jueves, 28 de marzo de 2013

JUEVES SANTO 2013



JUEVES SANTO

NOS AMÓ HASTA EL EXTREMO





Celebramos hoy un acontecimiento muy importante en nuestras vidas, un acontecimiento que actualizamos cada año, hoy conmemoramos el amor tan grande que ha tenido Dios con todos nosotros, un amor que llega hasta el extremo, que llega a sus máximas consecuencias.

Hoy muchos empiezan un periodo vacacional, un tiempo de ocio y de disfrute, muchos seguramente no sabrán bien incluso que es lo que estamos celebrando, en muchos lugares hoy jueves santo ya no es ni siquiera fiesta.

Para muchos el acontecimiento más importante de estos días es que comienza la primavera, el buen tiempo, y por lo tanto un momento ideal para tomar el sol y para descansar. Seguramente la cuaresma habrá pasado también completamente desapercibida, sólo se acordarán de la fiesta del carnaval y de un botellón gigante para festejar el cambio de estación.

Cada vez más el jueves santo se parece a aquella reunión de un grupo de hombres que se juntaron en una pequeña habitación para celebrar la última cena, la última cena del Hijo de Hombre con sus discípulos, con sus amigos, con su pequeño grupo de seguidores.

Hoy nos reunimos alrededor de la mesa del altar, para compartir el pan bajado del cielo, el misterio más grande de amor que el Señor ha dado a toda la humanidad, es el mismo Jesús que a través de las palabras de la consagración del pan y el vino se convierten en su Cuerpo y en sus Sangre, y se nos da a todos nosotros, pasa a formar parte de cada uno, es la culminación máxima de amor. Al hacerse accesible a la humanidad nosotros nos configuramos con Cristo, y es entonces cuando estamos capacitados para asemejarnos a Él, para que se pueda cumplir en nosotros pobres pecadores, la llamada a la santidad, a ser como Cristo y peregrinar por este mundo siguiendo las huellas del Maestro, que se hizo uno como nosotros para acompañarnos hasta el Padre.

Tanto amo Dios al mundo que nos entrego a su único hijo, y todo lo ha hecho por amor, Cristo a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, se hizo uno más con nosotros, pero además lo hizo para servir y amar a la humanidad entera hasta llegar hasta el extremo.

Se arrodillo ante sus discípulos para lavarles los pies, un gesto de humildad y de servicio, y es que el Hijo del Hombre ha venido ha servir y no ser servido, ¿qué Dios se pone a servir? ¿qué amo de la casa sirve a sus criados? Sólo aquel que es el verdadero amor y busca el triunfo en la salvación de todos los hombres, que no quiere que ninguno de los que le ha dado el Padre se pierda, es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.

Pedro se negó a que Jesús le lavara los pies, pero aún así, Jesús le dijo con rotundidad, “ si no te lavo los pies , no podrás contarte entre los míos”, y Pedro afirmo con rotundidad que si, que las manos e incluso la cabeza.

Hoy conmemoramos y recordamos ese momento, la humildad del Señor, su entrega, su servicio, y su disposición ha hacer la voluntad del Padre.

Hoy vemos a un Jesús sufriente, esperando que se cumpla la voluntad del Padre, Jesús sufre por nuestros pecados, por nuestra debilidad, y está dispuesto a cargar con nuestros pecados. Él que no había tenido pecado va a recoger los pecados de todos nosotros, se va a inmolar como el cordero de la pascua de los judíos, es el paso de Dios por y para toda la humanidad, ¡que amor tan grande!

Y es la sangre del cordero la que marca nuestras vidas, nuestras casas, nuestros acontecimientos, es ahí donde se encuentra la grandeza del Jueves Santo, es lo que celebramos hoy con gozo pero tristeza. Hoy contemplamos a un Jesús en el Huerto, sudando gotas de sangre, llorando, vemos al ángel del Señor ofreciéndole el cáliz de la salvación y de la redención, escuchamos al Jesús hombre, un Jesús sufriente que le pide al Señor que si el posible que pase este cáliz de amargura, un dolor que entrega hoy por todos nosotros, el es “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los que están invitados a la Cena del Señor”.

