miércoles, 22 de febrero de 2017

MIÉRCOLES DE CENIZA 2017

MIÉRCOLES DE CENIZA 2017
1 de marzo a las 20:00 horas


Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

Tradición

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza. 

Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.


VIII Domingo Ordinario A

EL SEÑOR NO NOS OLVIDA



Caminamos por nuestra vida muchas veces desorientados, vamos errantes por una existencia que muchas veces no acabamos de comprender el sentido que tiene, incluso en nuestro corazón experimentamos el dolor de la aparente ausencia de Dios. Cuando nos sentimos invadidos por el mal y el por el pecado, cuando en la vida recibimos el mal por el bien que hacemos, cuando las intenciones se pervierten por la envidia y la ambición humana, es entonces cuando nos volvemos a preguntar, ¿Dónde está Dios?

El Señor no nos olvida y solo en él puede descansar nuestra alma, solo él puede darnos la paz del descanso en lo más profundo de nuestro ser, viene para salvarnos, y viene también a romper la lógica del mundo, la sabiduría humana pervertida por el pecado del hombre que pretende hacerlo todo eliminando a su Creador. Por ello Pablo se siente libre para actuar y manifestar el sentido de la Buena Nueva de Jesús, porque no le importa los juicios de los hombres, de la leyes perversas y de la mentira, siente la obligación se sentirse solo juzgado por Dios, y por lo tanto puede haber una condena de los hombres, de las leyes de los hombres, del poder, pero la redención de la verdad, no olvidemos nunca que Jesús fue condenado y ajusticiado por el mundo, por el poder civil, el religioso y el populismo.

Los designios del Señor se nos serán revelados a su tiempo, aunque sobrepase todo lo que nosotros creemos, para que así venza nuestros miedos y nuestros temores, especialmente cuando al definirnos y manifestar nuestra coherencia nos pueden surgir los temores de la incertidumbre, hoy se nos propone a que nos descansemos en los brazos del Señor, a que seamos capaces de querer y amar el Señor, y es más, incluso que seamos de saltar al vacío si fuera necesario.

Busquemos primero el Reino de Dios y su justicia, así no quedaremos seducidos por el mundo, por relativismo y lo práctico, es vivir en el mundo pero con los ojos puestos en el Señor.

Javier Abad Chismol

Primera lectura
Isaías 49:14-15
14 Pero dice Sión: «Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado.»
15 - ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.
Salmo responsorial
Salmo 62:2-3, 6-9
2 En Dios sólo el descanso de mi alma, de él viene mi salvación;
3 sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar.
6 En Dios sólo descansa, oh alma mía, de él viene mi esperanza;
7 sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar;
8 en Dios mi salvación y mi gloria, la roca de mi fuerza. En Dios mi refugio;
9 confiad en él, oh pueblo, en todo tiempo; derramad ante él vuestro corazón, ¡Dios es nuestro refugio!
Segunda lectura
I Corintios 4:1-5
1 Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
2 Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles.
3 Aunque a mí lo que menos me importa es ser juzgado por vosotros o por un tribunal humano. ¡Ni siquiera me juzgo a mí mismo!
4 Cierto que mi conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado. Mi juez es el Señor.
5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. El iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda.
Evangelio
Mateo 6:24-34
24 Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.
25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
27 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?
28 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan.
29 Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
30 Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
31 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?
32 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
33 Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
34 Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

               
               
               
               

                

miércoles, 15 de febrero de 2017

VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO A

AMAD A VUESTROS

 ENEMIGOS



El Señor nos invita a amar a nuestro prójimo, a aquellos que tenemos a nuestro lado, a las personas, que no por casualidad están próximos, los cristianos no creemos en la casualidad, ni en la suerte, es el convencimiento de que Dios interviene en nuestras vidas, a través de lo que llamamos la divina providencia.
Amar a los  demás no es fácil, lo es ya de por sí aunque sea nuestra familia, o nuestros amigos, pues todavía es mucho más difícil amar a aquellas personas que no nos quieren bien, que nos hacen daño de una manera u otra, es más, podríamos decir que no es posible por nuestras fuerzas, porque lo que nace al ser humano al sentirse atacado es la revancha y la venganza.
Curarnos del rencor es una gracia de Dios que da a sus hijos en gratuidad, es saber perdonar, es la misma capacidad que reciben los mártires en la Iglesia que saben perdonar a sus verdugos, se cumplen las palabras de Jesús en la cruz; "Perdónales porque no saben lo que hacen".
El perdón es dos de Dios, es la sabiduría de Dios frente a la de los hombres, la de Dios nos da la paz, la otra en ausencia de Dios, nos lleva a la disputa, al enfrentamiento e incluso a la guerra.
Aquel que busca la violencia, o que quiere imponer su pensamiento, o que carece de respeto a los demás, es necio a los ojos de Dios.
hay que respetar los tiempos en humildad y en justicia, algunos pueden pensar que entonces el cristiano tiene que ceder a todo, y eso tampoco es cierto, es ser firme en la paz y en justicia, y eso puede llevar a la persecución por no adaptarse a lo que pide el mundo, por esa razón los cristianos han sido perseguidos en distintas épocas, atacando por este motivo la gran labor social y espiritual que a lo largo de la historia ha realizado la Iglesia.
Estamos llamados a una perfección ante los ojos de Dios, no ante los ojos de los hombres y del mundo.


