sábado, 27 de abril de 2013

V SEMANA DE PASCUA



HE AQUÍ QUE HAGO TODAS LAS COSAS  NUEVAS
V SEMANA DE PASCUA (C-2013)


Nos encontramos ante una Iglesia naciente, una Iglesia joven que nace en medio del anuncio del Kerigma y de la persecución. Pablo y Bernabé visitaron las distintas comunidades con el objetivo claro de dar ánimo a todos y a ser capaces de perseverar a pesar de las persecuciones. Como siempre nos viene ese sentimiento de desconcierto, de no entender, de cómo el anuncio del Evangelio, de la Buena Noticia, que es algo bueno para el hombre, es rechazado en muchas ocasiones de una manera cruenta, porque no es que aparten la mirada, sino que el rechazo se hace activismo y llega incluso a querer acabar la vida de los cristianos y de sus mensajeros.
Esto nos llena de dudas a todos nosotros, “la tribulación es una prueba”, porque no siempre haciendo las cosas bien, es decir, haciendo la voluntad de Dios, recibimos el bien, ¿es la cruz un fracaso de Dios? Es un intento de matar a Dios, pero no un fracaso porque él vence la muerte con la resurrección, y no toma en cuenta el mal del hombre porque quiere que todos los hombres se salven.
San Juan contempla en el Apocalipsis, como Dios vence al mal y a los poderes de este mundo, vence la injusticia, el dolor, la muerte, el que cree en Jesucristo se convierte en una criatura nueva, pasa de la muerte a la vida, es el peregrinar desde la Jerusalén terrestre a la Jerusalén celeste, es la  victoria del bien sobre el mal, de la vida sobre la muerte.
Jesús nos invita a no caer en las actitudes del mundo, nos llama al amor y la caridad, y esta empieza entre los más cercanos, no podemos decir que amamos al señor si luego entre nosotros nos odiamos, nos dice Jesús que reconocerán que somos discípulos por el amor de unos a los otros.
Javier Abad Chismol


sábado, 20 de abril de 2013

IV SEMANA DE PASCUA



“YO DOY LA VIDA POR LAS OVEJAS”
IV SEMANA DE PASCUA (C-2013)


Los discípulos estaban llenos de ánimo y esperanza para seguir anunciando al señor, para decir en todos los pueblos y en todas las plazas que Cristo había muerto por todos ellos, que se había entregado para la salvación del mundo. No hacían caso de los ataques sistemáticos de los judíos, que no reconocían a Jesús, que afirmaban que era un blasfemo y un farsante, que no se reconocían culpable de la muerte de ese, de ese falso mesías.
La envidia les podía, no lo podían soportar, y es curioso esos eran los religiosos, lo mismo ocurre en nuestro mundo, muchos de los que dicen ser religiosos, cristianos o católicos, luego resulta que no ven nada en Jesús, no cumplen los mandatos, no vive según el Evangelio, la religión como una forma concreta de actitud, es decir, apariencia religiosa pero fondo ateo.
Juan vio en su sueño del Apocalipsis una muchedumbre inmensa, los que venían de la gran tribulación, los que han vencido la muerte, el pecado, la tiniebla, es la trascendencia de este mundo, donde no habrá ni llanto, ni sufrimiento, ni dolor, son los que han sido purificado por la sangre del cordero, es decir, Jesús muere por nosotros baja a los infiernos y nos salva, nos saca del error y del engaño, ese engaño que busca una felicidad abstracta al margen de Dios.
Hoy escuchamos la voz del buen pastor, aquel que da la vida por sus ovejas, que las cuida, las protege, porque no quiere que ninguna se pierda, porque no quiere que andemos como ovejas sin pastor, porque no quiere que caigamos en manos del mal, de los lobos de este mundo que quieren devorar al rebaño.
Nosotros conocemos su voz, y le seguimos, no es decir un si pequeño, es llevarlo a plenitud y en coherencia en nuestra vida nuestro ser cristiano.
Javier Abad Chismol

sábado, 13 de abril de 2013

III SEMANA DE PASCUA 2013



HAY QUE OBEDECER ANTES A DIOS QUE A LOS HOMBRES
III SEMANA DE PASCUA (C-2013)



El ser humano está tentado a desobedecer a Dios, de querer engañarlo, de preferir las cosas del mundo antes que la oferta de Dios. Todo fruto de la debilidad del corazón, de la tentación del maligno y del abuso del hombre de la bondad de Dios.

