jueves, 23 de abril de 2015

LA LEY DEL ABORTO EN ESPAÑA, CARDENAL ANTONIO CAÑIZARES

Cardenal Cañizares: “No puedo permanecer callado ante la `minirreforma´de la ley del aborto”
En un artículo, expresa que “con el derecho a la vida no se juega, es innegociable”



VALENCIA, 23 ABR. (AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha expresado en un artículo sobre la que califica como “minirreforma de la ley del aborto”, que “por honestidad intelectual, por fidelidad a mis convicciones y a mi fe, y en mi deber de amor y lealtad para con nuestro pueblo, así como en mi lealtad ante quienes tienen responsabilidades legislativas o de gobierno, no puedo permanecer callado: ¡apuesto por el hombre!; y, por eso, apuesto por la madre y por el niño”.

En el artículo, publicado ayer en la tribuna semanal que firma el purpurado en el diario La Razón y que hoy reproduce íntegramente el periódico de la diócesis de Valencia “Paraula”, el arzobispo de Valencia confiesa que, ante esa “minirreforma”, “me he sentido muy dolido, apenado y sorprendido en mi condición sencillamente de hombre de fe, de razón y como ciudadano de un país como el nuestro”.

El purpurado destaca que “es necesario que digamos `sí´ al hombre si queremos que haya futuro” y hace un llamamiento a “jueces, expertos en leyes, médicos, pensadores” para que “salgan en defensa del hombre, y de esos niños que no van a nacer, y que cuentan tan poco en la `ley´ vigente, en el fondo sancionada de alguna manera por la mínima reforma que el Partido Popular introduce ahora en su contenido”. 

Con el derecho a la vida no se juega, es innegociable

Considera el cardenal Cañizares que “el desconcierto que ha suscitado en muchos esta mínirreforma es más que notable” y, después de advertir que “las consecuencias son imprevisibles”, concluye asegurando que “con el derecho a la vida no se juega, es innegociable”.

En su artículo, el titular de la archidiócesis de Valencia expresa que “el Gobierno, olvidando sus principios, desdiciéndose de gestos anteriores, y volviéndose atrás de las promesas electorales, aprobó una mínima reforma, más real que aparente, de la ley vigente que consagra el derecho al aborto”. 

Además, “la mínima reforma deja intacta la ley y los apoyos de la ley, que el propio Gobierno estimó, en su día, inconstitucional”. Y recuerda que “no existe, ni puede existir, ningún derecho a eliminar la vida, ni la propia ni, menos aún, la de otro, y menos todavía aún si es inocente, débil e indefensa”.

Más adelante, el cardenal Antonio Cañizares reconoce que “desconocía por completo que el Partido Popular había cambiado tan radicalmente hasta hacer suyo un texto que reprobó en su momento y que pertenece a la ideología de la oposición”. A este respecto, el arzobispo de Valencia insiste en destacar que “el aborto es la violación del derecho más fundamental y sacrosanto de los Derechos Humanos: el derecho a la vida, entrañado en lo más propio de la dignidad inviolable de todo ser humano, base de la convivencia entre los hombres, base de la sociedad”. 

Consecuencias muy graves

Por ello, “las consecuencias de esto son muy graves; entre otras, las de un relativismo brutal –verdadera dictadura– que carcome y mina los cimientos éticos de la convivencia social, que lleva a un horizonte de vida y de sentido en que no hay nada en sí y por sí mismo verdadero, bueno y justo, que genera una mentalidad incapaz para lo que corresponde a la naturaleza, para lo objetivo y válido en sí y por sí, y para principios estables y universales” . 

Además, “resulta paradójico que la ley vigente, que tanto se pronuncia por la libertad, no reconozca la libertad de conciencia ni la objeción de conciencia de médicos, del personal sanitario, o de otros implicados en el asunto, siendo así que la libertad de conciencia y –consecuentemente la objeción de conciencia– está en la base del actuar libre del hombre”. 