Hoy nos consideramos indignos hijos tuyos, viendo nuestro pecado y nuestra miseria, no nos vemos dignos de que el Señor entre en nuestro interior, en nuestra casa, pero sabemos que solo un gesto, una palabra nos salvará y nos dará la gracia de la verdadera alegría y de la salvación.

Hoy vamos a vivir y a actualizar esos grandes misterios, la humildad del Señor para darse por nosotros, para que con el gesto del lavatorio de los pies lave nuestro pecado, nuestras idolatrías, nuestras miserias, nuestras dudas y prejuicios, hoy le dejamos al igual que Pedro que nos lave aunque no lo entendamos, pero no importa porque eso es la fe y la confianza., es la figura del sacramento del Bautismo.

Celebramos también que nos da su Cuerpo y su Sangre, nos da la Eucaristía, y nos hace estar en Comunión el Señor todos los días de nuestra vida, hoy compartimos ese momento con el Señor porque queremos ser contado entre sus amigos y seguidores.

Y por último, le acompañamos a Jesús en el Monte de los Olivos, contemplamos a unos discípulos que se duermen que no saben estar vigilantes al igual que nos ocurre a nosotros, porque no somos capaces de estar atentos, que abandonamos a Jesús porque tenemos muchos quehaceres y cosas que nos despistan. Hoy sentimos esa llamada a estar vigilantes porque no sabemos ni el momento ni la hora.

Acompañemos a Jesús en el misterio del amor, acompañemos a Jesús en su camino del calvario, compartamos esos mismos sentimientos que se reavivan en nosotros, y que nos recuerdan que Cristo se entrego por nosotros y nos amo hasta el extremo.



Javier Abad Chismol.  Parroco

sábado, 23 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS 2013

  PROCESIÓN EL DÍA 24 DE MARZO A LAS 12:00 HORAS, OS ESPERAMOS
 
DOMINGO DE RAMOS

EL SEÑOR VIENE VESTIDO DE MAJESTAD
 
 
 
Celebramos la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén. El Señor viene a nuestro encuentro, se hace presente en nuestras vidas, pasa por nuestro lado, lo hace de la misma manera que hace dos mil años, no lo hace con discreción, no lo hace a escondidas, lo hace públicamente.
 
Muchos salen con ramos y palmas, festejan que el Señor ha estado grande con nosotros y que por eso estamos alegres, ¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
 
Muchos mirarán con asombro por las calles, otros con cierto aire burlón, otros con indiferencia, pero muchos le miramos con alegría y gozo porque el Señor viene a nosotros, porque el Señor no se cansa de nosotros, porque cada año viene de nuevo para anunciarnos el camino de la salvación, y de nuevo también morirá por cada uno.
 
La bendición del Señor se hace presente, el designio salvífico de Dios se renueva, y también la oportunidad de caminar de nuevo hacia la Pascua, de quedar purificados de nuestros pecados, de poder volver a empezar de nuevo porque es Él el que carga con nuestras culpas.
 
El Señor nos ha dado todo lo que necesitamos para que podamos reconocerle y ser buenos enviados de Cristo al mundo para que seamos testigos de la verdad, para abatir a la mentira y al mal. Nos ha dado la palabra para dar aliento y ánimo al abatido, para ser transmisores de la palabra, es el Señor el que lo hace, es un milagro patente que el Señor nos da la fuerza, la fuerza de una Palabra que es viva y eficaz. Una Palabra que es capaz de transformar nuestras vidas y darnos “un corazón de carne” abierto al amor y a la entrega al modelo de Jesús, quien nos dio todo a cambio de nada.
 
Como dice Isaías el Señor nos ha abierto el oído para que reconozcamos su voz, para que no nos resistamos y nos echemos atrás, nos ha dado la fuerza y la valentía.
 
El Señor ha seguido adelante en la misión que el Padre le ha encomendado, y a Él al igual que a nosotros nos insultan, nos persiguen y nos calumnian. Podemos seguir adelante en el camino de la evangelización, no importan los ultrajes, ni la persecución, porque no podrán contra nosotros, estamos junto al Señor, y el es nuestro alcázar y nuestro refugio.
 
En el aparente fracaso está la victoria, después del dolor, del sufrimiento, de la injusticia, de lo absurdo, aparece la victoria, porque sabemos que el Señor nunca nos dejará, el no nos abandonará, el coraje se nos dará como añadidura junto con la dificultad de la misión encomendada por el Señor.

