ESTAD SIEMPRE ALEGRES
EN EL SEÑOR
III SEMANA DE ADVIENTO B
Estamos llamados a vivir con alegría, a desbordar de gozo con
el Señor, Él ha estado grande con nosotros y por eso estamos alegres. Los
cristianos tenemos que caracterizarnos por la forma de vivir, por la forma de
afrontar la vida y por nuestra alegría en lo que hacemos y decimos. Estamos
alegres porque llega la Navidad, porque el Señor va a nacer en nuestros
corazones y en nuestras vidas.
Por eso no tememos, porque está presente nuestro Salvador,
porque viene a sacarnos de nuestro pecado, de nuestra oscuridad, de nuestras
tinieblas, esa es nuestra bandera, y ese es el mensaje que se tiene que
trasmitir a todos los hombres del mundo, el Señor está cerca y toca a la puerta
de nuestra vida.
Jesús vino al mundo
para enderezar lo torcido, tiene que haber un nosotros un deseo de renacer, de
querer ser mejores, de que nuestro comportamiento y nuestra actitud haga
construir una sociedad mucho más solidaria y mucho más justa. El mundo lo
formamos todas las personas, y todos somos hijos de Dios, todos llamados a
cumplir una misión que es la que salvar nuestra alma, una vez descubierto esto,
pongámonos a trabajar todos, cada uno en su sitio, en su lugar, nuestra propia
conversión que debe llevar además a la llamada al encuentro gozoso con el
Señor, porque hoy anunciamos que va a nacer un salvador, que es el Mesías. El Enviado viene a cumplir la
misión de poner orden a un mundo que se empeña en vivir al margen de Dios, que
no asume su condición de criatura, y por lo tanto al igual que Adán y Eva andan
perdidos, desorientados y avergonzados.
Debemos mantenernos firmes en la esperanza y en la fe, a
pesar de las dificultades, y hacerlo con la alegría que da el encuentro por el
nacimiento del Salvador.
Que el Señor nos conozca por la generosidad y por la bondad,
que nada os angustie, que nada haga perder la calma, el Señor viene vestido de
majestad, a reinar el mundo en su trono que es un pesebre y el amor a los más
pobres.
Como fue Juan el Bautista, seamos testigos de la presencia
del Señor entre nosotros y sacamos a su encuentro con gozo y con mucha alegría,
la alegría que tuvo María, la madre de Jesús, porque va a nacer el Salvador del
mundo, porque se abre la puerta de la salvación.
Javier Abad Chismol
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