sábado, 24 de diciembre de 2016

NAVIDAD 2016


HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR


Belén de la Parroquia de San Miguel Arcágel de Burjassot

En primer lugar desearos una feliz Navidad a todos los que formáis parte de la Comunidad Parroquial de San Miguel Arcángel de Burjassot, es mi primera Navidad con vosotros como párroco, y quiero acompañaros en estos días tan entrañables para todos los cristianos, porque hoy se hace presente en nuestros hogares, en nuestras familias, es la venida del Salvador, del Mesías, del niño Dios.
Niño Jesús de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Burjassot

Hoy el Señor Jesús se hace presente entre todos nosotros, el viene para iluminar nuestras vidas, es la luz en la tiniebla, que anuncia al mundo la el nacimiento del Salvador, que viene a rescatarnos de la oscuridad para llevarnos hacia la esperanza y el consuelo, es la paz que nos da el niño Dios nacido humildemente en un portal, en un pesebre, se hace pobre con los pobres y solidario con toda la humanidad. El mismo niño volverá revestido de gloria.

Tanto amo Dios al mundo que nos mandó a su hijo para que conociéramos el camino, la verdad y la vida. En el misterio de la encarnación, el Padre se hace solidario con todos al asumir nuestra condición humana, y además hacerlo en la fragilidad de un recién nacido, que es símbolo de indefensión y de debilidad, y pone al cuidado de su hijo a María, que es nuestro modelo en la fe, dispongamos a vivir este tiempo de gracia con esperanza e ilusión.

Os deseo a todos una Feliz Navidad 

y Próspero Año.

Javier Abad Chismol
Párroco


jueves, 15 de diciembre de 2016

IV DOMINGO DE ADVIENTO A 2016


JESÚS NACERÁ DE MARÍA



La Virgen está en cinta, y espera un niño, que se llamará Enmanuel, que significa “Dios con nosotros”, ese es el gozo que celebramos en estos días a las puertas de la Navidad, es la Profecía de Isaías, que adelanta el Nacimiento del Salvador, esa es la misión del Profeta que hemos vivido en este tiempo del Adviento; Preparad el camino al Señor.

El Señor ama a su Pueblo, y no quiere que ninguno de sus hijos se pierda, y por eso envía a los profetas, y a su vez nos deja la Escritura, las Sagradas Letras, que hablan de Dios, una Palabra que es viva y eficaz, que es transformadora y nos lleva a la conversión, que es volver nuestra vida al Señor.

Dispongámonos a preparar nuestro corazón para que el Señor, ese pequeño niño, pueda nacer en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestras casas, en nuestras calles. Esa ternura, y esa pequeñez simboliza el amor tan grande que nos tiene el Señor a todos nosotros, ¿hay algo más frágil que un niño recién nacido?

El nacimiento de Jesús venía a cumplir la Promesa que el Señor había prometido a su pueblo, ese pueblo elegido que es ahora toda la humanidad, ya no es una salvación para unos pocos, es para todos sin excepción, el Salvador al hacerse hombre se hace accesible a todos, sin distinción, es el valor fundamental de la Buena Noticia, que es precisamente eso, que nadie quedará excluido en la senda que conduce al hombre a su Creador.

Por ese motivo las cuatro velas de nuestra Corona de Adviento simbolizan la plenitud de la luz de Cristo, es la luz que alumbra al mundo, debe ser como faro que alumbra nuestros pasos, una luz que debe pasarse de unos a otros, porque no habría verdadera Navidad sin solidaridad, generosidad y entrega.

Escuchamos en el Evangelio que José acepta las palabras del Ángel, al igual que María, eso es la fe, eso es la confianza en el Señor, aceptar a pesar de no comprender y entender, preparemos nuestro interior para ese nacimiento, digamos SI al Salvador.

Javier Abad Chismol
Párroco


viernes, 9 de diciembre de 2016

DOMINGO GAUDETE


ESTAD SIEMPRE ALEGRES EN EL SEÑOR

III SEMANA DE ADVIENTO 


Estamos llamados a vivir con alegría, a desbordar de gozo con el Señor, Él ha estado grande con nosotros y por eso estamos alegres. Los cristianos tenemos que caracterizarnos por la forma de vivir, por la forma de afrontar la vida y por nuestra alegría en lo que hacemos y decimos.

