miércoles, 25 de enero de 2017

IV Domingo del Tiempo Ordinario A

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS


Busquemos al Señor, hagamos lo posible por encontrarnos con Él, no huyamos pensando que eso nos quitará libertad, o que nos impondrá mandatos de Ley difíciles de cumplir, el encuentro lleva a la paz y a la misericordia en el corazón.

Nuestro mundo nos ofrece un proyecto al margen de Dios, y es entonces cuando se entrecruzan los valores del mundo con los valores del Evangelio, es un choque ideológico en la forma de vivir, pero la verdad solo es una, y es que el mismo Cristo que se entrega por nosotros, que es pura misericordia, que es entrega sin límites, de esta manera se hace solidario con nosotros y con la humanidad.

San Pablo nos dice que no hay muchos sabios según la carne, que su sabiduría se basa en la riqueza, en el poder y en el placer, y eso es más apetecible para el hombre que es manipulable y frágil, por eso nuestra sociedad crea un modelo social débil, que se deja arrastrar por lo que el poder social impone y propone, en donde desaparece el esfuerzo, el sacrificio, la entrega y el gusto por darse a los demás, aparece un modelo social que encumbra el “yo” por encima de todo, que pide derechos y servilismos a los demás, pero vacío porque no es capaz de tener obligaciones y responsabilidades, porque no es capaz de ponerse en el lugar del otro, porque carece de empatía.

Las Bienaventuranzas deben guiar nuestra vida, ahí se nos proponen los valores que nos construyen como persona plena, capaz de ser feliz desde la donación y la misericordia, en donde el orgullo y la soberbia quedan de lado para ver más allá de uno mismo, para sentirse parte de un proyecto que no es solo personal, que es universal, que es la llamada plena a la salvación que trasciende nuestra condición terrena.

La pobreza, el desapego, ser mansos, que no es ser sumiso, es ser apacible y generoso con la voluntad de Dios. Ser limpio, honesto y trasparente, sin dobleces ni engaños, ni hacia uno, ni hacia los demás ni hacia Dios.

El Señor escoge lo débil del mundo para manifestar la grandeza de la misericordia, es más, para que podamos ver lo grande que podemos llegar a ser si nos ponemos en manos Dios, felices seremos cuando cumplamos su propuesta de vida, lo otro serán atajos que no nos llevarán a ninguna parte, digamos sí a la verdad y seremos Bienaventurados.

Javier Abad Chismol
Párroco

Primera lectura
Sofonías 2:3; 3:12-13
3 Buscad a Yahveh, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumplís sus normas; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis cobijo el Día de la cólera de Yahveh.
12 Yo dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, y en el nombre de Yahveh se cobijará
13 el Resto de Israel. No cometerán más injusticia, no dirán mentiras, y no más se encontrará en su boca lengua embustera. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los turbe.
Salmo responsorial
Salmo 146:6-10
6 que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guarda por siempre lealtad,
7 hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos, Yahveh suelta a los encadenados.
8 Yahveh abre los ojos a los ciegos, Yahveh a los encorvados endereza, Ama Yahveh a los justos,
9 Yahveh protege al forastero, a la viuda y al huérfano sostiene. mas el camino de los impíos tuerce;
10 Yahveh reina para siempre, tu Dios, Sión, de edad en edad.
Segunda lectura
I Corintios 1:26-31
26 ¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza.
27 Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte.
28 Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es.
29 Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios.
30 De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención,
31 a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor.
Evangelio

Mateo 5:1-12
1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4 Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros

