martes, 19 de septiembre de 2017

HOMILÍA BAJADA DE VIRGEN DE LA CABEZA 2017

BAJADA DE LA VIRGEN


Comenzamos hoy con suma alegría nuestras fiestas en  honor de la Virgen de la Cabeza, con la bajada de la imagen de la Virgen nos ponemos en peregrinaje, nos ponemos en camino, para que de esta manera podamos acompañarla con nuestra presencia, con nuestra oración, con nuestro cariño.
La Virgen de la Cabeza significa mucho para todos nosotros en Burjassot, se entremezclan sentimientos variados, no tan solo religiosos, sino también emotivos por el recuerdo que supone para todos nosotros da comienzo a esta Novena, un año más, a esta fiesta que llena nuestros corazones, que llena nuestras vidas y que por lo tanto nos llena de fe y de esperanza.
Escuchábamos en el Libro de Isaías que el pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una luz, la luz que es para nosotros María, la luz que ilumina nuestra imagen y que transcurre por nuestras calles de Burjassot, para que ilumine nuestro camino en la vida, para que sea nuestro lucero, para que nuestra Madre la Virgen sea nuestra guía y no nos extraviemos.
Para los creyentes María debe formar parte fundamental de nuestra vida, y todo lo que hagamos y vivamos tiene que ir enfocado para que nuestra vida sea tal y como nos plantea el Señor que sea.


El pueblo, la gente, las personas caminan en tinieblas en la ausencia de Dios, por este motivo necesitamos llevar a Dios en nuestras vidas, llevarlo nosotros para así luego poderlo llevar a los demás, solo podremos dar aquello que tenemos, María nos lleva al Hijo, María nos lleva por la senda de la vida para que tengamos luz, para que sepamos el camino. La ausencia de Dios nos hace perdernos, no saber muy bien hacia dónde queremos ir, y por lo tanto estas celebraciones nos sirven para mirar a María, para estar con ella, para conocerla más y mejor, para que en definitiva, veamos en ella a nuestra Madre y a la Madre de toda la humanidad y salvadora nuestra.
Ella es reina, ella es la que debe reinar nuestros corazones y nuestros sentimientos, y ella nos hará cada día ser mejores, cumpliendo los mandatos de la Ley Dios, como dijo María en las bodas de Caná; “haced lo que él os diga”. Obedecer para acertar.
Cumpliendo esto ya sabemos cómo complacer a María, y es algo tan sencillo como cumplir la voluntad de Dios, y ahí María está con nosotros, porque ella paso por la aceptación del designio divino, también nosotros le preguntamos al Señor que hombres y mujeres quiere que seamos, como nos sueña, y cómo podemos alcanzar sentido a lo que vivimos día a día, en lo más sencillo y cotidiano.
El gozo de que en María se acrecienta la alegría, porque la vara del opresor se rompe, porque la justicia y la paz viene a nuestros días, porque además no somos solo espectadores, somos algo mucho más grande, somos participes en la construcción de esa paz social, para que la justicia este presente. Es muy importante que todos nosotros reflexionemos en estos días, cual es nuestra misión, al igual que le ocurrió a María, que nos pide el  Señor, como podemos construir y mejorar nuestro entorno, como los valores del Evangelio pueden insertarse en nuestro mundo actual, como demostrar que Dios no sobra, que nuestro mundo no puede huir del Creador, que no puede renunciar a ser lo que es, que es Hijo de Dios, y que todos tenemos una gran responsabilidad en hacer más agradable la vida a los demás.
Dar a entender que muchas veces la felicidad se busca en el lugar equivocado, hoy la Virgen viene a alumbrar el camino, y venimos a alabar su nombre, porque el nombre del Señor, el nombre de María tiene fuerza para transmitir lo que significa para cada uno de nosotros, es como un antídoto contra el mal y el pecado, por eso la blasfemia destruye al hombre, se convierte en un pecado en apariencia inocente, pero que significa donde está ubicado nuestro corazón, por eso debemos siempre alabar el nombre del Señor, y no desplazarle del mundo, de nuestra sociedad, como si estuviera caduco y obsoleto, no quedarnos solo con la imagen, venerar su nombre, y que la fuerza que sentimos en una imagen es la fuerza que tiene nuestro ser para alabarlo, y de esta manera es cuando se obran grandes cosas en nosotros, de ahí sale la gran fuerza de María para curar las dolencias, para alejarnos del mal y del pecado y poder bendecir por siempre su nombre.
María conservaba todo en lo más profundo de sus sentimientos, de su vida, por eso decimos que era dichosa y llena de gracia, aprendamos también nosotros a esperar, como Ella, sepamos caminar, observar y vivir confiando plenamente en la divina providencia, que es confiar ciegamente en que no estamos solos, que todo en la vida tiene sentido, aunque en muchas ocasiones no seamos capaces de verlo, ahí es donde suple por la gracia y la confianza.
Hoy a nosotros como los pastores en Belén salimos al encuentro del Salvador, se lo decían unos a otros, nosotros al igual que ellos tenemos que salir a dar esta Buena Nueva, esta gran noticia para el mundo, para que no se camine en la oscuridad y no se caiga preso del mal.
Como la estrella que les guía a María, a la Sagrada Familia, así tenemos que salir al encuentro, y hacerlo rápido, dice la Escritura que los pastores fueron corriendo, signo del ansia por encontrarse con el salvador, ¿Quién no quiere salvarse? Todos lo queremos pero a veces no sabemos de qué, por eso necesitamos llenarnos de esperanza.
Los pastores en la época de Jesús eran los últimos, los más irrelevantes, y a ellos se les dio el envío de ir al encuentro, porque el Señor tiene predilección por los pobres, por los pequeños, por aquellos que los poderes del mundo rechaza, así de esta manera se manifiesta la grandiosidad y el amor de Dios, de esta manera hace grande a los pobres, y de esta manera nos dice como tenemos que seguir la luz de la estrella de Belén, es la luz para nuestros pasos, es saber hacia donde debemos encaminarnos.
Y después los pastores fueron a contar a todos lo que habían visto y oído, lo que les habían contado, así tenemos que hacer nosotros, decir que hoy nos hemos encontrado con nuestra Madre, con la Virgen de la Cabeza, y que la queremos acompañar por nuestras calles de Burjassot, porque queremos que alumbre nuestras vidas, nuestras familias, porque pedimos su protección y su amparo, porque queremos caminar siempre de su mano, porque ella nos protege de nuestras debilidades e infidelidades, porque ella no nos deja nunca y por eso queremos venerarla estos días, porque necesitamos a nuestra Madre y porque la queremos, Ruega por nosotros Santa María, y ven a nuestro auxilio.
Javier Abad Chismol
19 de Septiembre 2017


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