Hoy vemos como los discípulos eran regañados y amenazados por los fariseos y las autoridades del momento, no reconocían a Jesús, menos que era el mesías, y menos todavía de que eran culpables de la muerte de ese, de ese inocente o de ese farsante tal como defendían sus acusadores y culpables de su asesinato.

El mal actúa de este  modo, engaña, ocurre lo mismo como cuando un grupo terrorista justifica su acción en nombre de la política, de la opresión o de la libertad, es el asesinato justificado por la causa mayor. Lo mismo hicieron con Jesús ponía en peligro el poder de Roma y ponía en peligro la religión judía y su estatus, por eso lo mataron, porque la verdad que molesta se ahoga en la justicia de hombres que está pervertida por los poderes y afanes de este mundo.

Los judíos se llenan de rabia, los castigan, pero ellos siguen adelante. Es la forma de demostrar el amor de Dios, ahora resuenan las palabras de Jesús en nuestro corazón y nos la interpela a cada uno de nosotros, nos pregunta ¿me amas? ¿Qué vamos a responder? Seguro que un sí rotundo, pero el Señor nos volverá a preguntar ¿me amas? Y al final con temor y temblor le diremos que si tímidamente, e incluso avergonzados porque nos damos cuenta de lo frágiles que somos, de la cantidad  de veces que como Pedro le negamos, nos avergonzamos.

Hoy le pedimos al Señor que nos ayude, que nos de la fortaleza de volver a tirar las redes, de salir a pescar, de anunciar la Buena Noticia, que seamos valientes y que pongamos nuestra confianza en el Señor.


Javier Abad Chismol

 CANCIÓN REMA MAR ADENTRO, NO DESEPERES

sábado, 6 de abril de 2013

II DOMINGO DE PASCUA 2013




IIDOMINGO DE PASCUA (C-2013)

LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
¡ALELUYA! CRISTO HA RESUCITADO


Hoy el anuncio de la Pascua resuena en nuestros corazones, en toda la Iglesia, es la alegría plena que nos da la resurrección de Jesús, Cristo ha vencido a la muerte, ha vencido a las tinieblas, a la oscuridad y al pecado, y por lo tanto viene a rescatarnos, él es nuestra esperanza, nuestro consuelo y nuestra salvación, porque ha vencido a nuestro gran enemigo que es la muerte.
Después de vivir con intensidad los días de la pasión del Señor, hoy contemplamos su gloria, hoy se transforma nuestra tristeza en alegría plena. Nuestra vida cotidiana va íntimamente unida a lo que significa la muerte con la derrota, la muerte se convierte en el final, es la desesperación del fracaso. Todo el género humano quiere controlarlo todo, no quiere que nada se le escape, y ante la muerte solo está la resignación o el conformismo.
La Pascua es para todos los cristianos signo de nuestra fe en que la vida no termina junto al sepulcro, de que estamos llamados a trascender nuestra existencia terrena para poder así llegar a una plenitud plena, en definitiva dar la vuelta al sufrimiento, al dolor, a la injusticia y a la muerte, para que se convierta así en gozo.
Hoy transformamos la huida, el miedo, el abandono, la traición, en vida de esperanza, hoy oímos las palabras del Señor en nuestro corazón, hoy le escuchamos: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, en que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, ¿crees esto?
Hoy queremos ser como esos curiosos que se acercaban a los discípulos para ser curados, curados sobre todo de la incredulidad y de la ignorancia, una ignorancia que nace de la arrogancia del ser humano que no se deja curar por el Señor. Los milagros solo son posibles si tenemos la fe suficiente para que sea así, es decir, ver las maravillas de la humanidad desde la clave del amor bondadoso de Dios.
Tenemos que ser crédulos y no incrédulos, salir de nuestro poderoso ego anclado en la razón para ser hombres y mujeres de fe, que no nos pase como Tomás, hasta que no toco no creyó, luego vinieron las lamentaciones por no fiarse, pero es que no nos acabamos de fiar, nos falta fe.
Hoy nosotros al igual que los apóstoles buscamos los bienes de allá arriba, ponemos nuestra esperanza en aquello que trasciende, y hoy por lo tanto estamos dispuestos a morir por Cristo, porque morir es vivir, y vivir sin Cristo es la muerte que no tiene cura. Que escuchemos las palabras de Jesús en nuestras vidas,
¡PAZ A VOSOTROS!