miércoles, 18 de enero de 2017

III Domingo Ordinario A


UNA LUZ MUY GRANDE VIENE PARA 

ALUMBRARNOS


Cristo es la luz del mundo, que viene a todos nosotros para sacarnos de la tiniebla, la tiniebla es el pecado, es la ausencia de Dios, vivir sin Dios es como vivir desorientado, sin rumbo, es como estar extraviado, por eso nos afirma la Escritura que el pueblo que andaba perdido, a oscuras, vio la luz, esa luz es la Buena Noticia del Evangelio, que debe alumbrar nuestros pasos.
El apóstol san Pablo nos hace una llamada a la unidad, una unidad que se debe entender desde dos posturas, una de ellas es que la humanidad no puede andar dividida, que de la división, de la disputa, nacen las contiendas y las guerras, que de la desunión viene lo peor del hombre, siendo capaces de destruirnos, en muchas ocasiones sin piedad.
La segunda idea del Apóstol, y que seguramente es la que tiene mayor sentido es la de la unión de los cristianos, porque muchos siguiendo a Cristo se encuentran divididos y enfrentados. Nos dice que se le ha informado de que discordias entre ellos, se refiere a las primitivas Iglesias. Cada grupo revindicaba su tendencia o ideología, “Yo soy de Pablo”, “Yo de Apolo”, “Yo de Cefas”, “Yo de Cristo”. Y Pablo dice que hay que estar unidos, esto mismo nos lo tendríamos que aplicar cada uno de nosotros, que los grupos de la parroquias estén unidos, que no haya división, la falta de comunicación, y lo peor, la rivalidad, y que incluso se pueda perder el punto de unión fundamental que es Cristo. Y una revisión de vida para el ecumenismo, para la unión de todos los cristianos.
Jesús empezó a predicar por los pueblos y las calles la conversión, el cambio de vida, de actitud, y la venida del Reino de Dios, es en definitiva, encontrar el sentido a nuestra existencia terrena y hacia donde tenemos que poner nuestros pasos.
Y fue llamando a sus discípulos para que le siguieran, de esta manera fundaba la Iglesia; “Venid y os hare pescadores de hombres”. Dejaron lo que estaban haciendo y le siguieron.
Hoy se nos propone revisar cual es la misión de la Iglesia, que es dar luz a las gentes, llamando a la conversión, y que se debe estar unidos para no caer en los retos personales y de grupo que nos lleven a desvirtuar la misión de la Iglesia.

Javier Abad Chismol

miércoles, 11 de enero de 2017

II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO A

JAVIER ABAD CHISMOL, Reflexiones Religiosas: II Domingo del Tiempo Ordinario A:


MI DIOS ES MI FUERZA

La fortaleza del cristiano viene del Señor, no por nuestros méritos y capacidades, sino que es el mismo Señor quien nos da el coraje y la fuerza para seguir adelante en los avatares de la vida, somos criaturas suyas. Desde nuestro nacimiento somos hijos queridos ya amados de Dios, y por lo tanto nuestra existencia no es un absurdo, ni fruto de la casualidad ni del azar, somos un proyecto amado por Dios que debe alcanzar la plenitud en esta vida terrena.

Ser luz para las gentes, para todos los pueblos, ese es el sentido de la misión del profeta, de la boca de Dios, alumbrar, ser luz para las naciones, para que se camine como hijos de la luz y no de la tiniebla, esa salvación debe llegar a todos los confines de la tierra, llevando el significado real de salvación que es universal, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y alcancen la salvación, y ahí caben todos sin excepción.

Esa salvación va unida, como nos propone San Pablo, a la llamada a la santidad, ser santos es asemejarse al Señor, es ser imitadores de Cristo, seguir sus pasos, ser reflejos de la verdad, sus caminos y su mensaje, es evidente que esto no va exento de dificultades, de crisis y de dudas, pero recordemos de nuevo que nuestra fuerza es el Señor, y por lo tanto de ahí viene nuestra posibilidad de santidad y de salvación. La gracia y la paz, son dones del Señor, los cuales tenemos que estar dispuestos a acogerlos y dejarnos llenar por esos dones gratuitos que nos da el Padre, una paz que solo puede dar la verdad y que está llena de consuelo y de esperanza.

Tenemos que reconocer a Cristo en nuestro caminar del día a día, como Juan Bautista, que nada más ver al Maestro lo reconoció y afirmo con rotundidad que era el Cordero de Dios, la entrega del Padre, que borra nuestros pecados, que carga con nuestra culpas, que aun siendo inocente, está dispuesto a liberarnos de nuestros pecados, como muestra clara de amor y de entrega, se da por nosotros, y suple todas nuestras culpas, ese es el amor del Padre que se plasma en su Hijo y se nos entrega a todos nosotros.

Juan vio la gracia del Espíritu Santo que bajaba sobre el Señor, y se convierte por mandato divino en portador y emisor de la verdad, es el que anuncia lo que tiene que venir, y como debemos estar preparados para aceptar ese envió que se nos da en la Buena Noticia del Evangelio.