ARTÍCULO ÍNTEGRO DEL CARDENAL CAÑIZARES 

Minirreforma de la ley del aborto

Lamento que mi artículo semanal en LA RAZÓN tenga que ser sobre el tema del aborto. El martes pasado tuvimos la noticia de que el Gobierno, olvidando sus principios, desdiciéndose de gestos anteriores, y volviéndose atrás de las promesas electorales, aprobó una mínima reforma, más real que aparente, de la ley vigente que consagra el derecho al aborto. La mínima reforma deja intacta la ley y los apoyos de la ley, que el propio Gobierno estimó, en su día, inconstitucional. No podemos olvidar lo que dije en su momento a propósito de la ley vigente, que «el aborto, se quiera o no, tiene que ver con la muerte provocada violentamente contra un ser humano inocente, débil e indefenso: el niño», y esto es una eliminación de un ser humano. Por eso es lo más contrario que se pueda pensar y que peor se pueda casar con la salud, al menos de la criatura a eliminar o eliminada. Con el aborto provocado no se edifica nada, no se sana nada, no se genera vida y salud, sólo se destruye un ser humano, minando además el fundamento mismo de la sociedad formada por seres vivos y sobre la base de un Estado de Derecho. No existe, ni puede existir, ningún derecho a eliminar la vida, ni la propia ni, menos aún, la de otro, y menos todavía aún si es inocente, débil e indefensa.

Con esta reforma mínima se mantiene «la carga ideológica del título de la ley vigente, no es más que un anticipo y reflejo de lo que viene después en la exposición de motivos y en el articulado con todo un contenido ideológico que afecta a la visión del hombre, a la consideración y jerarquización de los derechos humanos, y a la misma concepción de nuestra sociedad y nuestra cultura. Sin duda, el conjunto de la ley vigente «entraña un cambio completo en la mentalidad de nuestro pueblo que apunta a un nuevo modelo de sociedad que nada o poco tiene que ver con lo que somos como pueblo. De alguna manera el texto de la ley vigente», sancionada por el Partido Popular con esta minirreforma, consolida y «corona un edificio que durante años se trata de edificar». Desconocía por completo que el Partido Popular había cambiado tan radicalmente hasta hacer suyo un texto que reprobó en su momento y que pertenece a la ideología de la oposición. El aborto, es necesario afirmarlo una vez más, es la violación del derecho más fundamental y sacrosanto de los Derechos Humanos: el derecho a la vida, entrañado en lo más propio de la dignidad inviolable de todo ser humano, base de la convivencia entre los hombres, base de la sociedad. En el aborto se viola el «no matarás» absoluto inscrito en la naturaleza humana y que pertenece a la «gramática común» del ser humano; en el aborto es derrotada la humanidad, el Estado de derecho y Democrático, la medicina, la Justicia,…, todos, en fin.

La ley vigente, sancionada ahora también por el partido en el Gobierno, «en el fondo, consagra la libertad por sí misma –en clave de un idealismo ya superado– como el criterio primero y principio fundamental de la actuación del hombre y del ordenamiento civil. Las consecuencias de esto son muy graves. Entre otras, las de un relativismo brutal –verdadera dictadura– que carcome y mina los cimientos éticos de la convivencia social, que lleva a un horizonte de vida y de sentido en que no hay nada en sí y por sí mismo verdadero, bueno y justo, que genera una mentalidad incapaz para lo que corresponde a la naturaleza, para lo objetivo y válido en sí y por sí, y para principios estables y universales. Resulta paradójico que la ley vigente que tanto se pronuncia por la libertad, no reconozca la libertad de conciencia ni la objeción de conciencia de médicos, del personal sanitario, o de otros implicados en el asunto, siendo así que la libertad de conciencia y –consecuentemente la objeción de conciencia– está en la base del actuar libre del hombre.