Cristo a pesar de ser Dios, se quiso hacer uno de nosotros, se rebajó de su condición divina, y lo hizo pasando por uno de nosotros, y no quiso privilegios, ni pertenecer a una casta especial, quiso ser uno más, y además quiso estar con los más pobres, con los más desfavorecidos, con aquellos que nadie quiere, nos dio una gran lección de amor y de solidaridad con todo el genero humano. También nos pide a todos nosotros que acojamos a los más desprotegidos, a los que nadie quiere; a los no nacidos por comodidad y capricho de unos padres que no quieren problemas, a los ancianos que están solos, a los huérfanos, a las personas con problemas y dificultades, a los enfermos.
 
Ese es el amor de Cristo, ese es el amor verdadero, pero ahora bien, no penséis que os responderán con amor todo lo que hagáis por los demás, porque del amor y la entrega, muchas veces os devolverán mal, un mal en forma de envidia, de calumnia, de injusticia, de insulto, de incomprensión, de persecución, e incluso de muerte como le ocurrió a nuestro Señor, y nosotros que somos sus discípulos no podemos ser menos que el Maestro, seguir a Cristo, significa estar dispuesto a abrazarse a la cruz.
 
Cristo se rebajó de su rango, y lo hizo por amor, lo hizo con el corazón y obedeciendo al Padre, no lo hizo con la cabeza, porque si lo hubiera hecho con el sentido común no habría ido a Jerusalén, ¿qué no sabía lo que le esperaba tras su entrada triunfal? Por supuesto que sabía lo que le ocurriría, pero quiso que se cumpliera la voluntad del Padre.
 
También nosotros tenemos que aceptar los retos que el Señor nos pone en nuestra vida, tener paciencia para que se cumplan los tiempos de Dios, para abrazarnos a la cruz, para tener la firme esperanza de que después de la cruz y el dolor viene la resurrección y la vida.
 
Escuchar y contemplar la pasión de Jesús es vivir, recordar y actualizar el gran amor que el Señor nos tiene a todos nosotros, porque somos hijos queridos y amados de Dios, que cuando el Señor pase por nuestras vidas podamos afirmar con alegría y con cantos ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!



Javier Abad Chismol.  Parroco
    

sábado, 16 de marzo de 2013

V SEMANA DE CUARESMA



MIRAD VOY HACER ALGO NUEVO
V SEMANA DE CUARESMA (C-2013)



Llegan las palabras de esperanza a un pueblo que está “sordo” y “ciego”, que está hundido ante el fracaso de la negación de Dios, de estar preso del pecado, de la infidelidad, es el destierro que no nos deja estar con Dios, tenemos  que morir al hombre viejo para que así brote algo nuevo en nosotros, en nuestras vidas, es la transformación del pecado a la gracia, de la muerte a la vida.

El pueblo tiene que ser de nuevo salvado, al igual que nosotros necesitamos y precisamos del amor de Dios, cada año vivimos la cuaresma, la sensación necesaria de volver nuestro rostro a Dios, porque estamos como cegados por nuestro egoísmo y necesitamos ese reencuentro, que el Señor nos vuelva a salvar del pecado.

De esa experiencia viene a cada uno de nosotros el verdadera conocimiento y práctica de nuestra fe, es decir, que para nosotros lo más importante es Cristo, para nosotros es vital y fundamental el Señor, es más, san Pablo llega a comparar la ausencia de Dios, la preferencia con las cosas del mundo con el estiércol. Que no dejemos a Dios lo secundario, que sepamos donde debe estar nuestra confianza, esa es la verdadera verdad, esa es nuestra vida y por lo tanto nuestra meta y nuestro fin.

De tal manera que anhelemos la misma muerte que el Señor, porque busco de todo corazón la resurrección, debo morir a las cosas del mundo para así tener la vida que permanece, y es la salvación. Corremos hacia la meta, pero ahora ya sabemos lo que queremos y lo que buscamos.

De nuevo los judíos ponen a prueba a Jesús, quieren pillarlo con sus propias palabras, quieren que su lengua, sus palabras, sean su verdugo, quieren que se rebele contra la ley de Moisés y de esta manera tener motivo para condenarlo como blasfemo, como enemigo de Dios.