Javier Abad Chismol 
Párroco 

SANTO DE LA SEMANA

Vicente Ferrer

http://www.parroquiasanjuanderibera.com/imagenes/albums/templo/foto29.jpg
Vicente Ferrer OP


Nacimiento 23 de enero de 1350
Valencia, Escut Regne de València 1668.svg Reino de Valencia
Fallecimiento 5 de abril de 1419
Vannes, Kroaz Du.svg Reino de Bretaña
Venerado en Iglesia católica
Canonización 3 de junio de 1455
por Calixto III
Principal Santuario Catedral de Vannes
Festividad Lunes II de Pascua - 5 de abril
Patronazgo Comunidad Valenciana
Interior Casa Natalicia de San Vicente Ferrer en Valencia
Vicente Ferrer OP (Valencia, 23 de enero de 1350 – Vannes 5 de abril de 1419), en valenciano Vicent Ferrer, fue un dominico valenciano, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo.
Es el patrón principal de la Comunidad Valenciana; en su conmemoración se levantan en las calles de Valencia escenarios llamados "altares", donde son representadas por niños escenas de su vida y milagros. Es un santo muy apreciado en la mayoría de los lugares que recorrió en sus viajes de predicación.
Conocido cariñosamente como "Sant Vicent el del ditet", debido a que, según leyendas populares, logró varios milagros alzando su dedo índice, siendo así representado en su iconografía; también es representado por "alas", porque está considerado como el "ángel del Apocalipsis", ya que él mismo se consideró un "legatus a latere Christi" y anunció en numerosas ocasiones la inminente llegada del Anticristo y el fin del mundo, tal como hizo, por ejemplo, en los varios sermones que predicó en la ciudad de Toledo en el año 1411.
Asimismo, sus predicaciones por diversas ciudades de Europa, sobre todo en Italia, fueron constantes a raíz de la célebre visión que tuvo en la ciudad de Aviñón en el año 1398. Era seguido por multitudes que lo acompañaban en sus itinerarios, entre ellas un séquito de flagelantes que se azotaban las espaldas como purga de sus pecados. Solía viajar subido sobre un asno y se alojaba en los conventos de frailes dominicos de las ciudades y pueblos en donde predicaba.
Multitud de ermitas y altares recuerdan en muchos rincones de la Europa occidental, anécdotas históricas o apócrifas, la multitud de milagros realizados por el santo en su largo camino de predicación o reliquias de San Vicente.
Muy importante fue su activa y decisiva participación en el Compromiso de Caspe, en donde fue elegido como rey de Aragón Fernando de Antequera, de la dinastía Trastamara procedente de Castilla.

Índice

Biografía

S. Vicente Ferrer por Francesco del Cossa, National Gallery
Vicente Ferrer nace en Valencia el 23 de enero de 1350. Fueron sus padres Guillermo Ferrer, y Constancia Miguel. Tuvieron tres hijas y tres hijos. Pertenecía a una familia acomodada del "cap i casal", la ciudad de Valencia. Su padre era notario y estaba bien relacionado con las clases altas, lo que le permitió un bautizo con ilustres padrinos y el "beneficio de Santa Ana" en la Parroquia de Santo Tomás. Cuando nació Vicente Valencia terminaba de sufrir la Peste Negra.
Sus primeros estudios fueron en Valencia, en una de sus múltiples escuelas, donde se inició en "estudios de latinidad". En febrero de 1367 tomó el hábito tras haber ingresado en el Convento de los Predicadores de Valencia, los dominicos. Entre 1368 y 1375 fue enviado por sus superiores a profundizar sus estudios en Lérida, Barcelona y Toulouse. En Lérida dio clases como profesor de Lógica, donde se encontraba en su época el Estudio General de la Corona de Aragón, la Universidad.