En el texto de la ley vigente no reformado «nos encontramos también con la ‘‘ideología de género’’, que es una burda e intolerable manipulación de la mujer a quien, por su propia naturaleza, le corresponden derechos inalienables que todos debemos reconocer y respetar plenamente. Esta ideología, como es sabido, va mucho más allá y constituye una verdadera revolución cultural en la que muy pocas cosas quedan en pie». «Atentos, además, a otro asunto: el texto de la ley vigente abre la puerta para legalizar posteriormente la eutanasia, porque, por ejemplo, si determinados diagnósticos prenatales apuntan a enfermedades incurables posteriores pueden ser la base legal para producir legítimamente el aborto de la criatura en el seno de su madre, ¿por qué no hacer lo mismo posteriormente?». Podríamos abundar en otras cosas. Pero por hoy basta. Me he sentido muy dolido, apenado y sorprendido en mi condición de hombre de fe, pero inseparablemente en mi condición de hombre, sencillamente hombre de razón y como ciudadano de un país como el nuestro. Por honestidad intelectual, por fidelidad a mis convicciones y a mi fe, y en mi deber de amor y lealtad para con nuestro pueblo, así como en mi lealtad ante quienes tienen responsabilidades legislativas o de gobierno, no puedo permanecer callado: ¡Apuesto por el hombre!; y, por eso, apuesto por la madre y por el niño. Es necesario que digamos «sí» al hombre si queremos que haya futuro. Y desde aquí, pido que jueces, expertos en leyes, médicos, pensadores, salgan en defensa del hombre, y de esos niños que no van a nacer, y que cuentan tan poco en la «ley» vigente, en el fondo sancionada de alguna manera por la mínimarreforma que el Partido Popular introduce ahora en su contenido. El desconcierto que ha suscitado en muchos esta míreforma es más que notable. Las consecuencias son imprevisibles. Con el derecho a la vida no se juega, es innegociable.
(AVAN)

viernes, 10 de abril de 2015

SAN VICENTE FERRER


TENDREMOS LA CELEBRACIÓN EN HONOR DE SAN VICENTE FERRER EL LUNES DÍA 13 DE ABRIL A LAS 19:30 HORAS

Vicente Ferrer (santo)

San Vicente Ferrer
Ferrer.jpg
Giovanni Bellini: ca. 1465, Stos. Juan y Pablo, Venecia
Confesor
Nacimiento23 de enero de 1350
ValenciaEscut Regne de València 1668.svg Reino de Valencia
Fallecimiento5 de abril de 1419
VannesKroaz Du.svg Reino de Bretaña
Venerado enIglesia católica
Canonización3 de junio de 1455
por Calixto III
Principal SantuarioCatedral de Vannes
Festividad5 de abril
PatronazgoComunidad Valenciana
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Interior Casa Natalicia de San Vicente Ferrer en Valencia
Vicente Ferrer O.P. (Valencia, 23 de enero de 1350 – Vannes 5 de abril de 1419), en valenciano Vicent Ferrer, fue un dominicovalenciano, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo.
Es el patrón principal de la Comunidad Valenciana; en su conmemoración se levantan en las calles de Valencia escenarios llamados "altares", donde son representadas por niños escenas de su vida y milagros. Es un santo muy apreciado en la mayoría de los lugares que recorrió en sus viajes de predicación.
Conocido cariñosamente como "Sant Vicent el del ditet", debido a que, según leyendas populares, logró varios milagros alzando su dedo índice, siendo así representado en su iconografía; también es representado por "alas", porque está considerado como el "ángel del Apocalipsis", ya que él mismo se consideró un "legatus a latere Christi" y anunció en numerosas ocasiones la inminente llegada del Anticristo y el fin del mundo, tal como hizo, por ejemplo, en los varios sermones que predicó en la ciudad de Toledo en el año 1411.
Asimismo, sus predicaciones por diversas ciudades de Europa, sobre todo en Italia, fueron constantes a raíz de la célebre visión que tuvo en la ciudad de Aviñón en el año 1398. Era seguido por multitudes que lo acompañaban en sus itinerarios, entre ellas un séquito de flagelantes que se azotaban las espaldas como purga de sus pecados. Solía viajar subido sobre un asno y se alojaba en los conventos de frailes dominicos de las ciudades y pueblos en donde predicaba.
Multitud de ermitas y altares recuerdan en muchos rincones de la Europa occidental, anécdotas históricas o apócrifas, la multitud de milagros realizados por el santo en su largo camino de predicación o reliquias de San Vicente.
Muy importante fue su activa y decisiva participación en el Compromiso de Caspe, en donde fue elegido como rey de AragónFernando de Antequera, de la dinastía Trastamara procedente de Castilla.

