viernes, 3 de abril de 2020

Viernes de la V Semana de Cuaresma, 3 de Abril de 2020


LA PERSECUCIÓN AL JUSTO



Jeremías escuchaba con temor y temblor como querían acabar con él, el profeta es el hombre de Dios perseguido por anunciar la verdad y la voluntad de Dios, decían contra él: « ¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: « ¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»

Pero sabía que Dios  estaba con él y podría llevar a cabo la misión del anuncio que le tenía encomendada, se sentía fuerte y poderoso por que saldría victorioso de la persecución, la mentira y la calumnia.

Nos recuerda las palabras de Jesús en el Evangelio cuando también lo quería apresar, se inventaban mentiras, calumnias, lo que querían plantear a los demás como un farsante y como alguien peligroso para poder quitarlo del medio, ahora sí, parecía que había llegado la hora de poder acabar con él.

Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?» Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»

Como vemos al igual que en el profeta Jeremías no se le atacaba por sus obras buenas, sino por blasfemo, porque decía ser el Hijo de Dios, y porque desmontaba su falsedad de vida en nombre de Dios, y por eso querían eliminarlo, aun no pudieron agarrarlo, pero realmente ya se acercaba el tiempo de la Pasión. La vida nos sorprende con la persecución al inocente anunciador de la verdad, los poderes de este mundo manifiestan así su fuerza para eliminar o sobrepasara a Dios, o es más, que el dios que pueda existir sea obra de ellos y por lo tanto manipulable.

Javier Abad Chismol



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