En el Cisma de Occidente

Vicente trabajó activamente en conseguir solucionar el llamado Cisma de Occidente. En 1377 regresaban los Papas a Roma tras casi tres cuartos de siglo en Avignon. Pero al morir Gregorio XI se eligió al conocido como Urbano VI, lo que llevó a graves disturbios y momentos de tensión con denuncias sobre la legalidad de la elección. Las ausencias de algunos electores y las presiones francesas a las que se sumó el cardenal español Pedro de Luna conocido posteriormente como el Papa Luna, llevó a que un grupo de electores declarara nula en agosto la elección y eligiera el 20 de septiembre a Clemente VII. La europa Cristiana quedaba dividida entre los que obedecían a Roma y los de Avignon.
Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, terminó por apoyar a Clemente VII y este delegó en Vicente Ferrer para intervenir en el reino de Valencia, donde ya se encontraba el delegado de Urbano VI.
Su actividad en Valencia a favor de Clemente VII fue intensa, lo que llevó a que el rey recibiera distintas cartas y denuncias unas a favor y otras en contra. Tal fue la situación que le llevó a renunciar voluntariamente a su cargo de Prior del Convento de los Predicadores, cargo que ostentaba desde hacia algún tiempo. Su apoyo a Avignon le llevó a escribir un tratado en 1380.
En esta época Vicente siguió su trabajo de predicación por todo el antiguo reino de Valencia, de las que tenemos constancia, como una Cuaresma en Segorbe u otra en Valencia capital. También hay que destacar su intervención en sentencias entre religiosos, o sus clases como profesor de teología en "La Seu" (catedral) de Valencia entre 1385 y 1390.
En 1394 fue elegido papa de Avignon Pedro de Luna como Benedicto XIII, y llamó a Vicente, le ofreció distinciones cardenalicias y obispados, pero Vicente no veía con buenos ojos el ambiente de la curia de Avignon y marcha al convento de los predicadores de la ciudad. El cisma le causaba un gran dolor interior, y en ese momento sufre una enfermedad que parecía llevarle a la muerte. El 3 de octubre tiene una visión que cambia el rumbo de su vida y desde ese momento se dedica a la predicación itinerante, a la que se consagra totalmente, recorriendo los caminos de Europa occidental a pie.
Vicente seguía siendo partidario de los papas de Avignon. Recordaba las plagas bíblicas y afirmaba que la novena plaga eran las tinieblas: durante tres días estuvieron hombres y mujeres sin verse el uno al otro y decía que esto significaba el Cisma y los tres días eran los tres papas que había en ese momento, Juan, Gregorio y Benedicto.
Tras su intervención en Caspe y en sus frecuente encuentros con el rey Fernando, Benedicto XIII y el emperador Segismundo tratan sobre la unión de la Iglesia. El 6 de enero de 1416, Vicente Ferrer en Perpiñán, leyó un documento por el que la Corona de Aragón se sustraía de la obediencia a Avignon. Al año siguiente en 1417 fue elegido Martín V como Papa de toda la Cristiandad.

En el Compromiso de Caspe

Casa natalicia de San Vicente Ferrer
Acceso al pouet de Sant Vicent, junto a su casa natalicia
Portal del Pouet de San Vicent Ferrer en Valencia
Portal del pouet
Su participación es sin duda un hecho fundamental para el futuro de toda España, tanto en su época como posteriormente.
Su participación está documentada por su propio hermano Bonifacio que también participó como compromisario representando a Valencia.
Vicente llegó a Caspe en abril de 1412 y era el octavo compromisario por orden jerárquico, pero fue el primero, tal vez por su prestigio y peso moral en emitir el voto, y seguramente esto fue decisivo para el futuro de la Corona de Aragón y de la futura España. Su voto fue a favor de Fernando de Antequera y tras él, su hermano y otros cinco compromisarios de Aragón y Valencia hicieron lo propio votando también por Fernando, dos compromisarios votaron por el Conde de Urgel, uno se abstuvo y otro no había formado una opinión.1
Según algunas crónicas los partidarios del conde de Urgel trataron de asesinar a Vicente por tierras de Lérida.