Por eso no tememos, porque está presente nuestro Salvador, porque viene a sacarnos de nuestro pecado, de nuestra oscuridad, de nuestras tinieblas, esa es nuestra bandera, y ese es el mensaje que se tiene que trasmitir a todos los hombres del mundo.

Jesús  vino al mundo para enderezar lo torcido, tiene que haber un nosotros un deseo de renacer, de querer ser mejores, de que nuestro comportamiento y nuestra actitud haga construir una sociedad mucho más solidaria y mucho más justa. El mundo lo formamos todas las personas, y todos somos hijos de Dios, todos llamados a cumplir una misión que es la que salvar nuestra alma, una vez descubierto esto, pongámonos a trabajar todos, cada uno en su sitio, en su lugar, nuestra propia conversión que debe llevar además a la llamada al encuentro gozoso con el Señor, porque hoy anunciamos que va a nacer un salvador, que es  el Mesías. El Enviado viene a cumplir la misión de poner orden a un mundo que se empeña en vivir al margen de Dios, que no asume su condición de criatura, y por lo tanto al igual que Adán y Eva andan perdidos, desorientados y avergonzados.

Debemos mantenernos firmes en la esperanza y en la fe, a pesar de las dificultades, y hacerlo con la alegría que da el encuentro por el nacimiento del Salvador.

Que el Señor nos conozca por la generosidad y por la bondad, que nada os angustie, que nada haga perder la calma, el Señor viene vestido de majestad, a reinar el mundo en su trono que es un pesebre y el amor a los más pobres.


Javier Abad Chismol

martes, 6 de diciembre de 2016

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA 

CONCEPCIÓN

Imagen de la Purísima de la Parroquia de san Miguel de Burjassot


Hoy recordamos a la Virgen María, y lo hacemos matizando y afirmando con fe uno de sus dogmas, María fue concebida sin pecado original, es decir que no estaba herida por el pecado y por la corrupción del mal encarnada en el demonio.

Es por lo tanto, la vencedora del mal, es el antídoto para toda la humanidad para así vencer al mal y al pecado. Si por una mujer entró el pecado en el mundo, por una mujer nos llega la redención y el perdón. Es cierto que el género humano no pecó solo, fue ayudado por las fuerzas del mal, por Satanás, por lo tanto tampoco podemos salir solos por nuestros medios.

Recordemos en qué consistió el Pecado Original, es un acto en el que la humanidad y cada hombre tiene que luchar para no caer en la tentación. Nos queremos creer superiores, queremos ser más que los demás, queremos en definitiva pasar sobre Dios, apartarle o eliminarle. Pues bien, hacer esto es aniquilar al propio hombre y a la humanidad, porque el hombre sin Dios se convierte en un ser despiadado, en donde triunfan los fuertes y se abusa de los débiles.

En definitiva sin Dios la humanidad se destruye, y del corazón de cada hombre nacen los instintos más primarios y destructivos. Por eso hoy nos tenemos que acercar a María para que sea nuestro apoyo, nuestra auxiliadora, nuestro refugio, ella vence al pecado y al demonio, aplasta la cabeza de la serpiente y nos lleva a la salvación y al encuentro con el Padre.

También en Jesucristo encontramos al nuevo Adán, que nos cura del pecado del primer hombre, nos justifica, nos lleva a la Iglesia y nos purifica por el sacramento del Bautismo.

Por eso María nos lleva de la mano, nos ayuda a fiarnos del Señor, a seguir su camino y aceptar su voluntad en nuestras vidas. Que resuenen en nuestras vidas las palabras de María; Hágase tu voluntad.


Javier Abad Chismol

HORARIO DE MISAS DE LA PURISIMA


Miercoles 7:

19:00 horas Eucaristía. (San Miguel)
20:30 horas Vigilia de la Inmaculada (San Roque)

Jueves 8:

10:00, 12:00, 19:00 horas (San Miguel)
11:00 horas (San José)
13:15 horas (San Roque)

miércoles, 30 de noviembre de 2016

II SEMANA DE ADVIENTO A-2016


«Convertíos porque ha llegado el Reino de los

 Cielos.»



Saldrá un vástago del tronco de Jesé. El Señor reaviva en nosotros su Venida, nos invita a que nos preparemos, y esa preparación es la conversión de los corazones, su Nacimiento no puede quedar tan solo como un recuerdo histórico, ni tampoco podemos quedar presos del montaje social navideño.