Le ponen una mujer delante de ellos, una mujer que había cometido adulterio, y la ley dice que tenía que morir apedreada, le preguntaron a Jesús que hacían. De nuevo las palabras de Jesús les desconcertado, “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” y poco a poco se fueron todos retirando, Jesús le dijo, ya no están tus acusadores, por lo tanto ya puedes irte;” veté y no peques más”.

Así nosotros experimentamos que  el Señor nos perdona de la infidelidad y de la acusación a nuestros hermanos, es que en definitiva brote algo nuevo en nosotros.

Javier Abad Chismol

HABEMUS PAPAM: FRANCISCO
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, elegido Sucesor de Pedro
Biografía del nuevo Pontífice

El Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina. Realizó los estudios de química y después entró en el Seminario Villa de Voto el 11 de marzo de 1958 e ingresó en el noviciado de la compañía de Jesús. Completó los estudios en humanidades en Chile en 1963. De vuelta a Buenos Aires obtuvo la Licenciatura en el Colegio Mayor San José.

Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y filosofía en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.

De 1967 a 1970 estudió teología en el mismo Colegio Mayor donde también se licenció. El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote.

Entre 1970 y 1971 realizó la Tercera Probación en Alcalá de Henares y el 22 de abril de 1973 hizo su profesión perpetua.

Fue maestro de novicios en Villa Barilari, San Miguel, entre 1972 y 1973. También fue profesor en la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y rector del colegio mayor.

El 31 de julio de 1973 fue nombrado Provincial de Argentina, encargo que ejerció durante 6 años.

Entre 1980 y 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología de la misma Casa de San Miguel, y párroco de la Parroquia del patriarca san José en la diócesis del mismo nombre.

En marzo de 1986 estuvo en Alemania donde concluyó su Tesis Doctoral; entonces sus superiores lo destinaron al Colegio del Salvador, desde donde pasó a la Iglesia de la Compañía en la Ciudad de Córdoba como director espiritual y confesor.

El 20 de mayo de 1992, el beato Juan Pablo II le nombró Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año, recibió en la Catedral de Buenos Aires la ordenación espiscopal. Su lema episcopal es MISERANDO ATQUE ELIGENDO.


El 3 de junio de 1997, fue nombrado Arzobispo coadjutor de Buenos Aires y el 28 de febrero de 1998 Arzobispo titular de la diócesis.

Es autor de varios libros entre ellos Meditaciones para religiosos, 1982, Refflexiones sobre la Vida Apostólica, 1986 y Reflexiones de Esperanza, 1992.

Es el Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Argentina.

Gran Canciller de la Universidad Católica de Argentina.

De noviembre de 2005 a noviembre de 2011 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Argentina.

El beato Juan Pablo II le creó Cardenal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001.

Ha sido Miembro de las Congregaciones para el Culto Divino y la Displina de sacramentos, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y la Sociedad de Vida Apostólica. Es también miembro del Pontificio Consejo para la familia.

Es miembro de la Pontificia Comisión para América latina.

Por otro lado, en enero de 2006 impartió en Madrid los ejercicios espirituales a los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española. 




 


SANTO DE LA SEMANA

José de Nazaret



San José de Nazaret
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Estatua de San José por los hermanos Duthoit (siglo XIX). Capilla de San José (1832), Catedral de Notre Dame de Amiens
Patriarca - Padre - Casto - Confesor - Obrero

