viernes, 22 de enero de 2016

CRISTO ES LA CABEZA


VOSOTROS SOIS EL CUERPO DE CRISTO

III Semana del Tiempo Ordinario (C-2016)



La Ley viene a nosotros, y viene para que la veneremos, pero para venerarla y a su vez que nos produzca la liberación, la Ley no vino para que el mundo y sus actitudes fueran inflexibles, para esclavizar al hombre en letra muerta, vino a algo mucho más grande, vino para que descubriéramos el  amor de Dios, la Ley del amor que nos da la libertad del corazón.

La Ley no vino para que nos sintiéramos desgraciados porque resulta que no somos capaces de funcionar sin normas, vino para algo mucho más grande, para que tuviéramos conciencia propia de nuestra condición humana y nos reconociéramos como hijos de Dios, ¿puede el hombre huir de su conciencia y de su creador? Si lo hace está perdido, porque se dejará llevar por una conciencia pervertida por el mundo, por el pecado y por el diablo.

La Ley nos hace caer en la cuenta de lo que somos, y también por la gracia y la fuerza del Espíritu Santo somos capaces de reconocer nuestro lugar, como cada uno de nosotros formamos parte del Cuerpo de Cristo, somos miembros diversos, y hoy nosotros gracias a la vocación y la llamada, descubrimos esa labor que tenemos que desempeñar en su conjunto, una obra grandiosa y misionera que es la Iglesia de la que todos formamos parte, en donde se rompan las cadenas del pecado, de la envidia, de los celos, de la codicia, del orgullo, de la soberbia, de aquellos atributos que pervierten al hombre y que están continuamente acechando a la Iglesia y a sus miembros, y por tanto también a todos nosotros.

Hoy se debe cumplir en nuestras vidas la Escritura, hoy viene el Señor a nuestras vidas, hoy se anuncia a los pobres la Buena Noticia del Evangelio, se nos libera de nuestras ataduras, hoy se proclama el año de gracia.


Javier Abad Chismol

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