El adviento es tiempo de conocer el Espíritu de sabiduría, de inteligencia y de prudencia, de consejo y fortaleza y todo eso nace del encuentro  con el Señor y en la inquietud que debe nacer en nuestro corazón que nos lleva a la conversión plena. Es el signo visible de la luz, de la Corona de Adviento, que va ganando luz según se acerca el nacimiento del Salvador.

“Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá”. Todo ello solo puede brotar del obrar del amor de Dios, para que rompa los prejuicios del mundo y se pueda vencer al mal y al pecado que quiere destruir a la humanidad.



Todo lo escrito en anterioridad nos dirá San Pablo, es bueno y positivo para nuestro crecimiento, y para que mantengamos la esperanza plena, y de ahí ha de nacer la paz y el consuelo que nos debe caracterizar como Hijos de Dios, como Hijos de la luz.

“Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego”. Juan Bautista vino a predicara la conversión, la venida del Salvador, vino a bautizar con agua, para purificar de los pecados y de la incredulidad. Pero será el Mesías el que bautizará para dar la gracia del Espíritu Santo, que es la verdadera fortaleza para la conversión.

Isaías 11:1-10,  Romanos 15:4-9,  Mateo 3:1-12

Javier Abad Chismol

Párroco



viernes, 25 de noviembre de 2016

I DOMINGO DE ADVIENTO A-2016


¡DESPERTAD DEL SUEÑO!



Isaías nos enseña cual es el camino que nos conduce al Señor, que nos lleva al encuentro gozoso con un Dios que es Padre y que es amor. Él reunirá a todos los pueblos de la tierra, nos llevará a la paz, a la verdadera paz que nos conduce a la libertad auténtica, aquella que hace que el ser humano y la humanidad entera rompa sus cadenas. Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh, y por lo tanto, caminemos hacía la luz que nos da el Padre,  que da sentido a nuestra vida y nos llena de esperanza.

Hoy vamos alegres a la casa del Señor, hoy vemos como la luz de la venida del Señor empieza a alumbrar los corazones, las casas, los pueblos, hoy comenzamos la preparación de la Navidad y por eso estamos alegres.

Despertemos del sueño, de nuestra ausencia de esperanza, porque llegan días de gloria y de liberación. Despojémonos de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.


Hoy se nos llama a la dignidad del que vive a pleno día, que no tiene una vida oculta llena de pecado y oscuridad, hoy abrimos nuestros corazones para que la luz del Señor ilumine nuestras vidas y sirva de esperanza a la humanidad entera, nada de pecado y perversión, seamos coherentes con el regalo que el Señor nos ha dado que es la fe que se transforma en obras.

Por la maldad creciente se enfriará el amor de la mayoría, no consintamos que el pecado, la corrupción, la doble moral, nos aleje del amor de Dios, portémonos con la dignidad que corresponde a la llamada de ser seguidores de Jesucristo.

No se trata de una amenaza, es un toque de atención por parte del Señor, como Padre bueno que quiere lo mejor para sus hijos, que quiere que todos se salven y entren por la puerta de salvación. El descuido, el abandono, la dejadez, nos podría llevar a nuestra destrucción, por eso despertad del sueño y levantad la cabeza, no caminemos como si fueras muertos vivientes, inertes y desesperanzados, hipnotizados por los poderes de las tinieblas y del mal, alcemos la cabeza, despertemos del sueño, se acerca nuestra liberación.

Isaías 2:1-5, Romanos 13:11-14, Mateo 24:37-44


Javier Abad Chismol

miércoles, 23 de noviembre de 2016

ADVIENTO 2016


EL MISTERIO DE LA ESPERA

 EL ADVIENTO

Corona de Adviento Parroquia de San Miguel Arcángel 2016

El adviento es el tiempo de la espera y venida de Dios en el corazón del hombre actual.
La tensión de la espera y la no-espera, no se sabe esperar, hay impaciencia, se busca la inmediatez, se quieren respuestas rápidas.

No sabe esperar, por eso les cuesta tener esperanza, se busca la respuesta en: la ciencia, la medicina, las leyes, los astros.

Todo, menos Dios, este se queda en el último lugar, es comodín final. Resurge la brujería, la adivinación, aquello que no compromete pero si soluciona, es la época de la droga, de la alucinación.

Realmente el hombre sigue buscando la salvación y siente en el corazón como un vacío, un desierto en busca de oasis, algo que le lleve a una paz que no sabe bien donde se encuentra.