Biografía[editar]


S. Vicente Ferrer por Francesco del CossaNational Gallery
Vicente Ferrer nace en Valencia el 23 de enero de 1350. Fueron sus padres Guillermo Ferrer, y Constancia Miguel. Tuvieron tres hijas y tres hijos. Pertenecía a una familia acomodada del "cap i casal", la ciudad de Valencia. Su padre era notario y estaba bien relacionado con las clases altas, lo que le permitió un bautizo con ilustres padrinos y el "beneficio de Santa Ana" en la Parroquia de Santo Tomás. Cuando nació Vicente Valenciaterminaba de sufrir la Peste Negra.
Sus primeros estudios fueron en Valencia, en una de sus múltiples escuelas, donde se inició en "estudios de latinidad". En febrero de 1367 tomó el hábito tras haber ingresado en el Convento de los Predicadores de Valencia, los dominicos. Entre 1368 y 1375 fue enviado por sus superiores a profundizar sus estudios en LéridaBarcelona y Toulouse. En Lérida dio clases como profesor de Lógica, donde se encontraba en su época el Estudio General de la Corona de Aragón, la Universidad.

En el Cisma de Occidente[editar]

Vicente trabajó activamente en conseguir solucionar el llamado Cisma de Occidente. En 1377 regresaban los Papas a Roma tras casi tres cuartos de siglo en Avignon. Pero al morir Gregorio XI se eligió a Urbano VI, lo que llevó a graves disturbios y momentos de tensión con denuncias sobre la legalidad de la elección. Las ausencias de algunos electores y las presiones francesas a las que se sumó el cardenal español Pedro de Luna conocido posteriormente como el Papa Luna, llevó a que un grupo de electores declarara nula en agosto la elección y eligiera el 20 de septiembre a Clemente VII. La Europa cristiana quedaba dividida entre los que obedecían a Roma y los de Aviñón.
Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, terminó por apoyar a Clemente VII y este delegó en Vicente Ferrer para intervenir en el reino de Valencia, donde ya se encontraba el delegado de Urbano VI.
Su actividad en Valencia a favor de Clemente VII fue intensa, lo que llevó a que el rey recibiera distintas cartas y denuncias unas a favor y otras en contra. Tal fue la situación que le llevó a renunciar voluntariamente a su cargo de Prior del Convento de los Predicadores, cargo que ostentaba desde hacia algún tiempo. Su apoyo a Avignon le llevó a escribir un tratado en 1380.
En esta época Vicente siguió su trabajo de predicación por todo el antiguo reino de Valencia, de las que tenemos constancia, como una Cuaresma en Segorbe u otra en Valencia capital. También hay que destacar su intervención en sentencias entre religiosos, o sus clases como profesor de teología en "La Seu" (catedral) de Valencia entre 1385 y 1390.
En 1394 fue elegido papa de Avignon Pedro de Luna como Benedicto XIII, y llamó a Vicente, le ofreció distinciones cardenalicias y obispados, pero Vicente no veía con buenos ojos el ambiente de la curia de Avignon y marcha al convento de los predicadores de la ciudad. El cisma le causaba un gran dolor interior, y en ese momento sufre una enfermedad que parecía llevarle a la muerte. El 3 de octubre tiene una visión que cambia el rumbo de su vida y desde ese momento se dedica a la predicación itinerante, a la que se consagra totalmente, recorriendo los caminos de Europa occidental a pie.
Vicente seguía siendo partidario de los papas de Avignon. Recordaba las plagas bíblicas y afirmaba que la novena plaga eran las tinieblas: durante tres días estuvieron hombres y mujeres sin verse el uno al otro y decía que esto significaba el Cisma y los tres días eran los tres papas que había en ese momento, Juan, Gregorio y Benedicto.
Tras su intervención en Caspe y en sus frecuente encuentros con el rey Fernando, Benedicto XIII y el emperador Segismundo tratan sobre la unión de la Iglesia. El 6 de enero de 1416, Vicente Ferrer en Perpiñán, leyó un documento por el que la Corona de Aragón se sustraía de la obediencia a Avignon. Al año siguiente en 1417 fue elegido Martín V como Papa de toda la Cristiandad.