MISA EN HONOR A SAN JOSE EN NUESTRA PARROQUIA CON LAS FALLAS DEL BARRIO; FERMIN Y GALAN Y MARIA ROS.
12:00 HORAS 














José de Nazaret (heb.יוסף הקדוש) fue, en el cristianismo y según diversos textos neotestamentarios, el esposo de María, la madre de Jesús de Nazaret y, por tanto, padre terrenal de Jesús. Según los Evangelios, era de oficio artesano (en el original griego, «τεχτων»; Mateo 13:55a), lo que ya en los primeros siglos del cristianismo se concretó en carpintero, profesión que habría enseñado a su hijo, de quien igualmente se indica que era "artesano" (Marcos 6:3a). De condición humilde, aunque las genealogías de Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38, lo presentan como perteneciente a la estirpe del rey David. Se ignora la fecha de su muerte, aunque se acepta que José de Nazaret murió cuando Jesucristo tenía ya más de 12 años pero antes del inicio de su predicación. En efecto, el evangelio de Lucas menciona a «los padres» de Jesús cuando éste ya cuenta con 12 años (Lucas 2:41-50), pero no se menciona a José de Nazaret en los Evangelios canónicos durante el ministerio público de Jesús, por lo que se presume que murió antes de que éste tuviera lugar. Las Escrituras señalan a José como «justo» (Mateo 1:18), que implica su fidelidad a la Ley y su santidad. La figura de José fue contemplada y admirada por diversos Padres y Doctores de la Iglesia y es hoy objeto de estudio de una rama particular de la Teología, la Josefología. La exhortación apostólica Redemptoris custos, escrita por Juan Pablo II y publicada el 15 de agosto de 1989, es considerada la carta magna de la teología de San José.1

Índice

José de Nazaret en el Nuevo Testamento

El evangelio de Mateo 1:18-24 muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al saber que María estaba embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era justo, porque no quería que fuera apedreada según lo dispuesto en la Ley (Deuteronomio 22:20-21). La Escuela bíblica y arqueológica francesa de Jerusalén interpreta que la justicia de José consistió en no querer encubrir con su nombre a un niño cuyo padre ignoraba, pero también en que, convencido de la virtud de María, se negaba a entregarla al riguroso procedimiento de la Ley.2 Según el evangelio de Mateo, el ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo «salvaría a su pueblo de sus pecados», por lo que José aceptó a María (Mateo 1:20-24).

Detalle de José de Nazaret en el Descanso en la huida a Egipto (1517), óleo sobre lienzo de Antonio Allegri da Correggio.
Luego, antes que Herodes el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años de Belén y de toda la comarca, José tomó al niño Jesús y a su madre y huyó a Egipto (Mateo 2:13-18). Al morir Herodes, José entró nuevamente con el niño y su madre en tierra de Israel pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande, reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a Nazaret (Mateo 2:19-23).Nota 1 Según el evangelio de Lucas, Nazaret había sido el lugar de residencia de María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación (Lucas 1:26-38).

Significado del nombre, y oficio de José

José (o Joseph en su transcripción arcaica al español, usada hasta inicios del s. XIX) es un nombre masculino de origen hebreo que deriva de yôsef (יוסף) «añada», del verbo lehosif (להוסיף) «añadir». La explicación del significado de este nombre se encuentra en el libro del Génesis.
Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno, y ella concibió y dio a luz a un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios mi afrenta.» y le llamó José, como diciendo: «Añádeme YHWH otro hijo.»
Génesis 30,22-24
.
El hecho de que José de Nazaret sea mencionado como padre putativo de Jesús,Nota 2 habría dado lugar en castellano al acrónimo Pepe, resultante del conjunto de ambas iniciales.3 4 Sin embargo otros piensan que se trata de una versión reducida de Jusepe (antigua versión del nombre en español).5
El evangelio de Mateo en griego señala que Jesús de Nazaret era «hijo del artesano» (Mateo 13:55a) y el evangelio de Marcos expresa que a Jesús mismo le hacían de ese oficio: «¿No es éste el artesano?» (Marcos 6:3).
El término griego usado en ambos casos, «τεχτων», no corresponde específicamente a «carpintero», sino a «artesano», a «obrero»,6 aunque más frecuentemente se diga de José que era carpintero. De hecho, así se lo suele traducir en la mayoría de las Biblias, incluyendo la Biblia de Jerusalén: «¿No es éste (Jesús) el hijo del carpintero?» (Mateo 13:55a).7

