HAY QUE OBEDECER ANTES
A DIOS QUE
A LOS HOMBRES
El ser humano está tentado a desobedecer a Dios, de querer
engañarlo, de ignorarlo o de esquivarlo, de preferir las cosas del mundo antes
que la oferta de Dios. Todo fruto de la debilidad del corazón, de la tentación
del maligno y del abuso del hombre de la bondad de Dios. Siempre parece ser más
atractivo aquello que aparentemente es más placentero más cómodo, que el
esfuerzo de morir a uno mismo para seguir al Señor.
Hoy vemos como los discípulos eran regañados y amenazados por
los fariseos y las autoridades del momento, no reconocían a Jesús, y menos que
era el Mesías, y menos todavía de que eran culpables de la muerte de ese, de
ese inocente o de ese farsante tal como defendían sus acusadores y culpables de
su asesinato.
El mal actúa de este
modo, engaña, ocurre lo mismo como cuando un grupo terrorista justifica
su acción en nombre de la política, de la opresión o de la libertad, es el
asesinato justificado por la causa mayor. Lo mismo hicieron con Jesús ponía en
peligro el poder de Roma y ponía en peligro la religión judía y su estatus, por
eso lo mataron, porque la verdad que molesta se ahoga en la justicia de hombres
que está pervertida por los poderes y afanes de este mundo. Por eso tenemos que
obedecer antes a Dios que a los hombres, para no sucumbir a los poderes del
mundo que provienen del maligno.
Los judíos se llenan de rabia, los castigan, pero ellos
siguen adelante. Es la forma de demostrar el amor de Dios, ahora resuenan las
palabras de Jesús en nuestro corazón y nos la interpela a cada uno de nosotros,
nos pregunta ¿me amas? ¿Qué vamos a responder? Seguro que un sí rotundo, pero
el Señor nos volverá a preguntar ¿me amas? Y al final con temor y temblor le
diremos que si tímidamente, e incluso avergonzados porque nos damos cuenta de
lo frágiles que somos, de la cantidad de
veces que como Pedro le negamos, nos avergonzamos.
Hoy le pedimos al señor que nos ayude, que nos de la
fortaleza de volver a tirar las redes, de salir a pescar, de anunciar la Buena
Noticia, que seamos valientes y que pongamos nuestra confianza en el Señor.
Javier Abad Chismol
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