En el Compromiso de Caspe[editar]


Casa natalicia de San Vicente Ferrer

Acceso al pouet de Sant Vicent, junto a su casa natalicia

Portal del Pouet de San Vicent Ferrer en Valencia

Portal del pouet
Su participación es sin duda un hecho fundamental para el futuro de toda España, tanto en su época como posteriormente.
Su participación está documentada por su propio hermano Bonifacio que también participó como compromisario representando a Valencia.
Vicente llegó a Caspe en abril de 1412 y era el octavo compromisario por orden jerárquico, pero fue el primero, tal vez por su prestigio y peso moral en emitir el voto, y seguramente esto fue decisivo para el futuro de la Corona de Aragón y de la futura España. Su voto fue a favor de Fernando de Antequera y tras él, su hermano y otros cinco compromisarios de Aragón y Valencia hicieron lo propio votando también por Fernando, dos compromisarios votaron por el Conde de Urgel, uno se abstuvo y otro no había formado una opinión.1
Según algunas crónicas los partidarios del conde de Urgel trataron de asesinar a Vicente por tierras de Lérida.

Vicente y otras religiones[editar]

Vicente Ferrer fue uno de los antisemitas más nefastos que existieron en la historia de España,,2 su lema era «bautismo o muerte».3 De los judíos dijo que eran «animales con rabo y que menstrúan como las mujeres».4 Afirmaba que «los judíos tienen entre otros el más oculto y abominable oprobio pues les sale de la cara aquel exangue olor y amarillez de su rostro (...) La señal de Caín está puesta sobre ellos y es el olor que exhalan».5 Fue impulsor del pogromo de 1391 en el barrio judío de Valencia, donde actualmente se ubica la plaza San Vicente Ferrer; y en Toledo consiguió la transformación de la Sinagoga Mayor de Toledo en la Iglesia de Santa María la Blanca.6Como resultado, bien de sus predicaciones, bien de la violencia de la revuelta antijudía de 1391, una gran cantidad de judíos se convirtieron al cristianismo, originándose a partir de entonces una importante comunidad de cristianos nuevos. Hay autores que niegan que Vicente Ferrer estuviera en Valencia en 1391, y que insisten en que nunca aprobó la violencia, aunque sí que pensaba que aquel quebranto era una buena oportunidad para intensificar la catequesis.7
Su trabajo se vio facilitado por su conocimiento intenso del hebreo, las tradiciones, y las Escrituras.8
Vicente tuvo un trato especial con los convertidos, encargando su formación y educación en el cristianismo a personas seleccionadas, o como el converso musulmán Atmez Hannexa, que tomó el nombre de Vicente cuando se bautizó, del que se preocupó para que él y su familia tuvieran una pensión para su socorro y sustento, y pudiera predicar entre musulmanes y cristianos [cita requerida].

Casa de San Vicente Ferrer, Valencia (Ciudad)

Últimos años de su vida[editar]

Le pidieron que asistiera al Concilio de Constanza, pero él optó por seguir con su trabajo y continuó predicando por Francia, evitando las zonas en guerra.
Recorrió el Mediodía francés, la Auvernia, pasando luego a la Bretaña, donde transcurrirán los últimos meses de su vida. Encontrándose gravemente enfermo, decidió partir hacia Valencia. Sufrió una terrible tempestad al salir del puerto de Vannes lo que él interpretó como una señal de Dios para que volviera a Vannes a pasar el resto de sus días. Falleció en Vannes el 5 de abril de 1419. Su sepulcro se halla en la catedral de dicha ciudad.