Conocemos la historia de esperando a Godot de dos mendigos, esperan sin saber lo que esperan, ni a quien, ni como, ni fecha e incluso el lugar de la fecha, de pronto llega un muchacho indicando que va llegar al día siguiente, pero al día siguiente llega con la misma misiva de mañana, y los dos pobres siguen esperando.

Alguno puede verse reflejado en esta espera de Godot, de Samuel Beckett, es la situación del hombre postmoderno, un condenado a esperar algo que nunca llega, es el drama absurdo, son castillos de arena de la playa.

La espera constituye la misma trama de la vida. Es su fuerza y debilidad. Impaciente y serena, la espera es compañía de la vida en sus búsquedas y encuentros. Contiene sus secretos. A veces es su freno y su trampolín de lanzamiento, su memoria y latido de corazón... La espera es de algún modo nosotros mismos, con nuestras cualidades y defectos, con nuestras certezas y nuestros interrogantes, con nuestras necesidades y nuestros deseos. (E. Debuyst).

La Palabra de Dios que se proclama en el adviento resume las esperas y búsquedas del hombre iluminada cuando se agita el corazón y la mente. No es como el caso de Godot, sabemos a quién esperamos y sabemos que va a llegar.

El adviento es tiempo de esperanza y de conversión, que no perdamos esa perspectiva, no nos acomodemos a nuestra vida, y ya por resignación no esperemos nada.


Javier Abad Chismol

viernes, 18 de noviembre de 2016

JESUCRISTO  REY DEL UNIVERSO


Con esta solemnidad se acaba lo que llamamos el ciclo litúrgico, estamos ya pues a las puertas del Adviento, de la preparación para la Navidad. Hoy ponemos en el centro de nuestra vida al Señor, Él debe ser el Rey de nuestra vida, ha venido a gobernar no como los reyes de este mundo, ha venido a reinar para dar al hombre la paz y la libertad.

Los reyes de este mundo esclavizan al hombre, son los poderes que pretenden hacerse con nuestra vida, reyes, ídolos, mitos, que en definitiva nos dicen que nos vayamos tras ellos. Pues bien hoy tenemos que dejar que el Señor reine, es verdad que su Reino no es de este mundo, es cierto que su trono no lo es, que su corona de joyas no existe, que no tiene ejercito con armas, que no tiene territorio, que no tiene cárceles.

Nuestro Rey gobierna desde el Trono de la Cruz, gobierna con una corona de espinas que simboliza el sufrimiento y el dolor del mundo. Es un Rey solidario con el dolor, con la injusticia, con la pobreza, con las miserias de este mundo, que viene a destronar al Príncipe de las Tinieblas, que quiere que nos vayamos tras él, que querrá una y otra vez matar a Dios y decirte que el único rey es el rey de la tierra, de las pasiones, de la perversidad y del egoísmo.

Cristo es nuestro salvador, nuestro redentor, nos saca de las tinieblas, nos lleva a ser hijos de la luz, y eso supone nuestra redención de los pecados, significa nuestra plenitud y nuestra liberación, en definitiva nos capacita para el amor.

Los reyes de este mundo se imponen y oprimen, en cambio Jesús se nos propone en generosidad y entrega, esa es la gran entrega del amor de Dios, su Reino viene a reconciliar y salvar  lo que estaba perdido.

Recemos y oremos ante el trono de la Cruz, postrémonos a sus pies, los pies del mensajero que nos conducen al camino que lleva la liberación al hombre.

2 Sam 5, 1-3, Sal 121, Col 1, 12-20, Lc 23, 35-43.


Javier Abad Chismol

sábado, 12 de noviembre de 2016

SEMANA XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


OS ILUMINARÁ UN SOL DE JUSTICIA



El Señor quiere que vivamos conscientes de nuestra condición de finitud, de temporalidad, y por ello nos invita a que vivamos atentos y con provisionalidad en este mundo. Nuestra tentación es vivir nuestra existencia como si nuestra permanencia terrena fuera para siempre. Pero los que honran al Señor los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

Viene el día para los arrogantes, para los soberbios, para los que creen burlar a Dios, para los que han desvirtuado la conciencia del bien y el mal, de los que han comido del fruto del pecado que es sobrepasar a Dios, que es pensar que podemos  pasar por encima de nuestro Creador, pues si, les llega el día del juicio, donde se levantara un sol de justicia, donde podrán ir todos los despreciados de esta tierra, aquellos que han sufrido los tormentos de la injusticia de una humanidad que vive sin Dios y al margen por lo tanto de la Verdad plena.

