sábado, 2 de marzo de 2013

LA ZARZA ARDIENDO



 ESTA SEMANA EN NUESTRA PARROQUIA LA MISION EN VALENCIA
Testimonio en nuestra parroquia del sacerdote Juan Bautista Antón.
Los días 6-7-8 de marzo a las 19:30 horas en nuestro Templo. 


 
 


III DOMINGO DE CUARESMA (C-2013)

“YO SOY”



El Señor es el que es, no hay otro, aunque el mundo quiera vender más dioses, estos son fruto de la imaginación del hombre de ser tan pretensioso de querer fabricar a dios, ¿Qué criatura inferior puede fabricar a dios? Ninguna, porque esta no sería dios, sería un fabricado, un dios que utilizo para conectar con la divinidad, pero que al final no es nada, es hueco y vacío.

El Señor se dirigió a Moisés, se le manifestó a través de la zarza ardiendo, una zarza que no se consumía, que maravillaba, que se encontraba en lugar santo y sagrado, y como siempre un mensaje para el pueblo, un mensaje que se sigue manifestando una y otra vez a todos los pueblos. Hablamos del mensaje de la liberación, de salir de la esclavitud que oprime y no deja ser libre al hombre, esa atadura no es producida solo por hombres tiranos, es producida por el afán del hombre de ser dios, de dominarlo todo, de alimentar su soberbia y sobre todo la autosuficiencia.

El Señor viene hoy a nosotros a sacarnos de nuestro pecado de nuestra incredulidad y nos llama a descubrir la tierra prometida, a ser libres de  verdad, a romper las cadenas y decir que el Señor es el que es, y que no hay otro fuera de él.

Tengamos cuidado en el camino de peregrinación en esta vida, no caigamos ante las dificultades, como nos dice san Pablo, todos salieron en busca de la tierra prometida y ¿Quién no busca en esta vida una tierra prometida, una vida mejor para él y los suyos? Pero luego resulta que el camino no es nada fácil. Nosotros somos ese pueblo llamado por Dios a salir de nuestra esclavitud y nos ponemos en camino, pero en ocasiones las dificultades del camino, nuestro pecado, nuestra debilidad, ahoga nuestra buena intención, y acabamos maldiciendo a Dios por habernos sacado de la esclavitud, porque a lo mejor a veces es más cómodo vivir aposentado en el pecado, ser preso de los pecados, del egoísmo, del placer, de la comodidad, no queremos hacer el esfuerzo de salir de ahí, y negamos el rostro a Dios, o nos ponemos en camino a medias.

Esto es igual que los bautizados que viven al margen de Dios, dijeron si en cierto modo, pero realmente es un no, no dejan lugar al señor en sus vidas, no practican los sacramentos, ni la comunión fraterna, no  viven con el verdadero Dios, están al margen, viven presos del egoísmo de sí mismos, y dicen un sí a su dios disfrazo de cristianismo.

Nuestra vida tiene que dar fruto, pero a veces nuestra ceguera hace que consumamos vida en vez de realmente vivirla. Nos planteamos algo muy importante, ¿Si decimos si a Dios? ¿Nos irá todo bien? Es el gran error de la fe inmadura, que piensa que Dios te librará de los males de este mundo, como vemos hay ciertas cosas que ocurren igual a todas las personas, tales como los accidentes, las enfermedades, la muerte, etc., es la propia condición humana, nuestro peregrinar llega más allá, porque trasciende la existencia terrena, no olvidemos que nuestra meta no es esta vida.

Javier Abad Chismol

Párroco

SEDE VACANTE


Las noticias en la Iglesia nos han creado a todos cierta inquietud, supongo que es inevitable, es la primera vez que vemos una despedida de un Papa por voluntad propia. Este acontecimiento nos ha hecho mucho que pensar, y por supuesto las especulaciones están servidas, ¿Qué es lo que habrá ocurrido en su totalidad? Eso desde luego no podremos saber nunca, lo que es cierto es que un gran hombre el Papa emérito Benedicto XVI nos ha dado una gran lección de humildad y de servicio a la Iglesia.

No es nada fácil dejar el poder, aunque flaqueen las fuerzas, el poder es un plato de gusto y el ser humano una vez lo ha probado no quiere dejarlo, solo puede hacerse por amor a Dios y con una actitud de servicio completo a la Iglesia, saber morir a uno mismo para buscar el bien general.

