miércoles, 18 de julio de 2018

SEMANA XVI TIEMPO ORDINARIO (B-2018)


REUNIRÉ AL RESTO DE MIS OVEJAS


EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA


Os reuniré de entre las naciones, os convocare a todos y os daré un solo Pastor para que apaciente a las ovejas. Las ovejas son el Pueblo de Israel que se ha dejado seducir por falsos profetas, que se han fabricado baales, y se han alejado del pastor, es un rebaño que se ha perdido y desorientado porque andan como ovejas sin pastor, porque no han escuchado a los profetas, e incluso los han intentado eliminar, ¡Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas!, que se fabrica ídolos a los que da culto para alejarse de la verdad. La soberbia del hombre se ser su propio amo, su propio dios, y acaba siendo su propio verdugo.

También a aquellos que se hacen pasar por pastores, y no lo son y por lo tanto llevan al precipicio al rebaño, porque en vez de cuidar las ovejas, las extravían o las matan, pidamos la gracia al Señor de escuchar la voz del pastor, del único y verdadero pastor.

Los profetas anuncian la Venida del Señor, del único Pastor que apacentará a todas las ovejas, a todas las que están dispersas por el pecado y por la corrupción, por eso afirmamos que aquel que hace el mal lo hace porque está desorientado o porque está perdido, porque anda como oveja sin pastor. Aquel que reniega de Dios se pierde a si mismo y víctima del demonio y del pecado.

Cristo une a la humanidad entera y la pone en camino, ahora tiene sentido la misión de todos los hombres, una misión que debe estar guiada por la verdad para que así alcancemos la salvación, Él ha unido a todos los pueblos por medio de la cruz y destruyendo la enemistad, unidos así en un solo Espíritu y un solo Bautismo.

La muerte de Jesús es lo que nos permite acercarnos a Dios, era la víctima necesaria para poder llegar hasta al Padre y salir de esta manera de las tinieblas del error y del pecado.

Jesús nos invita a que nos reunamos alrededor de Él, que le escuchemos, que atendamos a la Misión y que nos pongamos en camino, empezando por nosotros mismos y llevando la Buena Noticia a todos, la Buena Noticia de que hay salvación y que ya no estamos perdidos, porque Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, Él conoce a cada una, y nosotros reconocemos su voz.

No podemos quedar dispersados, por eso la fe se vive en la unidad de la Iglesia con el vínculo de la paz y del amor.

Hoy al igual que Jesús con sus discípulos nos lleva a un lugar tranquilo, al desierto, para encontrarnos con nosotros mismos, y en la paz del corazón escuchar la voluntad de Dios, huir del ruido que muchas veces no nos deja ver la verdad y que hace que estemos perdidos, porque no oímos nada, porque nuestro corazón al estar inquieto no encuentra la paz, por eso Jesús era tan dado al retiro, para que podamos ir a un lugar tranquilo y en la soledad escuchar la voz del buen pastor.

Javier Abad Chismol

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