Es el juicio de Dios que acabará con aquellos que pensaron esquivar a Dios, y su condición humana, ¡que equivocados! ¿Quién puede huir de Dios? ¿Quién quedará al margen del Único que es justo?

Y para ello trabajemos con ahínco, con interés, miremos nuestra vida, y pensemos si nos merecemos los dones divinos, si trabajamos con ganas, si cumplimos la misión que el Señor nos ha encomendado a cada uno de nosotros. Sí, dejemos la soberbia, el orgullo, la pereza, huyamos de lo fácil, de lo cómodo, no queramos ir por el atajo que nos propone el demonio, que nos ofrece grandes cosas, grandes promesas de una manera sencilla, pero que lleva al final a la condena de nuestra alma, nos dice la Escritura; “el que no trabaja que no coma”. Porque muchos quieren vivir abusando de los demás, con pereza y maldad, aprovechándose y rechazando todo tipo de responsabilidad.

Todos nuestros ídolos, nuestros dioses quedarán destruidos, nuestros falsos altares, aquellos que dábamos culto caerán como gigantes de barro. Llegará el día de la persecución, de la humillación, de la venida del vengador, de Satanás que vendrá en forma de autoridad terrena a destruir la Venida del Reino de Dios, pero vosotros, los elegidos, manteneros firmes, alzad la cabeza, que llega el tiempo de la liberación.
El Señor nos marcara la senda para caminar en el caos de la humanidad, que sucumbirá ahogada como en los días del diluvio, pero que no podrá contra los Hijos de la Luz, es la venida de la gran tribulación, de la redención y de la salvación.

Javier Abad Chismol

Párroco

sábado, 5 de noviembre de 2016

SEMANA XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


NUESTRO DIOS ES DE VIVOS NO DE 

MUERTOS


Debemos estar dispuesto a perderlo todo antes que la fe en el Señor, quien cumple los mandatos divinos todo lo encuentra vanidad y desprecio comparado con la grandeza de ser hijos de Dios y reconocerlo como Padre.

Los poderes de este mundo, el poder terrenal junto con los hijos de las tinieblas quieren poner a prueba a Dios, como hizo el diablo cuando tentó a Jesucristo en las tentaciones, también lo hace con sus seguidores, con aquellos que están dispuesto a perderlo todo antes que a Dios.

En el libro  de los Macabeos se les quieren quitar la vida o renunciar a Dios, y al igual que los mártires se debe estar dispuesto a perder incluso la vida, porque nuestro Dios es de vivos y no de muertos, porque él nos dará la resurrección y la verdadera vida, la que no se marchita y se pierde.

San Pablo nos anima a seguir adelante a pesar de las dificultades que podamos encontrar en el camino, también para vernos librados de los hombres malvados y perversos que quieren corromper la fe, disuadir a los hombres y mujeres que siguen a Jesucristo, y lo hacen incluso llegando a las últimas consecuencias como el asesinato y la tortura. Pero también sabemos que el Señor nos dará las fuerzas necesarias para seguir adelante sin desfallecer.

Cuando hablamos de la resurrección no podemos pensar como los hombres, no es una vida nueva similar a esta como si fuera una especie de reencarnación, es algo mucho mayor que nos desborda. En la resurrección no tiene importancia la  imagen, la fama, el poder, los bienes, lo que tiene importancia es la trascendencia. Porque el Señor transformará nuestra vida pobre, nuestro cuerpo débil y frágil en el Cuerpo glorioso de Cristo, esa es nuestra fe y esa es nuestra llamada.




Javier Abad Chismol.

martes, 1 de noviembre de 2016

HORARIO DE MISAS FIELES DIFUNTOS

Conmemoración de los Fieles Difuntos
2 de Noviembre

18:OO HORAS 
SAN ROQUE

20:00 HORAS 
TEMPLO PARROQUIAL



Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio. 
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma. La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14). 
La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos. Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. 
Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso". 


Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.


lunes, 31 de octubre de 2016

TODOS LOS SANTOS

SANTOS ANÓNIMOS

(C-2016)


Aparecía a lo lejos una muchedumbre, enorme, los que vienen de la gran tribulación, los que han lavado y blanqueado sus túnicas con la sangre del Cordero. Es el sueño de Juan en el libro del Apocalipsis, del gran libro de la Revelación y del final de los tiempos, nos encontramos ante la salvación universal de la humanidad, todos los que han vivido y sufrido en este valle de lágrimas, los que han sufrido la persecución, todos ellos salen purificados y salvados.

