San Roque nació a mediados del 1300 de Montpellier (Francia). Hijo único y tardío de una familia devota y muy pudiente (su padre era el Gobernador de la ciudad), quedándo huérfano muy pronto, a los 20 años.
Al perder a sus padres decició vender todas sus posesiones y peregrinar a Roma.
Al poco de comenzar su peregrinación se desató en Europa la epidiemia de la peste negra que acabó con la vida de 1/3 de la población europea.
A partir de ese momento San Roque, que siempre había tenido devoción por los pobres y por los enfermos, y probablemente contando con algún conocimiento de medicina ya que en su ciudad natal se encontraba la que por entonces era una de las Facultades de Medicina más prestigiosa de Europa (fundada en el S. XIII), comenzó a atender a los enfermos que habían contraido la enfermedad.
En su camino a Roma, cuando se encontraba en la provincia de la Toscana, en concreto en la ciudad de Acquapendente, se dispuso a ayudar en su hospital a los enfermos de la peste.
A muchos los curó haciéndoles tan sólo la señal de la Cruz en la frente, a otros los ayudó en el "Buen Morir", y a otros muchos que fallecían, él mismo les cavaba las tumbas y les daba sepultura, ya que nadie se quería acercar a los cadáveres por miedo al contagio.
Siguiendo su peregrinar en la ciudad de Cesanea curó a un Cardenal, el cual lo presentaría con posterioridad al Papa. En Rimini continuó sanando a la gente y predicando el evangelio, pero cuando llegó a Piacenza contrajo la enfermad, y se retiró al bosque, a una cueva, para no suponer una carga ni una fuente de contagio para nadie.
Pero Dios, en su infinita Misericordia, tenía otros planes para el bueno de Roque, y apareció un perrito que le llevaba cada día una rosquilla de pan (en aquella época los panecillos se hacían con ésta forma), y además, le lamía las ulceras que la enfermad había producido en su cuerpo.
Este perrito pertenecía a Gottardo Pallastrelli, un hombre acomodado, y al ver que repetidamente su perro cogía una rosquilla de la mesa y abandonaba la casa deció un día seguirlo. El buén hombre al ver a San Roque y presenciar lo que su querida mascota estaba haciéndo con él, decidió hospedarlo a su casa, donde tanto él como su entrañable mascota, lo alimentaron y cuidaron, mientras San Roque lo instruía en el Evangelio.
Cuando San Roque sanó el Sr, Pallastrelli decidió peregrinar como había hecho él a Roma.
Una vez sanado, decidió volver a Montpellier, pero en un pueblo del norte de italia, fue detenido bajo la acusación espionaje, y mandado ha prisión, donde estuvo entre 3 y 5 años hasta su fallecimiento, probablemente en torno al año 1378.
Algunos historiadores creen que falleció en la prisión de Montepellier, pero otros muchos sitúan su muerte en la carcel de Angera, ciudad en la que había sido apresado.
San Roque perteneció a la 3ª Orden de los franciscanos, una rama de esta congregación reservada a las personas laicas que quieren vivir bajo la espiritualidad de San Francisco de Asís. Este hecho fué reconocido por el Papa Pío IV en 1547.
Fue declarado Santo por el Papa Gregorio XIII.
San Roque es junto a San Sebastian el abogado de las epidemias, en especial de la peste, y junto a San Antonio Abad el patrón de los animales, en especial de los perros. Su culto, en lo que a mascotas se refiere, está muy extendido en especial en sudamerica, donde es muy frecuente encomendarse a él, cuando nuestras mascotas enferman o se pierden.
El "Acta Brevoria", es el texto más fideligno de la vida de éste santo, redactada en el Norte de Italia, de autor anónimo, pero de la que la mayoría de los historiadores creen que fue escrita por el propio Gottardo Pallastrelli, probablemente hacia el 1430.