, Vietnam.
José en la Sagrada Familia
José constituye uno de los tres pilares que componen la familia
cristiana modelo, tanto en su aspecto interno (en las relaciones entre
los distintos miembros que la integran) como en el externo (la familia
en la sociedad).
Se puede afirmar que José no era padre adoptivo en sentido estricto
pues no hubo ninguna adopción, ningún negocio jurídico equivalente a
ello. José fue la persona que, según la tradición cristiana, Dios eligió
para constituir una familia para Jesús. Y tal familia se caracterizó
por sólo tres elementos, destacando que de ellos, José asumió el rol
masculino.
José, un hombre justo, se caracterizó en sus relaciones familiares,
por dar una trato de máximo respeto y apoyo a María y por servir de
modelo, por voluntad de Dios, a Jesús. Son estas notas las que
constituyen el aspecto fundamental de la familia cristiana vista
internamente. Y nos llevan a afirmar que José es una de las figuras
centrales del cristianismo, un hombre excepcional.
Josefología
San José de la Hermandad de Desamparados (San Fernando, España). En la imagen se observa la vara florida, uno de los símbolos de José de Nazaret a partir del siglo V.
En el presente, algunos teólogos católicos sostienen que José subió
al cielo en cuerpo y alma e inclusive que José fue inmaculado desde su
concepción.16 La «Josefología», como rama de la Teología que estudia a José de Nazaret, está en constante evolución.
Iconografía
San José se halla representado desde el siglo III en algunos relieves de sarcófagos, siempre junto a la Virgen María, llevando ordinariamente como distintivo un cayado (bastón con el extremo superior curvo) o un instrumento de su oficio.
Hasta el siglo V siempre se le da un aspecto joven y hasta el siglo XIII nunca figura aislado o fuera de escena.
Oración a San José
A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y
después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima esposa,
solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que
os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que
profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a
la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis
con vuestro poder en nuestras necesidades. Proteged, prudentísimo
custodio de la Sagrada Familia, al linaje escogido de Jesucristo;
preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción;
sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, oh, poderosísimo Protector
nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las
tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro
de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de
las asechanzas del enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de
nosotros, con vuestro perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo
vuestros ejemplos y sostenidos con vuestros auxilios, podamos vivir
santamente, morir piadosamente, y obtener la felicidad eterna del cielo.
Amén.
En Valencia, España, se celebran unas fiestas tradicionales llamadas Fallas de Valencia
en las que, entre otros actos, se queman unos monumentos hechos de
madera y cartón en diferentes puntos de la ciudad. Éstas se celebran en
honor de San José. Los principales actos de Las Fallas son:
El pueblo de Dios, el pueblo elegido ha llegado a la Tierra
Prometida, al encuentro con el Señor, después de pasar cuarenta años en el
desierto, de pasar dificultades, de incluso de enfadarse con Dios por las adversidades
del camino, de fabricar otros ídolos, de maldecir a Dios, de ver la salvación
de los egipcios como otra esclavitud mayor.
Esto es similar a nuestra vida, el bautismo es nuestro sí al
Señor, pero el hecho de estar bautizados, de renunciar al pecado, de querer
seguir la luz de Cristo no nos lleva a creer o mal creer que por este motivo ya
no vamos a tener dificultades de ningún tipo, reconocer al Señor es saber a dónde
vamos, no es librarnos de las piedras del camino, por ello entendamos la conversión,
como la lucha contra los obstáculos, pero hagamos ese trayecto con confianza y
con fe.
Estamos llamados a vivir en Cristo, tenemos una oportunidad grandiosa
de ser hombres y mujeresnuevos, es el
regalo de la cuaresma, la conversión del corazón, la posibilidad infinita de
perdón, no por nuestros méritos, Cristo murió por todos nosotros, él carga con
nuestras culpas, él limpia nuestro pecado, él que es infinito amor y
misericordia.
Todos somos pecadores, y todos podemos redimirnos, Jesús
cuenta la parábola del Hijo Pródigo para aquellos que son duros de corazón,
aquellos que por un lado aprovechan todos los dones que el Señor da, para luego
desperdiciarlo. Aquel hijo que después de gastarlo todo vuelve a la casa del
Padre, pide perdón y él le acoge, humanamente esto es impensable, que después de
malgastarlo todo vuelva como si nada, y seguramente por interés. Pero el Padre
perdona y acoge, lo celebra, es el milagro de la conversión y de la
misericordia infinita de Dios. Y luego también la actitud del hijo mayor ante
la bondad del Padre de perdonar, cuando él ha hecho lo correcto y el otro no.
No podemos tener celos del amor y perdón de Dios, debemos
sentirnos perdonados y alegrarnos del perdón y de la conversión de otros, es
decir vivir la misericordia de Dios y darla a los demás.