DIOS ESCOGE Y ENVÍA
V Semana del Tiempo Ordinario
(C-2013)
Dios quiere que todos los hombres se salven, que entren por
la puerta de la salvación, por lo tanto no nos deja solos, Él se manifiesta a
todos los hombres, a toda la humanidad y lo hace a través de la propia historia
humana, viene a nosotros, a nuestra realidad, en nuestro momento concreto.
Es el profeta el enviado, aquel que recibe la misión de anunciar la verdad a
los pobres, a liberar a los cautivos del pecado y del ateísmo, de la
servidumbre a los falsos dioses, y se manifiesta en toda su grandiosidad, con
signos grandiosos y visibles a nuestros torpes ojos, para que se demuestre su
trascendencia y su gloria.
Es la vocación de Isaías, que se siente indigno ante su
pequeñez y la magnitud de la misión que se le encomienda, Dios lo purifica y lo
envía a ser presencia ante los hombres.
Pablo pasa de ser perseguidor a apóstol, un gran absurdo que
solo se puede entender desde la conversión y la fuerza de la gracia, el Señor
Jesús acude a él y transforma su vida, les recuerda a todos lo importante que
es creer en Jesucristo, que le creamos como el Hijo de Dios, no como un hombre
más, por eso hay que afirmar la divinidad de Jesús, la fe y la esperanza en la
resurrección, esos son los pilares de nuestra fe, el misterio trinitario y la
fuerza de la gracia y el Espíritu Santo.
Jesús llama a su Iglesia, a sus discípulos, a todos nosotros,
a que seamos capaces de fiarnos de Él, no a confiar tan solo en nuestras
fuerzas, cuando les dice que remen mar adentro ellos desconfían, porque no
habían pescado nada antes, pero es la fuerza de la gracia, de la misión, la que
hace que se vuelvan con las redes repletas, esa es la confianza que tenemos
todos que tener, rememos mara adentro, dejémonos transformar por el Señor, Él
nos ayudará y nos guiará, él nos protegerá, acojamos el ENVIO y el transformara
nuestras vidas.
Javier Abad Chismol
Párroco
SANTA MISA DEL 9 DE FEBRERO DEL 2013 EN NUESTRA PARROQUIA
V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
SANTORAL DESTACADO DE LA SEMANA
Nuestra Señora de Lourdes 11 de Febrero
La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las dieciocho apariciones de la Virgen María que Bernadette Soubirous (1844-1879) afirmó haber presenciado en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos, en 1858.
Ya en vida de Bernadette, multitud de católicos creyeron en las
apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el
papa Pío IX
autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen
María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de
Bernadette.
Bernadette Soubirous fue proclamada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo.
La Iglesia católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.
Primera lectura
LECTURAS DEL DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO
Aquí estoy, mándame Lectura del libro de Isaías 6, 1 -2a. 3-8 El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo. Y vi serafines en pie junto a él. Y se gritaban uno a otro, diciendo: — «¡ Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, la tierra está llena de su gloria!» Y temblaban los umbrales de las puertas al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo. Yo dije: — «¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos.» Y voló hacia mí uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo: — «Mira; esto ha tocado tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.» Entonces, escuché la voz del Señor, que decía: — «¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?» Contesté: — «Aquí estoy, mándame.» Palabra de Dios. |
Salmo responsorial |
Sal 137, l-2a. 2bc-3. 4-5. 7c-8 (R/.: lc) R/. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor. Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R/. Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R/. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R/. Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R/. |
Segunda lectura |
Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11 Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe. Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mi. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído. Palabra de Dios. |
Aleluya |
Mt 4, 19
Venid y seguidme —dice el Señor—, y os haré pescadores de hombres. |
Evangelio |
Dejándolo todo, lo siguieron
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 1-11 En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: — «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.» Simón contestó: — «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: — «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: — «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor. |
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