Precisamente el bien común fue el deseo del Papa cuando ya se encontraba retirado, fueron sus últimas palabras, que entre todos construyamos un mundo más justo y solidario, un mundo mejor, y para ello es fundamental la generosidad, la entrega, el saber morir;  “si el grano de trigo no muere no puede dar fruto”.

Ha dado una gran lección al mundo, en donde los que experimenta el poder no lo quieren soltar bajo ningún concepto, y en muchas ocasiones no buscan ese bien común, lo que se busca es el bien propio, el servirse del servicio a los demás.

Ahora estaremos todos expectantes para ver que nos encontramos, para ver el conclave, veremos si los cardenales haber dar ejemplo de unidad, de caridad y servicio a la Iglesia, que se dejen guiar por el Espíritu Santo, que no caigan en las rivalidades humanas, que se dejen llevar para que la barca de Pedro siga su peregrinar por este mundo.



Javier Abad Chismol

SANTO DE LA SEMANA 
8 DE MARZO

 San Juan de Dios


San Juan de Dios
John of god murillo.jpg
Por Bartolomé Esteban Murillo
Fundador
Nacimiento 8 de marzo de 1495
Montemor-o-Novo, Portugal
Fallecimiento 8 de marzo de 1550
Granada, España
Venerado en Iglesia Católica Romana
Beatificación 21 de septiembre, 1630, por el Papa Urbano VIII
Canonización 16 de octubre, 1690, por el Papa Alejandro VIII
Festividad 8 de marzo
Atributos Granada (fruto), enfermo en brazos
Patronazgo Granada (copatrón), Bandera de Panamá Natá de los Caballeros, Panamá
De los hospitales, enfermos, enfermeros, bomberos, alcóholicos y vendedores de libros.

San Juan de Dios salvando a los enfermos de incendio del Hospital Real, Manuel Gómez-Moreno González (1880). Museo de Bellas Artes de Granada.
San Juan de Dios (Montemor-o-Novo 8 de marzo de 1495 - Granada 8 de marzo de 1550) es el fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Su nombre de pila era João Cidade Duarte ('Juan Ciudad Duarte' en español).