Javier Abad Chismol

miércoles, 4 de enero de 2017

LA EPIFANIA 2017


LA ESTRELLA DE LOS REYES MAGOS



Celebramos estos días la venida de nuestro Señor Jesucristo, los Reyes Magos nos visitan un año más, vienen a nuestras casas, aunque les haya salido un claro competidor, ese señor de la barba blanca y con los colores de la coca-cola, ese llamado santa Claus, san Nicolas, Papa Noel, ese que se adelanta siempre a nuestros queridos y tradicionales Reyes Magos.
Nos ha pasado como con el belén y el árbol de Navidad, lo profano y pagano quieren suplir a lo verdadero, es lo que llamamos la secularización de las fiestas, todo provocado por dos motivaciones muy claras, la primera de ellas es la ideológica, es ir en contra de lo religioso, de las tradiciones católicas y populares de toda la vida, la segunda, es que es un montaje social y comercial que nadie está dispuesto a perder, las empresas que giran en torno a la Navidad no pueden dejar pasar esa oportunidad única en el año.
Ahora especialmente les ha tocado a los niños, a los juguetes, y por supuesto también a todos los mayores, es momento de regalos, sorpresas e ilusiones. Tenemos que vivir la festividad de Reyes con una predisposición correcta, en donde nos remontemos al sentido de esta fecha tan entrañable para toda la familia y sobretodo la noche mágica para los pequeños.
Vayamos al sentido originario, el verdadero sentido del día de Reyes, llamado realmente “La Epifanía del Señor”, que significa la manifestación del Señor a todos los pueblos, a la humanidad entera, un día que es la proclamación de la Buena Noticia a todos los hombres de todas las épocas y lugares. Eso es lo que representa el día de Reyes, ellos siguieron la estrella, la luz les guió y les llevó a Belén, a ese pobre portal. Todos unos reyes, representación de todos los continentes y de todas las culturas le visitan, es el mensaje de amor y de fraternidad para todos.
De esta manera, de nuevo, dos mil años después vienen a visitarnos a nuestras casas los Reyes Magos, al igual que fueron a adorar al niño, a hacerle una ofrenda y postrarse ante él, como símbolo claro y evidente de
que habían reconocido en este niño pobre, acostado en un pesebre en una cuadra, al Hijo de Dios, por eso es la Epifanía del Señor, porque Jesús a venido al mundo y los Reyes lo han reconocido guiados por la estrella. Han llegado hasta él a pesar del interés de Herodes porque muera el Hijo de Dios.
Como vemos incluso antes de nacer ya lo querían matar y eliminar. Igual pasa también en nuestros días, muchos son los que quieren eliminar esta manifestación de Dios, quitar los belenes de la escuela, quitar los festivales, sustituir a los Reyes por papa Noel, muchos siguen haciendo el papel de Herodes, matando todo testimonio visible de que Dios ha venido al mundo.
Esa actitud de eliminar a Dios como sea, a su manifestación, haciendo apología de lo pagano y de lo no confesional la religión y ser creyente parece pasado de moda y hay un ataque a la cultura y a las tradiciones cristianas. Hoy, ellos quieren abanderar la causa de Herodes, hoy se sienten identificados con sus fines macabros, es decir, eliminar la Epifanía, la manifestación de Dios a todos los hombres. Pero a pesar de su poder, Herodes no pudo con la voluntad de Dios, Él es más grande que la maldad y el sentimiento de eliminar a Jesús de nuestra vida, de nuestras ciudades y de nuestras casas. Este año también vendrán los reyes a visitarnos y por supuesto también a aquellos que no dejan que entren, ellos seguirán viniendo siempre, porque la estrella de los Reyes no se agota y no se cansa.
Es la estrella de la mañana, la que nos da la verdadera luz para poder reconocer al Señor, como lo hicieron los Reyes Magos cuando se postraron y dieron sus regalos al niño que era una señal clara de que nos ha nacido un salvador que ha venido a dar la luz al mundo.
Le trajeron oro, como proclamación de su reinado, el reina sobre todos los hombres, con un reinado basado en el amor y la entrega, un rey que nace en un pesebre y no en un palacio, un rey que quiere y ama a los más pobres y necesitados y por eso fue solidario con ellos, naciendo pobremente y no como un rey terrenal; mirra, para que viéramos que era hombre, que se había hecho uno de nosotros, que no era un Dios que iba
gobernar desde su trono, siendo un Dios lejano, ¿qué más cercano y frágil que un niño recién nacido indefenso?;incienso que es la manifestación de Dios, su perfume, que cuando lo encendemos sube hasta el cielo, es el símbolo de la oración que va desde los hombres al Señor, la plegaria que llega a alcanzar un Dios cercano.
En este día no le debe faltar a nadie un regalo, especialmente a ningún niño, como testimonio claro del amor de Dios a todos los hombres, un amor que es universal, que es hasta para todos aquellos que reniegan de él y de su mensaje de salvación. Tenemos que reconocer esa estrella de los Reyes que nos lleva al Señor. Es también un momento de buenos propósitos y peticiones para este nuevo año que estamos estrenando, un año que debe ser, si es posible, mejor que el anterior. Un año más tranquilo en muchos aspectos y de desearnos que todo sea más acorde a como nos pide este niño Jesús nacido en un pesebre; él que es mensajero de paz, nos traiga la concordia para todos.
Pidamos por todos los que le persiguen porque no quieren saber nada de Dios, de la religión y de la Iglesia, porque si lo hacen es por lo mismo que le ocurrió a Herodes, por ignorancia de no haber encontrado la estrella de los Reyes, de la Epifanía, de la manifestación del Señor a todos los hombres.
Javier Abad Chismol