jueves, 20 de abril de 2017

DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

II DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA A


¿A QUIEN BUSCÁIS?




Todos en la vida buscamos algo, y quizás hoy nos tendríamos que hacer esta pregunta a nivel personal, nos pondríamos cuestionar,¿qué esperamos de la vida? Ahora en este tiempo de Pascua, después de pasar la Cuaresma y la Semana Santa, no deberíamos cuestionar ¿ha pasado algo en nosotros en la Pasión del Señor?

Escuchamos en el tiempo pascual textos del libro de los Hechos de los Apóstoles, esos primeros pasos de los primeros seguidores de Jesús, esos pasos que a veces añoramos, porque da la sensación que como creyentes nos hemos agriado algo, o parece que estamos desustanciados, como si nos faltara sal, chispa, ilusión, ¿cómo llevar la alegría de la resurrección a nuestros hermanos si no estamos realmente encendidos de alegría?

Los primeros discípulos lo ponían todo en común, compartían, caminaban a una, y hoy nos debemos cuestionar, ¿empujamos también todos nosotros de nuestra comunidad, o esperamos que lo hagan los demás? ¿Predomina en nosotros el amor fraterno o nos apodera nuestra comodidad, orgullo y egoísmo?
Hoy invocamos las características de ser seguidor de Cristo, la alegría, la misericordia y la esperanza. Porque cuando todo parecía que estaba perdido, cuando parecía que el demonio y sus secuaces corruptos habían vencido, Dios levanto a Jesucristo como bandera de victoria sobre la muerte y el pecado.

Nos puede pasar como Tomás, que no terminaba de creer que el Maestro y Señor había resucitado, que nos llenamos de peros y de contradicciones, que afirmamos que queremos meter la mano en los agujeros de los clavos, en las manos, en los pies, en el costado de Cristo, y que si no lo hacemos no lo creemos. En ocasiones podemos ser “creyentes” incrédulos, porque nos falta fe, nos falta confianza.

Jesús dijo a Tomás, ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. Pidamos que se nos aumente la fe, que seamos testigos del amor misericordioso del Señor que se entrego por todos a nosotros y nos lleva de la mano a la alegría plena de la resurrección.


Javier Abad Chismol

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