Canonización[editar]

En 1431, el Papa Eugenio IV ordenó estudiar el asunto de su canonización, pero ahora se interpuso el nuevo cisma de Amadeo de Saboya.
Nicolás V aconsejó a los frailes celebrar el Capítulo general de 1453 en Nantes y preparar el proceso. Y encargó que tres cardenales que investigasen la vida y los milagros del predicador; entre ellos estaba Alfonso de Borja, el futuro Calixto III, el primer Papa valenciano de dicha familia. Mantuvieron entrevistas con obispos, abades, frailes y gente común en Nápoles, Avignon, Toulouse y en la región de Nantes, interrogando a 28, 18, 48 y 310 testigos respectivamente.
Ya fue Calixto III, quien recibió las actas de estas investigaciones.
Calixto III solía "decir a los cardenales y al Maestro de toda la Orden fr. Marcial que siempre había tenido por cierto su pontificado desde que San Vicente se lo prometió". Se han realizado fundamentales aportaciones documentales, que nos muestran que ello no es fruto de los biógrafos, sino convencimiento del propio Calixto III que lo afirmó en numerosas ocasiones y recogieron autores muy cercanos a los hechos.
El día 29 de junio de 1455 tras votarlo en el consejo de cardenales, Calixto III anunció la canonización de Vicente Ferrer.

Mensaje a los valencianos[editar]

San Vicente Ferrer dio un mensaje para que lo llevaran a todos los valencianos, que podemos considerar como su testamento. El mensaje dice así:
"¡Pobre patria mía! No puedo tener el placer de que mis huesos descansen en su regazo; pero decid a aquellos ciudadanos que muero dedicándoles mis recuerdos, prometiéndoles una constante asistencia. y que mis continuas oraciones allí en el cielo serán para ellos, a los que nunca olvidaré".
"En todas sus tribulaciones, en todas sus desgracias, en todos sus pesares, yo les consolaré, yo intercederé por ellos. Que conserven y practiquen las enseñanzas que les di, que guarden siempre incólume la fe que les prediqué, y que no desmientan nunca la religiosidad de que siempre han dado pruebas".
"Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro".

Vicente milagrero y con el Don de lenguas[editar]

860 prodigios o milagros constan en Proceso de su Canonización como obrados por el Predicador Dominico en vida y después de morir, que comprobaron los Jueces del Proceso. Muchos testigos declararon en el Proceso que, hablando Vicente Ferrer en valenciano, ellos le entendían perfectamente en su lengua nativa, por lo que se consideró que poseía el "Don de lenguas".
San Vicente Ferrer, "predicando siempre en su lengua valenciana", era comprendido por castellanos, franceses, vascos, italianos del Piamonte y Lombardía...

jueves, 2 de abril de 2015

JUEVES SANTO 2015

JUEVES SANTO 2015

NOS AMÓ HASTA EL EXTREMO



Celebramos hoy un acontecimiento muy importante en nuestras vidas, un acontecimiento que actualizamos cada año, hoy conmemoramos el amor tan grande que ha tenido Dios con todos nosotros, un amor que llega hasta el extremo, que llega a sus máximas consecuencias.


Hoy muchos empiezan un periodo vacacional, un tiempo de ocio y de disfrute, muchos seguramente no sabrán bien incluso que es lo que estamos celebrando, en muchos lugares hoy jueves santo ya no es ni siquiera fiesta.


Para muchos el acontecimiento más importante de estos días es que comienza la primavera, el buen tiempo, y por lo tanto un momento ideal para tomar el sol y para descansar. Seguramente la cuaresma habrá pasado también completamente desapercibida, sólo se acordarán de la fiesta del carnaval y de un botellón gigante para festejar el cambio de estación.


Cada vez más el jueves santo se parece a aquella reunión de un grupo de hombres que se juntaron en una pequeña habitación para celebrar la última cena, la última cena del Hijo de Hombre con sus discípulos, con sus amigos, con su pequeño grupo de seguidores.


Hoy nos reunimos alrededor de la mesa del altar, para compartir el pan bajado del cielo, el misterio más grande de amor que el Señor ha dado a toda la humanidad, es el mismo Jesús que a través de las palabras de la consagración del pan y el vino se convierten en su Cuerpo y en sus Sangre, y se nos da a todos nosotros, pasa a formar parte de cada uno, es la culminación máxima de amor. Al hacerse accesible a la humanidad nosotros nos configuramos con Cristo, y es entonces cuando estamos capacitados para asemejarnos a Él, para que se pueda cumplir en nosotros pobres pecadores, la llamada a la santidad, a ser como Cristo y peregrinar por este mundo siguiendo las huellas del Maestro, que se hizo uno como nosotros para acompañarnos hasta el Padre.


