martes, 27 de junio de 2017

Domingo XIII del Tiempo Ordinario Ciclo A

TE ANUNCIARÉ EN TODO MOMENTO,

CANTARE TUS MISERICORDIAS.

Busca a Dios en todo momento.


Somos llamados por el Señor para llevar a cabo una misión que consiste en sentirnos de su propiedad, al igual que Eliseo que no reconoció la llamada material de sus pertenencias, dejo sus bueyes, sus cosas, sus asuntos personales, lo dio a los demás  y se encomendó a la misión sagrada que tenía encomendada, él se sentía gratificado por el Señor, confiaba en su infinita misericordia, y que el Señor sale al paso nuestro a través de las personas, lo que tenemos que hacer es estar bien atentos a sus designios.
  
Es poder afirmar con el Señor que es el lote de mi heredad, que es reconocer que el Señor es lo más importante que tenemos, que es el principio y el fin en nuestro existir, que podamos cantar las misericordia de Dios para cada uno de nosotros, porque se hace el encontradizo una y otra vez para que caminar hacia la verdad plena.


Cristo nos ha liberado para que seamos libres y no volvamos a caer en la esclavitud del pecado y de la ausencia de Dios. Sed esclavos unos de otros por amor, no utilicéis mal el gran regalo que es la libertad, liberados ya  de las cadenas del pecado que nos lleva a nuestra propia destrucción. Por ello por el bautismo quedamos purificados y limpios de la corrupción del pecado, de la tentación a vivir nuestra vida al margen del Padre.

Amar al prójimo como uno mismo, tal como nos sentimos amados y respetados por el Señor, caminad según el Espíritu y no dejándonos arrastrar por los apetitos desordenados.

Dios nos quiere libres y deja que acogemos o rechacemos su mensaje, es la libertad del amor de Dios, un amor que es verdadero y limpio, ¿estamos dispuestos a seguir a Jesús? ¿Sabemos el precio que podemos pagar por ello? ¿Hasta dónde llega nuestro amor? Jesús contestó a sus seguidores cuando afirmaban que le seguirían donde quiera que fuera; ”las zorras tienen madrigueras y los pájaros del cielo nidos pero el Hijos del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” otros le dijeron; “deja primero que entierre a mi padre, que me despida”, Jesús afirma con rotundidad; “deja que los muertos entierren a sus muertos”. Quien quiere más a su padre o a su madre no es digno de mí. Nos habla de nuestras ataduras, nos habla de nuestras preferencias, y por supuesto que estemos dispuestos a coger nuestra cruz de cada día, que no huyamos de ella, que seamos capaces de seguir adelante con la confianza puesta en el Señor.

En definitiva se nos pide una triple exigencia; dejar todo por el Señor como Eliseo; caminar según el Espíritu, y no mirar atrás una vez emprendido el camino.


Javier Abad Chismol.



jueves, 22 de junio de 2017

PROCESIÓN DEL CORPUS 2017

GALERÍA DE FOTOS DE LA PROCESIÓN DEL CORPUS

PARROQUIA SAN MIGUEL ARCÁNGEL DE BURJASSOT

22 DE JUNIO DE 2017




















miércoles, 21 de junio de 2017

Domingo XII del Tiempo Ordinario Ciclo A

¡EL SEÑOR ESTÁ CONMIGO!


La vida es en muchas ocasiones como una carrera de obstáculos en la que sin saber porque nos encontramos con dificultades, no siempre el bien es compensado con el bien, ni el bondadoso recibe premio por su bondad.

Nuestra vida está en manos de Dios, pero también caemos en manos de los impíos, de la maldad y del pecado, la persecución hacia la verdad, el poder de la mentira y de la generación perversa, que son los que optan por la ausencia de Dios, y por lo tanto del pecado y la destrucción.

Pero el Señor no nos deja de la mano aunque parezca que nos vayamos a caer, los enemigos no tienen poder para vencer a Dios, por fuerte que parezca el mal, este siempre sucumbe, porque solo puede vencer lo mundano y lo corporal, es por ello que estamos llamados a la trascendencia.

Porque por un hombre por Adán, representante de la humanidad, entro el pecado en  el mundo, que es la infidelidad, es la negativa a obedecer a Dios, a la Verdad, el hombre piensa que vive mejor si hace lo que le apetece y se deja llevar por los instintos más bajos y primarios, y lo que hace es convertirse en su propio verdugo. Pero también por un hombre por Jesús entra la salvación al mundo y la redención de nuestros pecados, así como la victoria sobre el mal y la corrupción.

El Señor nos da la gracia para que podamos redimirnos, y por lo tanto la mancha del pecado queda borrada ante la aceptación de la redención.

El pecado no puede quedar encubierto, por más que la maldad, el pecado se disfrace de bondad o de justicia, no hay nada oculto que no llegue a descubriste.