Vicente y otras religiones

Vicente Ferrer dedicó una parte importante de su actividad como predicador a misionar entre los judíos.2 Su lema era bautismo o muerte.3 Sus predicaciones recogían el parecer popular, mostrando en dichos y comparaciones la opinión de la gente de su época, marcada por la tensión social y religiosa entre cristianos y judíos. De los judíos dijo que eran animales con rabo y que menstrúan como las mujeres.4 Afirmaba que los judíos tienen entre otros el más oculto y abominable oprobio pues les sale de la cara aquel exangue olor y amarillez de su rostro (...) La señal de Caín está puesta sobre ellos y es el olor que exhalan.5 Fue impulsor del pogromo de 1391 en el barrio judío de Valencia, donde actualmente se ubica la plaza San Vicente Ferrer; y en Toledo consiguió la transformación de la Sinagoga Mayor de Toledo en la Iglesia de Santa María la Blanca.6 Como resultado, bien de sus predicaciones, bien de la violencia de la revuelta antijudía de 1391, una gran cantidad de judíos se convirtieron al cristianismo, originándose a partir de entonces una importante comunidad de cristianos nuevos. Hay autores que niegan que Vicente Ferrer estuviera en Valencia en 1391, y que insisten en que nunca aprobó la violencia, aunque sí que pensaba que aquel quebranto era una buena oportunidad para intensificar la catequesis.7
Su trabajo se vio facilitado por su conocimiento intenso del hebreo, las tradiciones, y las Escrituras.8
Vicente tuvo un trato especial con los convertidos, encargando su formación y educación en el cristianismo a personas seleccionadas, o como el converso musulmán Atmez Hannexa, que tomó el nombre de Vicente cuando se bautizó, del que se preocupó para que él y su familia tuvieran una pensión para su socorro y sustento, y pudiera predicar entre musulmanes y cristianos [cita requerida].
Casa de San Vicente Ferrer, Valencia (Ciudad)

Últimos años de su vida

Le pidieron que asistiera al Concilio de Constanza, pero él optó por seguir con su trabajo y continuó predicando por Francia, evitando las zonas en guerra.
Recorrió el Mediodía francés, la Auvernia, pasando luego a la Bretaña, donde transcurrirán los últimos meses de su vida. Encontrándose gravemente enfermo, decidió partir hacia Valencia. Sufrió una terrible tempestad al salir del puerto de Vannes lo que él interpretó como una señal de Dios para que volviera a Vannes a pasar el resto de sus días. Falleció en Vannes el 5 de abril de 1419. Su sepulcro se halla en la catedral de dicha ciudad.

Canonización

En 1431, el Papa Eugenio IV ordenó estudiar el asunto de su canonización, pero ahora se interpuso el nuevo cisma de Amadeo de Saboya.
Nicolás V aconsejó a los frailes celebrar el Capítulo general de 1453 en Nantes y preparar el proceso. Y encargó que tres cardenales que investigasen la vida y los milagros del predicador; entre ellos estaba Alfonso de Borja, el futuro Calixto III, el primer Papa valenciano de dicha familia. Mantuvieron entrevistas con obispos, abades, frailes y gente común en Nápoles, Avignon, Toulouse y en la región de Nantes, interrogando a 28, 18, 48 y 310 testigos respectivamente.
Ya fue Calixto III, quien recibió las actas de estas investigaciones.
Calixto III solía "decir a los cardenales y al Maestro de toda la Orden fr. Marcial que siempre había tenido por cierto su pontificado desde que San Vicente se lo prometió". Se han realizado fundamentales aportaciones documentales, que nos muestran que ello no es fruto de los biógrafos, sino convencimiento del propio Calixto III que lo afirmó en numerosas ocasiones y recogieron autores muy cercanos a los hechos.
El día 29 de junio de 1455 tras votarlo en el consejo de cardenales, Calixto III anunció la canonización de Vicente Ferrer.

Mensaje a los valencianos

San Vicente Ferrer dio un mensaje para que lo llevaran a todos los valencianos, que podemos considerar como su testamento. El mensaje dice así:
"¡Pobre patria mía! No puedo tener el placer de que mis huesos descansen en su regazo; pero decid a aquellos ciudadanos que muero dedicándoles mis recuerdos, prometiéndoles una constante asistencia. y que mis continuas oraciones allí en el cielo serán para ellos, a los que nunca olvidaré".
"En todas sus tribulaciones, en todas sus desgracias, en todos sus pesares, yo les consolaré, yo intercederé por ellos. Que conserven y practiquen las enseñanzas que les di, que guarden siempre incólume la fe que les prediqué, y que no desmientan nunca la religiosidad de que siempre han dado pruebas".
"Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro".

Vicente milagrero y con el Don de lenguas

860 prodigios o milagros constan en Proceso de su Canonización como obrados por el Predicador Dominico en vida y después de morir, que comprobaron los Jueces del Proceso. Muchos testigos declararon en el Proceso que, hablando Vicente Ferrer en valenciano, ellos le entendían perfectamente en su lengua nativa, por lo que se consideró que poseía el "Don de lenguas".
San Vicente Ferrer, "predicando siempre en su lengua Valenciana", era comprendido por castellanos, franceses, vascos, italianos del Piamonte y Lombardía ...