Es el sello del Dios vivo, es la multitud de todo en nuevo Pueblo de Dios de la Jerusalén terrestre que pasa a la Jerusalén celeste. Todos estamos llamados a esa plenitud, es decir, estamos llamados a ser santos, a semejarnos más al Señor, a quedar purificados de nuestros pecados, de nuestras idolatrías, de lo que nos aleja del amor de Dios, hemos sido bautizados y redimidos por la sangre del Cordero, nuestros pecados no pueden ser eliminados por nosotros mismos, estos quedan purificados y blanqueados por puro amor, por pura caridad.

Descubrimos la llamada a ser santos en las Bienaventuranzas, en la pureza de corazón, en el camino marcado y anunciado en el Evangelio para que podamos alcanzar ese grado de perfección, él está con los que lloran, con los que sufren, con los atribulados. Tenemos que tener hambre de justicia, de solidaridad de caridad, hambre por cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas, de llegar a la máxima plenitud.

Eso es lo que recordamos en todos los santos, hombres y mujeres desconocidos para el mundo pero no ante los ojos de Dios, personas cumplidoras de la voluntad salvífica, es el día de los santos, de los hombres que eran como nosotros, pecadores, débiles y frágiles corporalmente, son los santos anónimos que hoy interceden por nosotros y que les recordamos con cariño y que les pedimos que nos ayuden a ser santos.


Javier Abad Chismol

jueves, 20 de octubre de 2016

SEMANA XXX DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


FUI LIBRADO DE LA BOCA DEL LEÓN


El Señor escucha al afligido, Él nunca abandona al pobre, al que sufre las injusticias de este mundo, aquel que es víctima de los egoísmos humanos. Nuestro corazón no puede vivir sin Dios, no puede dejar de cumplir los mandamientos, si lo hace se destruye, porque renuncia a su condición de ser Hijo de Dios y por lo tanto renuncia al verdadero amor, y se queda con los sucedáneos que nos ofrece el mundo.

Nuestro Padre quiere la justicia, nos manda las leyes que permiten que nuestra sociedad sea justa, es la invocación al Señor que nos escucha, que nos saca de las maldades de este mundo, y si no nos puede sacar, hace que podamos contemplarle desde este valle de lágrimas y alcancemos la plenitud en el sufrimiento y la persecución, solo Él puede dar sentido al sin sentido.

San Pablo se siente angustiado por la persecución, siente que su vida es como una carrera que llega a su fin, porque sus enemigos le están acorralando, es la carrera de la vida cuya corona es el martirio. Pablo ora, como el pobre, suplica como el orante, pide perdón por sí mismo y por sus perseguidores, para que Dios se apiade del ignorante sin escrúpulos que ha caído en manos de la soberbia al eliminar al único Dios, para convertirse en un dios menor, y por lo tanto ser esclavo del pecado y caer en la maldad.
Que nuestra oración sea pura y auténtica, cuanto más cerca estemos de Dios Padre más conscientes seremos de nuestro pecado y de todo lo que nos queda aún por vivir en esta vida, no como el fariseo de la parábola que se sentía perfecto en todo y miraba a los otros por debajo del hombre, en cambio el publicano era humilde al reconocer su pecado y la necesidad del amor y del perdón de Dios.

Vivimos en la sociedad del maquillaje, de la soberbia que esconde el pecado, el mal y las intenciones oscuras, pidamos al Señor un corazón puro, humilde y sencillo, capaz de perdonar, de amar, de reconocer la culpa, sabiendo que Él nunca desprecia un corazón pobre y humillado.

ACOGE A TU SIERVO SEÑOR

Javier Abad Chismol

Párroco 

viernes, 14 de octubre de 2016

SEMANA XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


¿QUIÉN NOS DA LA VICTORIA?


La vida parece en muchos casos un campo de batalla, una lucha en la que predominan unos principios sobre otros, una batalla que también se sucede en nuestra propia vida, pero; ¿será necesaria la lucha? Queremos paz, repetimos una y otra vez, no queremos conflictos, y en cambio estos nos asaltan por un lado y por otro.