José de Nazaret en la Patrística

Los Padres de la Iglesia fueron los primeros en retomar el tema de José de Nazaret. Ireneo de Lyon señaló que José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la María es figura y modelo.8 A Ireneo se sumó Efrén de Siria con un sermón laudatorio,9 Juan Crisóstomo,10 Jerónimo de Estridón,11 y Agustín de Hipona, quien apuntó de forma taxativa refiriéndose a José y a María:
Lo que el Espíritu Santo ha obrado, lo ha obrado para los dos. Justo es el hombre, justa es la mujer. El Espíritu Santo, apoyándose en la justicia de los dos, dio un hijo a ambos.
San Agustín, Serm. 51, c. 20.
Según la tradición apostólica, José nació en Belén. Los padres de José eran Santiago y Santa Juana. Santiago (cuyo nombre original es Jacob) era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Estha. Su genealogía es la del Evangelio de San Mateo. Santa Juana (cuyo nombre original es Abdit), llamada por algunos Abigail, era de Belén. Sus padres eran Eleazar y Abdit.
Además, José podría haber tenido un primo hermano de nombre Cleofás, quizá padre de Santiago el Menor, José Barsabás, Simón El Celote, Judas Tadeo, Lidia y Lisia. Todos ellos fueron conocidos como hermanos de Jesús, aunque la interpretación tradicional católica considera que serían sus primos segundos.

San José en la Iglesia católica

Numerosos autores cristianos, varios de ellos doctores de la Iglesia, se refirieron a lo largo de la historia a José de Nazaret (Beda el Venerable, Bernardo de Claraval, Tomás de Aquino en su Summa Theologiae, 3, q. 29, a. 2 in c.).12 Sixto IV (1471-1484) introdujo la festividad de San José en el Breviario romano, e Inocencio VIII (1484-1492) la elevó a rito doble.
También desde el comienzo de la Orden de Frailes Menores, los franciscanos se interesaron en José de Nazaret como modelo único de paternidad. Distintos escritores franciscanos desde el siglo XIII al XV (Buenaventura de Fidanza, Juan Duns Scoto, Pedro Juan Olivi, Ubertino da Casale, Bernardino de Siena, y Bernardino de Feltre) fueron sugiriendo progresivamente cómo José de Nazaret podría convertirse en un modelo de fidelidad, de humildad, pobreza y obediencia para los seguidores de Francisco de Asís.13
Sin embargo, fue Teresa de Ávila quien dio a la devoción a San José el espaldarazo definitivo en el siglo XVI. Esta mística española relata su experiencia personal referida a José de Nazaret en el Libro de la Vida:
Y tomé por abogado y señor al glorioso san José, y encomendéme mucho a él. [...] No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas, y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía mandar), así en el cielo hace cuanto le pide. [...] Paréceme, ha algunos años, que cada año en su día le pido una cosa y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío. [...] Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En especial personas de oración siempre le habían de ser aficionadas, que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles, en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a san José por lo bien que les ayudó en ello. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso santo por maestro, y no errará en el camino.14
Teresa de Ávila, Libro de la Vida, cap. 6, nn. 6-8.

Lienzo cuzqueño que representa a San José con el Niño Jesús. Perú es uno de los países de los cuales José de Nazaret fue proclamado santo patrón.
Por la fidelidad a su esposa con la que, según la Iglesia católica, consumó el matrimonio manteniéndose casto, debido a que María estaba profundamente entregada al amor de su padre divino, San José recibió el don divino de la paternidad aún siendo verdadero esposo virginal, de ahí su dignidad y santidad. San José fue declarado patrono de la familia y es por antonomasia el patrono de la buena muerte, atribuyéndosele el haber muerto en brazos de Jesús y de María.
El papa Pío IX lo proclamó patrono de la Iglesia universal en 1870. Debido a su trabajo de carpintero es considerado patrono del trabajo, especialmente de los obreros, por dictamen de Pío XII en 1955, que quiso darle connotacion cristiana a la efeméride del Día internacional de los trabajadores.
La Iglesia católica lo ha declarado también protector contra la duda y el papa Benedicto XV lo declaró además patrono contra el comunismo y la relajación moral. El 15 de agosto de 1989, el papa Juan Pablo II le dedicó la exhortación apostólica Redemptoris Custos, en ocasión del centenario de la encíclica Quamquam pluries del papa León XIII.15 Ha sido proclamado patrono de América, China, Canadá, Corea, México, Austria, Bélgica, Bohemia, Croacia, Perú, Vietnam.

