miércoles, 14 de junio de 2017

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO 2017


“ALABADO SEA EL SANTÍSIMO 

SACRAMENTO” 



Celebramos la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, celebramos la mayor entrega de amor que se ha realizado en toda la historia de la humanidad. El Padre que nos amó sin medida nos dio a su único Hijo Jesucristo para anunciarnos el camino de la salvación. Hacemos memoria agradecida por el don, por el regalo que significa para todos nosotros a través de la Eucaristía.




Tanto nos amó que se entregó por nosotros en la cruz, cargó con nuestros pecados y nuestras infidelidades. Seguramente por nuestros actos no somos dignos de tan ilustre manjar.

Una vez terminado su camino por este mundo nos dejó la Eucaristía como viático, como alimento para el camino. Su alimento es para la vida eterna, camina con nosotros y cada vez que comulgamos el Señor pasa a formar parte de cada uno de nosotros, nos configuramos con Él y por lo tanto el Sacramento nos da la comida espiritual que necesita nuestra alma, para así alcanzar la plenitud y gozar ya del amor de Dios en nuestra vida mortal.

En la Eucaristía se nos ofrece el remedio de la inmortalidad y la prenda de la resurrección. La Eucaristía es el misterio de la fe, es verdad que la celebramos todos los días, pero en esta Solemnidad tiene que ser de una manera especial, es la alabanza al Señor y a su presencia entre nosotros.

El Sumo Sacerdote Melquisedec agradece a Dios la victoria, y lo hace con el pan y con el vino.

La multiplicación de los panes es el anuncio de la Eucaristía, pero lo es como algo que nos llevará mucho más allá de nuestra vida mortal, nos da la verdadera vida, la que no perece y se marchita, es el alimento que nos dará la fuerza para seguir en la misión que cada uno tenemos encomendada en nuestra vida, solos, sin brújula, ni mapa, no podemos seguir, tenemos que reconocer a Cristo como; camino, verdad y vida.




También nosotros veneramos especialmente en Burjassot a San Juan de Ribera gran amante de la Eucaristía, del Santísimo Sacramento, hoy pedimos su protección, su consuelo, para que nos ayude amar el misterio de Cristo, hoy nos unimos a su voz con su misma devoción y decimos con todo el corazón y el respeto:

¡ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO!

¡SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO!



JAVIER ABAD CHISMOL

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