Es el ataque de los Amalecitas al pueblo de Israel, es la orden de Moisés a Josué para luchar, para defenderse, ¿Qué hizo Moisés mientras Josué  y sus hombres luchaban? Se fue a orar, y lo hizo levantando los brazos, en cuanto los bajaba el Pueblo de Dios perdía en la batalla y cuando los volvía a subir ganaban. Esa es la fuerza de la oración, esa es la fuerza si queremos ganar todas las contiendas de nuestra vida, implorar al Señor para que se haga su voluntad e implorar con  fe para salir victorioso en la lucha de la vida.

Queridos  hermanos, perseveremos en lo que Dios nos ha enseñado, seamos fieles a la Escritura, a la Tradición, al depósito de la fe que hemos recibido desde niños, seamos buenos custodios del gran legado de Dios, que el poder del mundo no lo destruya, nuestra fidelidad se ve siempre reforzada por el infinito amor de Dios, porque esa es la verdadera arma que nos llevara a la victoria, aunque sea una victoria de cruz.

Los poderes de este mundo no temen a Dios porque lo suplantan, el que no tiene temor de Dios no respeta a los hombres y por eso manipula a su interés. Pero cuando se le insiste, y se persevera por la gracia de la fe y la constancia podemos alcanzar la justicia, esa es la labor de los creyentes, luchar, perseverar sin importarnos la fuerza del mal porque el Señor está con nosotros, como lo estuvo con Moisés y con la viuda de la parábola que pedía justicia y al final se le concedió, pidamos con fe y el Señor nos dará lo que necesitamos y saldremos victoriosos.


Javier Abad Chismol

domingo, 9 de octubre de 2016

Solemne Missa en la Festa de la Mare de Déu del Rosari de la Concòrdia 2016


Solemne Missa en la Festa de la Mare de Déu del Rosari de la Concòrdia, presidida per D. Javier Abad Chismol , i concelebrada per D. Santiago Pons i el P. Mauricio Ruiz Aristizábal LC, qui ha predicat.

Enhora bona al clavari







Festa de la Mare de Déu del Rosari de la Concòrdia.
Trasllat des de casa de Fran Miralles Cuartero a l'Esglèsia.




sábado, 8 de octubre de 2016

SEMANA XXVIII DE TIEMPO ORDINARIO, C-2016


JESÚS, MAESTRO, TEN PIEDAD DE

 NOSOTROS


Escuchar la voz del profeta, del hombre de Dios, es lo que nos lleva a la verdad. Los mensajes de Dios no siempre son agradables, son aparentemente difíciles o absurdos, pero es ahí donde se encuentra la confianza, y es por lo tanto donde se encuentra la fe en los milagros y la creencia de que el Señor puede curarnos de nuestras dolencias y de nuestros pecados.
Para quedar purificado de nuestra enfermedad, de nuestra debilidad, tenemos que volver a sumergirnos en las aguas del bautismo, para que limpios de nuestra culpa seamos hombres nuevos, y podamos afirmar como Naamán:
“Reconozco que no hay otro Dios en toda la tierra”.
Y esto le ocurrió cuando escucho al Señor, al hombre de Dios, y quedó curado de la lepra, que también nosotros podamos escuchar la voz del Señor, “que no endurezcamos nuestro corazón”.
Esa volunta se manifiesta en la Palabra, que no se encuentra encadenada, y por eso se puede soportar todo con la ayuda de la fe y la confianza plena en el Señor a pesar de las dificultades y la persecución. Que podamos ya experimentar que el Señor se hace presente en nuestras vidas y que camina junto a nosotros; si vivimos con Él, moriremos con Él. Dará así sentido a la lucha contra las fuerzas del mal que nos llevan al pecado y al alejamiento de la verdad.
Tenemos que tener la confianza plena de aquellos leprosos del Evangelio, de los enfermos, de los que se sienten manchados por el pecado y por las enfermedades de este mundo, que podamos acercarnos y decirle, que se apiade de nosotros, porque solo Él puede curarnos y salvarnos.
De los diez leprosos solo uno fue agradecer a Dios su curación, el resto no, por lo tanto el único salvado es el que reconoce al Señor y queda purificado en cuerpo y espíritu, que hoy escuchemos nosotros esas mismas palabras consoladoras de Jesús:
“Levántate, vete; tu fe te ha salvado”

Javier Abad Chismol

sábado, 1 de octubre de 2016

AVISO HORARIOS DE MISAS EN SAN ROQUE



Por motivo de la toma de posesión del nuevo Párroco, no habrá el día uno de octubre, misa en la ermita de San Roque.