Por este motivo estamos llamados a proclamar el Evangelio por las calles, en todos los lugares, venciendo al miedo, a la opresión, dándonos la valentía necesaria para des mascarar al pecado. El Señor está de nuestro lado y no tenemos nada que temer, el Señor en nuestro auxilio y nuestro refugio, nuestro alcázar, no tengamos miedo a los que pueden matar el cuerpo.

Nos dice el Señor que si nos ponemos de parte de la Verdad plena, él nos defenderá ante el Padre, seamos valientes en el Anuncio y pongamos de parte del Espíritu de la Verdad.

Javier Abad Chismol


miércoles, 14 de junio de 2017

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO 2017


“ALABADO SEA EL SANTÍSIMO 

SACRAMENTO” 



Celebramos la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, celebramos la mayor entrega de amor que se ha realizado en toda la historia de la humanidad. El Padre que nos amó sin medida nos dio a su único Hijo Jesucristo para anunciarnos el camino de la salvación. Hacemos memoria agradecida por el don, por el regalo que significa para todos nosotros a través de la Eucaristía.




Tanto nos amó que se entregó por nosotros en la cruz, cargó con nuestros pecados y nuestras infidelidades. Seguramente por nuestros actos no somos dignos de tan ilustre manjar.

Una vez terminado su camino por este mundo nos dejó la Eucaristía como viático, como alimento para el camino. Su alimento es para la vida eterna, camina con nosotros y cada vez que comulgamos el Señor pasa a formar parte de cada uno de nosotros, nos configuramos con Él y por lo tanto el Sacramento nos da la comida espiritual que necesita nuestra alma, para así alcanzar la plenitud y gozar ya del amor de Dios en nuestra vida mortal.

En la Eucaristía se nos ofrece el remedio de la inmortalidad y la prenda de la resurrección. La Eucaristía es el misterio de la fe, es verdad que la celebramos todos los días, pero en esta Solemnidad tiene que ser de una manera especial, es la alabanza al Señor y a su presencia entre nosotros.

El Sumo Sacerdote Melquisedec agradece a Dios la victoria, y lo hace con el pan y con el vino.

La multiplicación de los panes es el anuncio de la Eucaristía, pero lo es como algo que nos llevará mucho más allá de nuestra vida mortal, nos da la verdadera vida, la que no perece y se marchita, es el alimento que nos dará la fuerza para seguir en la misión que cada uno tenemos encomendada en nuestra vida, solos, sin brújula, ni mapa, no podemos seguir, tenemos que reconocer a Cristo como; camino, verdad y vida.




También nosotros veneramos especialmente en Burjassot a San Juan de Ribera gran amante de la Eucaristía, del Santísimo Sacramento, hoy pedimos su protección, su consuelo, para que nos ayude amar el misterio de Cristo, hoy nos unimos a su voz con su misma devoción y decimos con todo el corazón y el respeto:

¡ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO!

¡SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO!



JAVIER ABAD CHISMOL

miércoles, 7 de junio de 2017

SANTISIMA TRINIDAD 2017



FAMILIA DE AMOR



 
Creemos en la manifestación del Señor a todos los pueblos, a toda la humanidad, y lo hacemos con la seguridad y con la firmeza de que el Padre nos amó desde el principio de los tiempos, que se renueva un plan salvífico de toda la humanidad en su conjunto a lo largo de toda la historia y también en la concreción de nuestra persona, es decir de todos los individuos. Hablamos de un amor personal que se basa en la unidad, la llamada y el amor de un Dios que quiere nuestra salvación y que salgamos de las tinieblas del error.

Moisés llevó en las manos las Tablas de la Ley, los mandatos divinos, aquellos actos y actitudes que en su incumplimiento nos alejan del amor de Dios y que por lo tanto corrompen al hombre, no son normas caprichosas, o características sin sentido de un grupo o un colectivo, es mucho más que eso, es la inscripción a fuego que tenemos depositada en nuestra conciencia y que es de necesario cumplimiento si queremos liberar nuestra alma de la corrupción de nuestra existencia terrenal, manchada por el pecado original y necesitada continuamente de purificación.

En el Dios del Antiguo Testamento, el Dios de Moisés vemos con claridad la existencia de un Dios en cierto modo lejano, pero que se hará cercano cuando se encarne en nuestra condición humana para hacerse próximo a todos nosotros, y de esta manera vemos en Jesús la posibilidad real del cumplimiento de los mandatos, y no solo normas, si no posibilidad real de poder llevar un estilo de vida diferente, el estilo de vida de Jesús, manifestado en los dichos y en los hechos del Hijo de Dios obediente y sufriente a la voluntad del Padre por puro amor y por pura entrega, llevando así a término la norma suprema, su característica vital del cristiano que es la caridad.

Encontramos así la comunión basada en el amor, en el Padre creador de todo, en la venida del Hijo de Dios, y en la donación que se nos hace del Espíritu Santo, familia de amor de un único Dios manifestado en tres personas, Dios nos ama y nunca nos deja de la mano, no nos deja solos porque nos marca el camino que trasciende nuestra vida carnal y temporal para llevarla a la vida eterna.


JAVIER ABAD CHISMOL