Tanto amo Dios al mundo que nos entrego a su único hijo, y todo lo ha hecho por amor, Cristo a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, se hizo uno más con nosotros, pero además lo hizo para servir y amar a la humanidad entera hasta llegar hasta el extremo.


Se arrodillo ante sus discípulos para lavarles los pies, un gesto de humildad y de servicio, y es que el Hijo del Hombre ha venido a servir y no ser servido, ¿qué Dios se pone a servir? ¿Qué amo de la casa sirve a sus criados? Sólo aquel que es el verdadero amor y busca el triunfo en la salvación de todos los hombres, que no quiere que ninguno de los que le ha dado el Padre se pierda, es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.


Pedro se negó a que Jesús le lavara los pies, pero aún así, Jesús le dijo con rotundidad, “si no te lavo los pies, no podrás contarte entre los míos”, y Pedro afirmo con rotundidad que sí, que las manos e incluso la cabeza.


Hoy conmemoramos y recordamos ese momento, la humildad del Señor, su entrega, su servicio, y su disposición a hacer la voluntad del Padre.


Hoy vemos a un Jesús sufriente, esperando que se cumpla la voluntad del Padre, Jesús sufre por nuestros pecados, por nuestra debilidad, y está dispuesto a cargar con nuestros pecados. Él que no había tenido pecado va a recoger los pecados de todos nosotros, se va a inmolar como el cordero de la pascua de los judíos, es el paso de Dios por y para toda la humanidad, ¡que amor tan grande!


Y es la sangre del cordero la que marca nuestras vidas, nuestras casas, nuestros acontecimientos, es ahí donde se encuentra la grandeza del Jueves Santo, es lo que celebramos hoy con gozo pero tristeza. Hoy contemplamos a un Jesús en el Huerto, sudando gotas de sangre, llorando, vemos al ángel del Señor ofreciéndole el cáliz de la salvación y de la redención, escuchamos al Jesús hombre, un Jesús sufriente que le pide al Señor que si el posible que pase este cáliz de amargura, un dolor que entrega hoy por todos nosotros, el es “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los que están invitados a la Cena del Señor”.


Hoy nos consideramos indignos hijos tuyos, viendo nuestro pecado y nuestra miseria, no nos vemos dignos de que el Señor entre en nuestro interior, en nuestra casa, pero sabemos que solo un gesto, una palabra nos salvará y nos dará la gracia de la verdadera alegría y de la salvación.


Hoy vamos a vivir y a actualizar esos grandes misterios, la humildad del Señor para darse por nosotros, para que con el gesto del lavatorio de los pies lave nuestro pecado, nuestras idolatrías, nuestras miserias, nuestras dudas y prejuicios, hoy le dejamos al igual que Pedro que nos lave aunque no lo entendamos, pero no importa porque eso es la fe y la confianza., es la figura del sacramento del Bautismo.


Celebramos también que nos da su Cuerpo y su Sangre, nos da la Eucaristía, y nos hace estar en Comunión el Señor todos los días de nuestra vida, hoy compartimos ese momento con el Señor porque queremos ser contado entre sus amigos y seguidores.


Y por último, le acompañamos a Jesús en el Monte de los Olivos, contemplamos a unos discípulos que se duermen que no saben estar vigilantes al igual que nos ocurre a nosotros, porque no somos capaces de estar atentos, que abandonamos a Jesús porque tenemos muchos quehaceres y cosas que nos despistan. Hoy sentimos esa llamada a estar vigilantes porque no sabemos ni el momento ni la hora.


Acompañemos a Jesús en el misterio del amor, acompañemos a Jesús en su camino del calvario, compartamos esos mismos sentimientos que se reavivan en nosotros, y que nos recuerdan que Cristo se entrego por nosotros y nos amo hasta el extremo.

Javier Abad Chismol