Biografía

Cuando aún no contaba con doce años, se establece en Oropesa, (Toledo) (España), en la casa de Francisco Cid Mayoral, al cual le servía como pastor. A la edad de 27 años, (1523) se alistó en las tropas de un capitán de infantería llamado Juan Ferruz, al servicio del Emperador Carlos I, en la defensa de Fuenterrabía, contra de las tropas francesas. Fue para él una dura experiencia, siendo expulsado por negligencia en el cuidado de las ganancias de su compañía (se salvó en el último momento de ser ahorcado). A pesar de ello, volvió a combatir en las tropas del conde de Oropesa en 1532, en el auxilio de Carlos V a Viena, sitiada por los turcos de Soliman I.
Al desembarcar en España por la costa gallega, siente la necesidad de entrar en Portugal y reencontrarse con sus orígenes. Pero este deseo se ve seriamente frustrado: sus padres han muerto; tan sólo queda su tío. De allí pasa a Andalucía y estando de paso en Gibraltar decide embarcar para África. En su mismo barco, encuentra al caballero Almeyda, su mujer y sus cuatro hijas que habían sido desterrados por el rey de Portugal enviándolos a Ceuta. El padre le contrata como sirviente, pero pronto cayeron todos enfermos, gastando la poca fortuna que traían, viéndose en la necesidad de pedir socorro a Juan de Dios. Este, mostrando ya la enorme caridad que le convertiría en santo, se pone a trabajar en la reconstrucción de las murallas de la ciudad, permitiendo que de su salario comiesen todos. Más tarde, pasa a Gibraltar, donde se hace vendedor ambulante de libros y estampas. De ahí se traslada definitivamente a Granada, en 1538, y abre una pequeña librería en la Puerta Elvira. Sería en esta librería donde comienza su contacto con los libros de tipo religioso.
El 20 de enero de 1539 se produce un hecho trascendental. Mientras escuchaba el sermón predicado por San Juan de Ávila en la Ermita de los Mártires, tiene lugar su conversión. Las palabras de Juan de Ávila producen en él una conmoción tal, que le lleva a destruir los libros que vendía, vaga desnudo por la ciudad, los niños lo apedrean y todos se mofan de él. Su comportamiento es el de un loco y, como tal, es encerrado en el Hospital Real. Allí trata con los enfermos y mendigos y va ordenando sus ideas y su espíritu mediante la reflexión profunda. Juan de Ávila dirige su joven e impaciente espíritu y lo manda peregrinar al santuario de la Virgen de Guadalupe en Extremadura. Allí madura su propósito y a los pies de la Virgen promete entregarse a los pobres, enfermos y a todos los desfavorecidos del mundo.
Juan vuelve a Granada en otoño de ese mismo año, lleno de entusiasmo y humanidad. Los recursos con los que cuenta son su propio esfuerzo y la generosidad de la gente. En un principio Juan utiliza las casas de sus bienhechores para acoger a los enfermos y desfavorecidos de la ciudad. Pero pronto tuvo que alquilar una casa, en la calle Lucena, donde monta su primer hospital. Pronto crece su fama por Granada, y el obispo le pone el nombre de Juan de Dios. En los siguientes diez años crece su obra y abre otro hospital en la Cuesta de Gomérez. Es, así mismo, un innovador de la asistencia hospitalaria de su época. Sus obras se multiplican y crece el número de sus discípulos -entre los cuales destaca Antón Martín, creador del Hospital de la Orden en Madrid llamado de Nuestra Señora del Amor de Dios- y se sientan las bases de su obra a través del tiempo. El 8 de marzo de 1550, a los 55 años, moría Juan de Dios en Granada, víctima de una pulmonía a consecuencia de haberse tirado al Genil para salvar a un joven que, aprovechando la crecida del río, había ido para hacer leña pero se cayó en medio de la corriente y estaba en trance de ahogarse. Lógico final para una vida totalmente entregada a los demás.
Fue beatificado por el papa Urbano VIII el 1 de septiembre de 1630 y canonizado por el papa Alejandro VIII, el 16 de octubre de 1690. Fue nombrado santo patrón de los hospitales y de los enfermos.
A su muerte su obra se extendió por toda España, Portugal, Italia y Francia y hoy día está presente en los cinco continentes.
San Juan de Dios fue enterrado en el convento de la Victoria de Granada (Carmen de los Minimos) en el año 1550 y sus restos permanecieron en el mismo hasta el año 1664, el día 28 de Noviembre de aquel año, los hermanos de San Juan de Dios trasladaron sus restos a la iglesia del Hospital de San Juan de Dios; donde permanecieron hasta el día de la bendición de la Basílica, el día 26 de Octubre de 1757, que fueron trasladados al camarín de la Basílica de San Juan de Dios donde se encuentran actualmente.

Su personalidad y su obra

  • Ser sensible, humano-cristiano y social.
  • Sale al encuentro de los necesitados y los acoge sin poner condiciones para su asistencia. Todo necesitado tiene derecho a ser atendido.
  • Desarrolla métodos de atención pioneros en su época. Atención integral de la persona necesitada, respetando su dignidad y defendiendo sus derechos.
  • Solicita recursos a toda la sociedad: “hermanos, haceos bien a vosotros mismos, ¿queda claro?”, era su grito y su lema.
  • Reúne a un grupo de personas que darán continuidad a su obra (los Hermanos de Juan de Dios).


Domingo III de Cuaresma
Ciclo C
LECTURAS
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Primera lectura
«Yo soy» me envía a vosotros
Lectura del libro del Éxodo 3, l-8a. 13-15

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo:
—«Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—«Moisés, Moisés.»
Respondió él:
—«Aquí estoy.»
Dijo Dios:
—«No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.»
Y añadió:
—«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.»
Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo:
—«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.»
Moisés replicó a Dios:
—«Mira, yo iré a los israelitas y les diré:
“El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.”
Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés:
—«“Soy el que soy”; esto dirás a los israelitas: “‘Yo-soy’ me envía .a vosotros”.»
Dios añadió:
—«Esto dirás a los israelitas: “Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación .»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 102, 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 11 (R/.: 8a)

R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia;
como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.

Segunda lectura
La vida del pueblo con Moisés en el desierto fue escrita para
escarmiento nuestro

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1-6. 10-12

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.
Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos.
No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador.
Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

Palabra de Dios.

Aleluya
Versículo antes del evangelio Mt 4, 17

Convertíos
—dice el Señor—,
porque está cerca el reino de los cielos.

Evangelio
Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1-9

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó:
— «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pe¬receréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola:
— «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”
Pero el viñador contestó:
“Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.»

Palabra del Señor.



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