La misa del domingo será a partir de ahora el domingo a la 13:15 horas.

La misa del sábado a partir del día 8 de octubre sera a las 20:15 horas.

SEMANA XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


¿HASTA CUANDO, SEÑOR?


Esa es la pregunta que nos hacemos cuando nos damos cuenta de que el mal está por todas partes, como si lo dominara todo y fuera a ser el vencedor. ¿Hay más mal que bien? Seguramente no, pero sí que es cierto que hace mucho más ruido y llama mucho más la atención, tenemos tendencia a ignorar la obra buena y ensalzar la mala.
Cuando ponemos las noticias, nos invaden con noticias destructivas; violencia, guerra, agresiones, corrupción, crisis, etc. ¿Por qué el bien no es atractivo? El mal tiene una fuerza especial que nos atrae, que nos seduce, nos incita y llega incluso a deformar nuestra conciencia con el relativismo.

La fe se vive en tiempos difíciles, el profeta Habacuc experimenta al igual que nos ocurre a todos nosotros, que a pesar de las desgracias, los enfrentamientos, pruebas y luchas que el justo vivirá por la fe, una utopía para tiempos difíciles que solo se pueden interpretar desde la fe y la confianza en la voluntad de Dios.

Seamos valientes en dar testimonio por la fe, que el mal no nos desmoralice y nos haga desfallecer, el Espíritu del Señor nos da la fortaleza, el amor y constancia para seguir.
Para eso necesitamos que el Señor nos aumente la fe, para que cuando llegue la prueba y la dificultad podamos seguir el camino que el Señor nos pone en nuestra vida. Solo a la luz de la fe y con la fuerza del Espíritu Santo podremos entender la pregunta inicial, ¿Hasta cuándo?

Entenderemos los tiempos de Dios, su temporalidad, y sobre todo cual es la misión que el Señor nos ha encomendado, que cuando estemos ante la presencia del Padre podamos afirmar con honestidad; “Somos siervos inútiles: hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

Javier Abad Chismol

Párroco

miércoles, 28 de septiembre de 2016

PRESENTACIÓN COMO PÁRROCO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL DE BURJASSOT DE JAVIER ABAD CHISMOL

¡AUMÉNTANOS LA FE!


Mis primeras palabras de agradecimiento a nuestro querido Arzobispo, el Cardenal don Antonio Cañizares por haber confiado en mí para poder ser el pastor de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Burjassot.

Ponerme a disposición de todos los feligreses de esta Comunidad de Burjassot, para mí es en cierto modo una vuelta a casa, pues estuve ocho años de Párroco de San Juan de Ribera, y tengo muy buenos recuerdos, feligreses y amigos con los que he compartido un camino de fe hacia el Señor y el Anuncio del Evangelio.

Desde ya, quiero ponerme a trabajar por esta Comunidad, y quiero contar con todos los grupos que forman parte de la Parroquia, para así de esta manera seguir caminando como cristianos, creciendo día a día, descubriendo la voluntad de Dios en nuestras vidas, siendo testigos de la verdad que nos anuncia Cristo. Toda Parroquia tiene dos misiones fundamentales, una de ellas es cuidar a todos los que forman parte de la misma, para crecer y fortalecerse en el Señor, y otra anunciar a todos los que están fuera el sentido pleno de la vida que se da cuando nos ponemos en manos del Señor, es decir, crecer y darse.

Esta Parroquia tiene como Patrón a San Miguel Arcángel, y desde ahora le pido su protección para ser un servidor de todos, y para no desfallecer y construir una Comunidad en armonía y paz. También la protección de Nuestra Madre la Virgen de la Cabeza, ella que es maestra en la fe y el cumplimiento en humildad de la voluntad de Dios, nuestra Virgen de la Cabeza que nos trajo San Juan de Ribera, devoto de la Virgen, pastor incansable en la transmisión de la fe, con gran devoción veneraba el Santísimo Sacramento, de la liturgia y del servicio a los más pobres. También hacer mención a San Roque, hombre de fe en el Señor, que cura nuestras heridas y nos muestra el camino.

Qué el Señor me ayude en mi pobreza, a ser testigo de palabra, llevando su mensaje y cumpliendo su voluntad.

Javier Abad Chismol

Párroco de San Miguel Arcángel de Burjassot