Lecturas del día:

  • Primera lectura

    Levítico 19:1-2, 17-18
    1 Habló Yahveh a Moisés, diciendo:
    2 Habla a toda la comunidad de los israelitas y diles: Sed santos, porque yo, Yahveh, vuestro Dios, soy santo.
    17 No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa.
    18 No te vengarás ni guardarás rencor contre los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahveh.
  • Salmo responsorial

    Salmo 103:1-4, 8, 10, 12-13
    1 De David. Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre,
    2 bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios.
    3 El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias,
    4 rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura,
    8 Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor;
    10 no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
    12 tan lejos como está el oriente del ocaso aleja él de nosotros nuestras rebeldías.
    13 Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen;
  • Segunda lectura

    I Corintios 3:16-23
    16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
    17 Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios le destruirá a él; porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario.
    18 ¡Nadie se engañe! Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio;
    19 pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios. En efecto, dice la Escritura: El que prende a los sabios en su propia astucia.
    20 Y también: El Señor conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios.
    21 Así que, no se gloríe nadie en los hombres, pues todo es vuestro:
    22 ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;
    23 y vosotros, de Cristo y Cristo de Dios.
  • Evangelio

    Mateo 5:38-48
    38 «Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
    39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
    40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
    41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
    42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
    43 «Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
    44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
    45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
    46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
    47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?
    48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

miércoles, 8 de febrero de 2017

VI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO A


LA LIBERTAD DEL HOMBRE, ES PODER ELEGIR



El señor nos ama y por lo tanto nos ha dejado completamente libres, con la posibilidad de estar cerca o lejos de Él. Nos dice uno de los libros de la sabiduría, que ha puesto fuego y a agua a nuestro alcance, el bien y el mal, la fe o la incredulidad, el amor o el egoísmo, ¿Cuál es nuestra opción? ¿En donde reposa la libertad?

Unos piensan que la libertad es acabar con Dios, con preceptos, con normas y con religiones, se saltan al verdadero Señor para sobrepasarlo, para quedarse tan solo en lo errores humanos, en los defectos de las religiones y con esa excusa ya no quieren saber nada de Dios, es la opción a renegar de ser hijo de Dios, y convertirse así en juez de la mi historia y de la humanidad, un mundo si Dios, es un mundo libre.

Es bueno tener temor de Dios para no caer en la ignorancia del aniquilamiento de Dios, el que teme cuida su vida, su moral, el que no teme se considera hasta dueño de su conciencia, juez de lo bueno y de lo malo, legisla sin escrúpulos porque la norma moral es el mismo y su pensamiento.

Somos privilegiados por la fe, porque aquello que los sabios de este mundo no ven, aquello que no sienten, se nos ha sido revelado en nuestro Señor Jesucristo, ¡qué gran regalo es la Fe! El Señor nos ama porque nos ha mostrado el tesoro escondido a los hombres incrédulos. Privilegiados no por ser mejores, sino por abrirnos al misterio de la fe y del amor de Dios, es regalo y compromiso, y lo que es más importante portadores de la fe a todos los hombres, para que vean, para que oigan, para que caminen y se abracen a la verdad.

Pero no caigamos en el extremo de abolir la Ley de Dios con una especie de buen ismo basado en un amor abstracto, cumplir la Ley es vital para no perder en norte de lo que es bueno y de lo que es malo, y eso no entra en contradicción para nada con el amor de Dios. Abrazo y amor en corrección que nos lleva a ser cada día mejores, y no por nuestros méritos, sino por la gracia de Dios.

Javier Abad Chismol

jueves, 2 de febrero de 2017

V Domingo Ordinario A


SOIS LA SAL DE LA TIERRA



La generosidad y la disposición a ayudar a los demás es la característica fundamental del creyente, es en definitiva estar pendiente del otro, de mi prójimo, de aquellas personas que el Señor pone a nuestro lado, y que nunca es por casualidad, nada es casual, son formas de evidenciar nuestro amor a Dios.

Cuando dejamos nuestro egoísmo surge una luz que alumbra nuestro interior y también a nuestros hermanos, esa es la forma de evidenciar la existencia de Dios ante los hombres, es el recibir a través del dar, con el convencimiento que la generosidad no queda en saco roto, y no porque lo hagamos porque esperamos recompensa, sino porque es el sentido del existir del ser humano, es encontrar el sentido a nuestro vivir, y hacerlo desde la aceptación de la voluntad de Dios.

Nuestra sabiduría no es de este mundo, nuestra sabiduría viene del conocimiento de la verdad, y la verdad es Jesucristo que se nos ofrece en la Buena Noticia del Evangelio. Y seguimos además a Cristo muerto y resucitado y ha roto todo esquema humano para llevarnos de esta manera a la trascendencia, es convertir la sabiduría de los hombres en absurdo y ese es el poder de Dios.

Nos dice el Evangelio, “ser sal para el mundo”, que es dar sentido a la existencia, y para ello no hay que desfallecer ni acomodarse a la sociedad ni a las ofertas del mundo, esa es una de las grandes tentaciones que tiene el ser humano, no negando a Dios pero viviendo al margen, separando la fe del quehacer de cada día.

Ser luz para el mundo, poder alumbrar para que no domine la tiniebla, el hombre sin Dios está perdido en la oscuridad del absurdo, y esa luz debe brillar en los corazones, en las obras y en las palabras, ser luz, ser sal, ser auténticos para que todos vean en el creyente la esperanza en la verdad que es Cristo.

Javier Abad Chismol
Párroco

Primera lectura
Isaías 58:7-10
7 ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?
8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.
9 Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía.
Salmo responsorial
Salmo 112:4-9
4 En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo.
5 Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos.
6 No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo;
7 no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado.
8 Seguro está su corazón, no teme: al fin desafiará a sus adversarios.
9 Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.
Segunda lectura
I Corintios 2:1-5
1 Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,
2 pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado.
3 Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso.
4 Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder
5 para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.

Evangelio

Mateo 5:13-16
13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.
16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.