José en la Sagrada Familia

José constituye uno de los tres pilares que componen la familia cristiana modelo, tanto en su aspecto interno (en las relaciones entre los distintos miembros que la integran) como en el externo (la familia en la sociedad).
Se puede afirmar que José no era padre adoptivo en sentido estricto pues no hubo ninguna adopción, ningún negocio jurídico equivalente a ello. José fue la persona que, según la tradición cristiana, Dios eligió para constituir una familia para Jesús. Y tal familia se caracterizó por sólo tres elementos, destacando que de ellos, José asumió el rol masculino.
José, un hombre justo, se caracterizó en sus relaciones familiares, por dar una trato de máximo respeto y apoyo a María y por servir de modelo, por voluntad de Dios, a Jesús. Son estas notas las que constituyen el aspecto fundamental de la familia cristiana vista internamente. Y nos llevan a afirmar que José es una de las figuras centrales del cristianismo, un hombre excepcional.

Josefología


San José de la Hermandad de Desamparados (San Fernando, España). En la imagen se observa la vara florida, uno de los símbolos de José de Nazaret a partir del siglo V.
En el presente, algunos teólogos católicos sostienen que José subió al cielo en cuerpo y alma e inclusive que José fue inmaculado desde su concepción.16 La «Josefología», como rama de la Teología que estudia a José de Nazaret, está en constante evolución.

Iconografía

San José se halla representado desde el siglo III en algunos relieves de sarcófagos, siempre junto a la Virgen María, llevando ordinariamente como distintivo un cayado (bastón con el extremo superior curvo) o un instrumento de su oficio.
Hasta el siglo V siempre se le da un aspecto joven y hasta el siglo XIII nunca figura aislado o fuera de escena.

Oración a San José

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades. Proteged, prudentísimo custodio de la Sagrada Familia, al linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, oh, poderosísimo Protector nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de las asechanzas del enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros, con vuestro perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la felicidad eterna del cielo. Amén.
Prescrita por León XIII.

San José y Las Fallas de Valencia

En Valencia, España, se celebran unas fiestas tradicionales llamadas Fallas de Valencia en las que, entre otros actos, se queman unos monumentos hechos de madera y cartón en diferentes puntos de la ciudad. Éstas se celebran en honor de San José. Los principales actos de Las Fallas son:
  • La Despertà
  • La Mascletà
  • El Castell de Focs artificials
  • La Cremà

Véase también

sábado, 9 de marzo de 2013

CUARTA SEMANA DE CUARESMA



ESTE HERMANO TUYO ESTABA MUERTO Y HA VIVIDO


El pueblo de Dios, el pueblo elegido ha llegado a la Tierra Prometida, al encuentro con el Señor, después de pasar cuarenta años en el desierto, de pasar dificultades, de incluso de enfadarse con Dios por las adversidades del camino, de fabricar otros ídolos, de maldecir a Dios, de ver la salvación de los egipcios como otra esclavitud mayor.
Esto es similar a nuestra vida, el bautismo es nuestro sí al Señor, pero el hecho de estar bautizados, de renunciar al pecado, de querer seguir la luz de Cristo no nos lleva a creer o mal creer que por este motivo ya no vamos a tener dificultades de ningún tipo, reconocer al Señor es saber a dónde vamos, no es librarnos de las piedras del camino, por ello entendamos la conversión, como la lucha contra los obstáculos, pero hagamos ese trayecto con confianza y con fe.
Estamos llamados a vivir en Cristo, tenemos una oportunidad grandiosa de ser hombres y mujeres  nuevos, es el regalo de la cuaresma, la conversión del corazón, la posibilidad infinita de perdón, no por nuestros méritos, Cristo murió por todos nosotros, él carga con nuestras culpas, él limpia nuestro pecado, él que es infinito amor y misericordia.
Todos somos pecadores, y todos podemos redimirnos, Jesús cuenta la parábola del Hijo Pródigo para aquellos que son duros de corazón, aquellos que por un lado aprovechan todos los dones que el Señor da, para luego desperdiciarlo. Aquel hijo que después de gastarlo todo vuelve a la casa del Padre, pide perdón y él le acoge, humanamente esto es impensable, que después de malgastarlo todo vuelva como si nada, y seguramente por interés. Pero el Padre perdona y acoge, lo celebra, es el milagro de la conversión y de la misericordia infinita de Dios. Y luego también la actitud del hijo mayor ante la bondad del Padre de perdonar, cuando él ha hecho lo correcto y el otro no.
No podemos tener celos del amor y perdón de Dios, debemos sentirnos perdonados y alegrarnos del perdón y de la conversión de otros, es decir vivir la misericordia de Dios y darla a los demás.
Javier Abad Chismol