sábado, 19 de octubre de 2013

XXIX TIEMPO ORDINARIO



¿QUIÉN NOS DA LA VICTORIA?
XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

C-Octubre 2013



La vida parece en muchos casos un campo de batalla, una lucha en la que predominan unos principios sobre otros, una batalla que también se sucede en nuestra propia vida, pero; ¿será necesaria la lucha? Queremos paz, repetimos una y otra vez, no queremos conflictos, y en cambio estos nos asaltan por un lado y por otro.

Es el ataque de los Amalecitas al pueblo de Israel, es la orden de Moisés a Josué para luchar, para defenderse, ¿Qué hizo Moisés mientras Josué  y sus hombres luchaban? Se fue a orar, y lo hizo levantando los brazos, en cuanto los bajaba el Pueblo de Dios perdía en la batalla y cuando los volvía a subir ganaban. Esa es la fuerza de la oración, esa es la fuerza si queremos ganar todas las contiendas de nuestra vida, implorar al Señor para que se haga su voluntad e implorar con  fe para salir victorioso en la lucha de la vida.

Queridos  hermanos, perseveremos en lo que Dios nos ha enseñado, seamos fieles a la Escritura, a la Tradición, al depósito de la fe que hemos recibido desde niños, seamos buenos custodios del gran legado de Dios, que el poder del mundo no lo destruya, nuestra fidelidad se ve siempre reforzada por el infinito amor de Dios, porque esa es la verdadera arma que nos llevara a la victoria, aunque sea una victoria de cruz.

Los poderes de este mundo no temen a Dios porque lo suplantan, el que no tiene temor de Dios no respeta a los hombres y por eso manipula a su interés. Pero cuando se le insiste, y se persevera por la gracia de la fe y la constancia podemos alcanzar la justicia, esa es la labor de los creyentes, luchar, perseverar sin importarnos la fuerza del mal porque el Señor está con nosotros, como lo estuvo con Moisés y con la viuda de la parábola que pedía justicia y al final se le concedió, pidamos con fe y el Señor nos dará lo que necesitamos y saldremos victoriosos.



Javier Abad Chismol

sábado, 12 de octubre de 2013

XXVIII TIEMPO ORDINARIO

XXVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Octubre 2013 (c)

JESÚS, MAESTRO, TEN PIEDAD DE NOSOTROS



Escuchar la voz del profeta, del hombre de Dios, es lo que nos lleva a la verdad. Los mensajes de Dios no siempre son agradables, son aparentemente difíciles o absurdos, pero es ahí donde se encuentra la confianza, y es por lo tanto ahí donde se encuentra la fe en los milagros y la creencia de que el Señor puede curarnos de nuestras dolencias y de nuestros pecados.
Para quedar purificado de nuestra enfermedad, de nuestra debilidad, tenemos que volver a sumergirnos en las aguas del bautismo, para que limpios de nuestra culpa seamos hombres nuevos, y podamos afirmar como Naamán:
“Reconozco que no hay otro Dios en toda la tierra”.

Y esto le ocurrió cuando escucho al Señor, al hombre de Dios, y quedó curado de la lepra, que también nosotros podamos escuchar la voz del Señor, que no endurezcamos nuestro corazón.
Esa voluntad que se manifiesta en la Palabra, que no se encuentra encadenada, y por eso se puede soportar todo con la ayuda de la fe y la confianza plena en el Señor a pesar de las dificultades y la persecución. Que podamos ya experimentar que el Señor se hace presente en nuestras vidas y que camina junto a nosotros; si vivimos con Él, moriremos con Él. Dará así sentido a la lucha contra las fuerzas del mal que nos llevan al pecado y al alejamiento de la verdad.
Tenemos que tener la confianza plena de los leprosos, de los enfermos, de los que se sienten manchado por el pecado y por las enfermedades de este mundo, que podamos acercarnos y decirle, que se apiade de nosotros, porque solo Él puede curarnos y salvarnos.
De los diez leprosos solo uno fue agradecer a Dios su curación, el resto no, por lo tanto el único salvado es el que reconoce al Señor y queda purificado en cuerpo y espíritu, que hoy escuchemos nosotros esas mismas palabras consoladoras de Jesús:

“Levántate, vete; tu fe te ha salvado”

Javier Abad Chismol

miércoles, 9 de octubre de 2013

SEMANA XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO C 2013



¿HASTA CUANDO, SEÑOR?
Semana XXVII del tiempo ordinario (Octubre 2013)


Esa es la pregunta que nos hacemos cuando nos damos cuenta de que el mal está por todas partes, como si lo dominara todo y fuera a ser el vencedor. ¿Hay más mal que bien? Seguramente no, pero sí que es cierto que hace mucho más ruido y llama mucho más la atención.
Cuando ponemos las noticias, nos invaden con noticias destructivas; violencia, guerra, agresiones, corrupción, crisis, etc. ¿Por qué el bien no es atractivo? El mal tiene una fuerza especial que nos atrae, que nos seduce, nos incita y llega incluso a deformar nuestra conciencia con el relativismo.
La fe se vive en tiempos difíciles, el profeta Habacuc experimenta al igual que nos ocurre a todos nosotros, que a pesar de las desgracias, los enfrentamientos, pruebas y luchas que el justo vivirá por la fe.
Seamos valientes en dar testimonio por la fe, que el mal no nos desmoralice y nos haga desfallecer, el Espíritu del Señor nos da la fortaleza, el amor y constancia para seguir.
Para eso necesitamos que el Señor nos aumente la fe, para que cuando llegue la prueba y la dificultad podamos seguir el camino que el Señor nos pone en nuestra vida. Solo a la luz de la fe y con la fuerza del Espíritu Santo podremos entender la pregunta inicial, ¿Hasta cuándo?
Entenderemos los tiempos de Dios, su temporalidad, y sobre todo cual es la misión que el Señor nos ha encomendado, que cuando estemos ante la presencia del Padre podamos afirmar con honestidad; “Somos siervos inútiles: hemos hecho lo que teníamos que hacer.

Javier Abad Chismol.